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Obituario

Muere Claudia Cardinale, una diva hasta que llegó su hora

La muerte de la actriz a los 87 años deja al cine sin "una de las más grandes actrices italianas de todos los tiempos", en palabras del ministro de Cultura de Italia, Alessandro Giuli.

 Italian actress Claudia Cardinale
Italian actress Claudia CardinaleJENS KALAENEAgencia EFE

La actriz Claudia Cardinale, icono del cine italiano, ha fallecido a los 87 años en la región de Île-de-France.

Nació en La goleta, en el puerto de Túnez, donde convivían judíos, católicos y mahometanos en perfecta armonía, cuando Túnez era un protectorado francés. Ganó el concurso de «La chica italiana más bella de Túnez» de la embajada italiana y con el premio venía la asistencia al Festival de Venecia. La contrataron para la parodia de «Rififi» (1955), de Jules Dassin, en la que perpetraban un original robo, que Mario Monicelli convirtió en un éxito internacional. En España la titularon «Rufufú» (1958) en la que CC, como gustaba que la llamaran, en oposición a su rival y amiga BB (Brigitte Bardot), deslumbraba por su fotogenia angelical.

Tras una serie de películas con las grandes estrellas de la comedia neorrealista y dramas de hondo calado social como «Un maldito embrollo» (1959), de Pietro Germi, fue elegida por Luchino Visconti para un papel en «Rocco y sus hermanos» (1960), junto a Alain Delon, con quien formaría pareja en la superproducción internacional «El gatopardo» (1963). Un filme de época en el que Visconti consiguió que luciera en todo su esplendor esa cara con ángel que la haría famosa en todo el mundo.

El público español la comenzó a admirar con el éxito en salas de arte y ensayo en el filme de Valerio Zurlini «La chica con la maleta» (1962), donde hacía de putita enamorada de un playboy aristócrata. Se hizo muy popular por dos escenas: cuando una de las fulanas pone el disco de Adriano Celentano «Impazivo per te» y la playa, violentada, suena de música de fondo «Il cielo in una stanza» de Mina.

Federico Fellini la escogió para «Fellini 8½» (1963), con Marcello Mastroianni, con quien coincidió en numerosas películas desde «Rufufú».Directores que la escogieron por su hermosa fotogenia y angelical sonrisa y su calidad natural como intérprete para interpretar a una chica que es acosada por su belleza y candidez.

Con este bagaje cinematográfico, Hollywood intentó hacerla una estrella como pareja de David Niven en la comedia de Black Edwards «La pantera rosa», en el papel de una exótica princesa hindú. A la que siguieron la peli de vaqueros «Los profesionales» (1966) y la comedia playera «No hagan olas» (1967), que un director tan afamado como Alexander Mackendrick no supo captar su discreta belleza y su delicada sonrisa como lo hicieron los directores italianos. En esta película deslumbro, pero frente a la belleza de la Italo-tunecina resplandecía la exuberancia de la americana Sharon Tate, que en 1969 sería asesinada por la banda de Manson, embarazada del director polaco Roman Polanski.

No tuvo suerte en Hollywood ni tampoco en el cine de los años 70, en coproducciones franco-italianas en el que destaca «Las petroleras» (1971), junto a Brigitte Bardot, y ya entrados los años 80 «Fitzcarraldo» (1982), la mega producción de Werner Herzog.

La carrera de Claudia Cardinale se pierde desde entonces en papeles y producciones de escaso interés artístico y tan rutinarias que apenas se recuerdan como la primera docena de películas con los más activos y geniales directores de los años 50 y 60 del cine italiano.

Nunca compitió con las grandes estrellas italianas que consiguieron el estrellato en Hollywood: Gina Lollobrigida, Virna Lisi y Sophia Loren. Quizá por su voz ronca pero muy sensual para sus papeles en películas en blanco y negro que es donde lucía su esplendor discreto, su pelo negro y sus rasgos sicilianos, además de una fotogenia que encandilaba al público. CC siempre será recordada, como una actriz que llenaba de hermosura la gran pantalla de cine.