El Coliseo Carlos III cumple 250 años
Se trata del teatro cubierto más antiguo que se conserva en España y la Comunidad de Madrid ha homenajeado su aniversario con un concierto conmemorativo
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El teatro cubierto más antiguo que se conserva en España, el Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial, cumple 250 años y la Comunidad de Madrid lo ha recordado con un concierto conmemorativo. Bien está que se haya hecho, pero no es menos cierto que de forma lejana a otras celebraciones en el mismo teatro. Precedió al concierto un vídeo en el que Carlos Hipólito, adoptando el personaje del también actor Francisco Matute fallecido en el propio escenario en el siglo XVIII, repasó brevemente la historia, con poco detalle en algún hecho fundamental.
Carlos III encargó al arquitecto francés Jaime Marquet el proyecto del que iba a ser el primer teatro cubierto de España, un poco imitando al de Caserta. En 1771 abrió sus puertas favoreciendo que las representaciones palaciegas líricas permitiesen el acceso al público que acudía a los corrales de las comedias. Más tarde se construirían los de Aranjuez y El Pardo, prácticamente desaparecidos aunque el primero fue reconstruido. Su aspecto exterior, a simple vista, recuerda un palacete de muros rosados, con unas columnata y ventanas azules enmarcadas de granito y cubierta herreriana de pizarra a tres aguas.
Su interior presenta forma de «U» con un espacio diáfano rodeado de palcos y cerrado por un tablado en donde se ubica el escenario y la maquinaria, conservándose los peines originales del siglo XVIII. En su sótano se ubica un coqueto bar. El Carlos III ha vivido una historia compleja. En la Guerra de la Independencia, el teatro se convirtió en cuartel de las tropas francesas. Allí, a principios del siglo pasado, se representaron y estrenaron obras de Arniches, Benavente, Muñoz Seca o los hermanos Álvarez Quintero. Tras la Guerra Civil sufrió la reconversión a cine, como otros muchos teatros, y empezó un deterioro que llevó a pensarse en su derribo para construir viviendas. La iniciativa privada, encabezada por el vecino Pedro Martín, cuya familia es hoy su propietaria, logró salvarlo de la demolición en los años 70, hecho por el que el guion del concierto mencionado pasó de puntillas. La reforma obtuvo el Premio Nacional de Restauración en 1980. Un año antes había vuelto a abrir sus puertas con un recital de la gran mezzo Teresa Berganza.
La Comunidad de Madrid se hizo cargo de su gestión y durante los años siguientes tuvo una actividad impresionante, siendo célebres sus cursos y conciertos de barroco, a los que acudieron las figuras más emblemáticas de Europa. La soprano María Espada y el grupo Nereydas ofrecieron un repertorio tomado del pasado Festival Sacro de la CAM como anticipo de los modestos espectáculos del 39º Festival de Otoño. Celebro con alegría los 250 años del coliseo y con pesar la ausencia de todo lo que podría realizar la CAM en la villa, lo que un día proyectó Alberto Ruiz Gallardón y quedó pendiente.