Crítica de clásica

Goerne, cuando la madurez vence a la voz

Nos admiró con la intensidad de «La novia del león», con su forma de expresar los sentimientos

El barítono Matthias Goerne ya es un clásico en los ciclos del Teatro de la Zarzuela
El barítono Matthias Goerne ya es un clásico en los ciclos del Teatro de la ZarzuelaRafa Martín

Obras de Robert Schumann. Barítono: Matthias Goerne. Piano: Markus Hinterhäuser. Teatro de la Zarzuela, Madrid, 7-II-2022.

Matthias Goerne es un habitual en los ciclos de lied del Teatro de la Zarzuela desde que interviniese en su quinta edición. Fue en la octava, hace diecisiete años, cuando le escuchamos y nunca olvidaremos esa cima del género que es «El viaje de invierno». Han pasado muchos años y ya vamos por su decimoctava visita al ciclo. Aquel joven es hoy un cantante maduro, la voz se ha oscurecido y perdido armónicos, y la expresión y el decir son más concentrados. Esa concentración, el equilibrio y la matización en las dinámicas, incluso cambiando de color para teatralizar, son armas poderosas de Goerne, al igual que la capacidad para adelgazar la voz hasta llegar al falsete si es preciso. También para engolar y mostrarse un poco amanerado en ocasiones. Así esta vez con una excesiva gesticulación que llegó a perturbar al oyente.

Fueron ochenta minutos con varias obras de Schumann que no guardaban una relación clara entre unas y otras, pero que el barítono ofreció sin pausa alguna e incluso impidiendo el aplauso entre bloques. No tuvo mucho sentido, ya que la temática y la concentración, tanto para cantante y pianista –un correcto Markus Hinterhäuser– como para el público, bien merecían una mayor diferenciación temporal. Así pasaron sin interrupción los «Seis poemas y un Requiem Op. 90», «El ermitaño», los «Liederkreis» –con una rotura vocal en «Conversación en el bosque»–, las «Canciones y cantos de Wilhelm Meister Op. 98a»...

Pero fue a partir de estas últimas cuando, por fin, logró llegar al público. Nos admiró con la intensidad de «La novia del león», con su forma de expresar los sentimientos de la cuidadora y la fiera hasta que ésta devora a su amiga al entender que no la va a volver a ver más, y también con los «Poemas de la Reina María Estuardo». Estos seis lied ya valieron por todo el recital.