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En solfa

La mejor ópera del semestre

He aquí una selección de montajes que merecen atención durante la primera mitad del año

El español Heras-Casado será el encargado de abrir la próxima edición de Bayreuth
El español Heras-Casado será el encargado de abrir la próxima edición de BayreuthJesús G. FeriaJesús G. Feria

He aquí una selección, contando con la inestimable ayuda de J.M. Irurzun, de óperas que merecen atención durante este primer semestre. Ya hemos dejado atrás enero, mes en el que destacó la «Aida» de Viena con dirección música de Luisotti y escénica de Joel. En el reparto, nada menos que Netrebko, Kaufmann –que hubo de retirarse, dejando paso a Jorge de León–, una pletórica Garança, Salsi y Vinogradov. Tampoco hay que olvidar las tres primeras jornadas del «Anillo», con Thielemann y Decker, en Dresde; a las que siguió «El Ocaso», con Lindstrom, Schager y Milling en los principales roles ya en febrero. En este mes destaca «Tristán e Isolda», en Viena, de Bieito, en la dirección escénica, y Jordan, en la musical, y con Schager, Stemme, Fischesser, Paterson y Mayer en el reparto.

París y Nueva York llaman la atención en marzo, con un repertorio curiosamente cambiado. En la primera, «Nixon in China», con dirección musical de Dudamel y escénica de Carrasco, y el veterano protagonismo de Hampson y Fleming. En la segunda, un «Caballero de la rosa» de la mano de Young y Carsen y con Davidsen como protagonista.

Abril llegará cargado de Wagner. Petrenko y Steier abordarán «La mujer sin sombra», en Baden Baden, con Theorin y Koch. En Berlín se anuncia un ciclo completo del «Anillo» con Tcherniakov y, si la salud se lo permite, Barenboim. En los repartos, Volle, Kranzle, Villazon, Mahnke, Kampe, Watson, Mikneviciute, Schager, Rugamer, etc. En Múnich, otro «Tristán», esta vez con Valcuha y Warlikowski en las direcciones musical y escénica, respectivamente, y Skelton, Harteros, Pape, Paterson y Barton en el «cast». En Viena, un «Lohengrin», con Meir Wellber y Homoki, que contará con Beczala, Nylund, Stemme, Konieczny y Nazmi. Tanto wagnerianismo será compensado por la «Lucia di Lammermoor» de la Scala con Chailly y Kokkos, juntando a Oropesa, Florez, Ponkhasovich y D’Arcangelo.

En mayo, prima el verismo de «Tosca», en Viena, con Bisanti en el foso en una producción de Wallmann y Agresta, Beczala y Terfel en el apartado canoro. La Scala propone «Andrea Chenier» con Armiliato y Martone dirigiendo a Kaufmann, Yoncheva y Enkhbat.

En junio, por fin un Verdi. Será «El trovador», en Londres, con Pappano y Thomas contando con Kunde, Willis Sorensen, Tezier y Barton. Por lo demás, será de nuevo Wagner quien domine con otro «Anillo», esta vez de Budapest, con dirección musical de Fischer y escénica de Sorghofer, junto a repartos dignos, que no llamativos.

Terminamos este recorrido, ya en julio, con un «Boris Godunov» encabezado por Bieito y Petrenko, en Múnich, con Abdrazakov, Kowaljow, Popov y Paster en los principales papeles. Y, ¿cómo no?, otro Wagner abriendo Bayreuth con el español Heras-Casado al frente de la orquesta y Scheib en la escena con la curiosidad de Calleja, Sementchuk, Zeppenfeld, Welton, Shanahan, etc.

Y no estamos en el año Wagner...