Muere Pedro del Hierro, un grande de la alta costura
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El diseñador Pedro del Hierro, una de las figuras más importantes de la moda de España, ha muerto hoy en Madrid a los 66 años.
El diseñador Pedro del Hierro ha muerto en la misma ciudad donde nació, Madrid, y sin haber recibido las distinciones con las que tendría que haber sido reconocido su talento. El hombre que mejores patrones de sastrería ha hecho en este país, nos ha dejado a los 66 años de edad. Como hijo de profesor y de pintor, en su casa vivió rodeado de arte y de olor a pintura. Sus ojos se educaron en un ambiente artístico que marcaría su destino.
Podía haber sido bailarín, pero dibujaba con pasión y enseguida le encontró la parte práctica, más allá de colgar sus obras en una pared. Él comenzó a llevar sus bocetos a la tela y de ahí a crear piezas únicas para las mujeres de la sociedad española que pronto vieron en él a un maestro.
Abrió su taller de costura, por donde pasó el quién es quién de la época y ahí, al estilo de los salones de París, desfilaban sus modelos para que las clientas comprasen tranquilamente mientras comentaban sus cosas y pasaban la tarde. La costura y los trajes a medida eran para un grupo muy selecto de mujeres, las que podían pagarlo.
No sería hasta noviembre de 1976, después de su ingreso en la Cámara de Alta Costura, cuando se decide a mostrar sus diseños en una pasarela abierta al público. Se estrenó con una colección de inspiración oriental para el otoño-invierno de 1977 que también tenía guiños folk.
Contribuyó a asentar la madrileña Pasarela Cibeles. Aún recuerdo sus salidas al finalizar cada desfile, cómo la recorría entera mirando a derecha y a izquierda, con esos ojillos sin perder detalle y desde el respeto y la admiración que le tenía, siempre me pareció un pequeño duende con esas manitas que se frotaba y esas chaquetas tan largas.
Pedro Rodríguez, Pertegaz, Elio Berhanyer o Rabanne eran buques insignias en la costura española y ahí es donde Pedro del Hierro se fue haciendo un hueco por su modernidad y por haber “democratizado” la costura, ya que abrió boutique dentro de unos grandes almacenes como eran los de Cortefiel en 1989. Una década después lanza una segunda línea, todavía más accesible y juvenil con sus siglas: PdH.
En 2003 sus problemas físicos se ven agravados por episodios de crisis cardíacas y se ve obligado a abandonar la dirección creativa. En 2012, el grupo Cortefiel, dueño de su firma, anuncia el fichaje de Carmen March, que regresó al diseño después de haber abandonado su propia firma y haberse tomado dos años sabáticos.
Pedro del Hierro, nos deja sin haber recibido apenas distinciones, un dedal de oro y poco más. Una exposición-homenaje en 2011, cuando ya estaba muy deteriorada su salud, sirve de despedida oficial en el Museo del Traje. Como una gran mayoría de artistas, Pedro del Hierro también vivió sus episodios convulsos, sin llegar a la injerencia de Galliano o al suicidio de McQueen, pero hoy no es día de recordar lo negro, sino el color y el buen gusto que le puso a la estética de este país. Y si hoy Cortefiel y Carmen March pueden desfilar con su nombre en Nueva York es porque él tejió una buena urdimbre.
Los restos mortales del diseñador se trasladarán al tanatorio Norte de Madrid, donde será incinerado este domingo en la más estricta intimidad, han señalado las mismas fuentes.