Premio Nobel de Literatura

Mujeres para salvar el crédito de un Nobel de Literatura en crisis

Los nombres de Anne Carson y Margaret Atwood se posicionan en las quinielas a pocas horas de la concesión del galardón que el pasado año se vio enturbiado por un escándalo sexual

Las cámaras de televisión ya han tomado posiciones para la lectura mañana de los premiados en Estocolmo
Las cámaras de televisión ya han tomado posiciones para la lectura mañana de los premiados en Estocolmolarazon

Los nombres de Anne Carson y Margaret Atwood se posicionan en las quinielas a pocas horas de la concesión del galardón que el pasado año se vio enturbiado por un escándalo sexual.

Desde su celda en Skogome, a 500 kilómetros de Estocolmo, Jean Claude Arnaut, garganta profunda de los Nobel de Literatura, seguirá hoy por televisión la concesión del doble premio con el que la Academia Sueca intentará reflotar su prestigio, más hundido que nunca. Exceptuando dos interrupciones voluntarias (en 1935 y 1949 se declaró «desierto»), solo las grandes conflagraciones han podido detener el curso incólume del premio anual más famoso, y por ende más polémico, de literatura del mundo desde su creación en 1901. En concreto, tres terribles contiendas: la primera, la Gran Guerra; la segunda, aquella que asoló el planeta entre 1939 y 1945... y, por último, la tercera: la asombrosa y vergonzante contienda civil en la Academia Sueca. Una implosión en toda regla que expuso las miserias de quienes designan cuanto de bello e inmortal hay en las letras mundiales. El crepúsculo de los dioses suecos.

Las filtraciones peligrosas

Arnaut, electricista francés llegado a Suecia en 1969 y reconvertido en «personaje cultural» del país nórdico, presunto fotógrafo y dramaturgo casado con Katerina Frostenton, ella sí escritora y miembro de la Academia Sueca, fue en el colapso de la institución en 2018 la carta que más sobresalía de todo un castillo de naipes bajo sospecha. Acusado por 17 mujeres de abusos y acoso sexual en noviembre de 2017, dos de cuyos casos lo han llevado a la prisión, su salida a escena destapó los chivatazos que venía realizando sobre el ganador del premio antes de saberse, y sirvió para desentrañar malas prácticas en la Academia. El caso desató una espiral de dimes y dirites que se resolvió con una catarata de dimisiones. Resultado: una Academia demediada y destrozada, sin crédito alguno.

Acorralada, la institución pidió tiempo muerto: aplazó un año el premio. No es la primera vez que se entregan dos galardones en una edición (el del año 49 se aplazó al siguiente tras declararse «desierto»), pero sí la primera en estas extrañas circunstancias. Muchos incluso consideran desacertada la «repesca», una tentativa por salvar la unidad temporal del premio y borrar el rastro del año más fatídico de los Nobel.

Como casi siempre, los designios de la Academia son inescrutables. Desde luego, están los clásicos: Haruki Murakami, Claudio Magris, Milan Kundera, Ismail Kadaré y, cómo no, nuestro Javier Marías. Los académicos podrían optar por un peso pesado para uno de los galardones y un nombre menos conocido para el otro. Pero lo que parece claro es que los Nobel 2019 serán femeninos, o no serán. A nadie del mundillo le entra en la cabeza que la Academia no premie a una mujer en esta doble convocatoria. Quizás incluso a dos. El escándalo de acoso sexual que ha minado la credibilidad de la institución parece exigirlo. Además, en tiempos de reivindicación del papel de la mujer en las artes, el Nobel sigue presentando una aplastante nómina de autores masculinos. Lo han ganado 102 hombres frente a 14 mujeres. La última fue Svetlana Aleksiévich en 2015. La poeta canadiense Anne Carson y la novelista Margaret Atwood, autora del popular «Cuento de la criada», están bien posicionadas en las quinielas. Nombres menos conocidos pero que suenan fuerte son también Maryse Condé y Can Xue.