Música

Dvicio sale de «El laberinto» con su disco más épico

El álbum combina «amor propio o celebración de la vidas» a través de un desafío hacia el sonido de pop en español

En primer plano, Andrés Ceballos, junto a Luis Gonzalvo, Nacho Gotor, Alberto González y Martín Ceballos, miembros de Dvicio
En primer plano, Andrés Ceballos, junto a Luis Gonzalvo, Nacho Gotor, Alberto González y Martín Ceballos, miembros de DvicioPEDRO WALTER

Siguen ensayando en el mismo garaje en el que comenzaron a hacer música. Esa es la identidad de Dvicio: creadores que producen y disfrutan haciéndolo. «Llevamos la música dentro», asegura Nacho Gotor, guitarrista de la banda compuesta también por Andrés Ceballos (voz), Martín Ceballos (bajo), Luis Gonzalvo (batería) y Alberto González (guitarra). Los cinco se reúnen con LA RAZÓN para hablar de «El laberinto», su cuarto álbum que acaba de ver la luz y con el que continúan «desafiando el sonido de pop en español, porque siempre ha estado, y es mi percepción, muy encasillado», explica Andrés Ceballos. «Desde Hombres G o Modestia Aparte, al darle al play ya imaginabas cómo iba a sonar, y ese desafío de romper con eso nos ha hecho emocionarnos y aceptar el reto». Entre risas, el cantante asegura que Dvicio se encuentra «en la puta cima», y más aún con un disco con el que abren una nueva etapa.

Aseguran que no se encuentran perdidos en un laberinto, sino que celebran haber salido de él: «Le hemos dado la vuelta al concepto, el laberinto para nosotros han sido estos años de búsqueda, y nos dimos cuenta de que habíamos salido cuando decidimos parar todo y empezar el proyecto, dejar de lado las colaboraciones, los temas más comerciales y los números y empezar a fijarnos en las emociones», relata la voz de la banda, que debutó en 2014 con «Justo ahora». Con esto, la prioridad del proyecto, que ha llevado consigo canciones como «Mil veces» o «Baby lo juro», «era sobre todo el directo», explica el bajista, «con el disco hemos querido contagiar que se llenen los conciertos, se canten todas las canciones que no se han podido estos dos últimos años».

«El laberinto» es una combinación «de amor propio, salud mental, celebración de la vida, desamor, fiesta, búsqueda interna, celebración de la pareja o viajes», resume Andrés Ceballos, a lo que Gonzalvo añade que «no solemos meternos en temas sociales y políticos a la hora de escribir, hablamos más de nuestras emociones y damos luz a temas que consideramos importantes». Ponen en valor, por ejemplo, el caso de la salud mental: «Escuché el otro día que el 90% de las personas atraviesan a lo largo de su vida por algún problema mental», lamenta Martín, «es importante normalizarlo. La canción que hizo mi hermano, ‘’En mi mente’', es un proceso suyo súper íntimo, que ha tenido el valor de compartirlo para que todos sientan que somos humanos, que todos pasamos por eso».

El mayor cambio

De esta manera, Dvicio, a lo largo de 12 canciones, ha hurgado en lo más profundo sin perder su mezcla entre pop y entusiasmo, así como llevando por bandera que se han mostrado más complejos y efectivos que nunca. De hecho, el proyecto en un principio contaba con 40 temas en total: «En el disco final están las que tenían que estar», dice Andrés, «hemos cumplido con los objetivos que teníamos, que era un disco en esta dirección». «El más épico», matiza su hermano, «nos es muy sencillo hacer baladas, y ese es el mayor cambio de este álbum». «Reivindica mucho el instrumento», añade, y por ello plantean como próximo paso una gira a lo grande: «La empezamos por salas, pero esperamos acabarla en estadios», asegura Martín. Gotor asegura que «hemos tenido la suerte de tocar en estadios con 60.000 personas y en lugares con 30, y lo pasas peor en los pequeños, porque sabes que la gente esta ahí». Arrancaron el pasado 6 de mayo en Oviedo y, antes de cruzar el charco para actuar en Bogotá o Monterrey, pasarán por Valencia el día 12, por Pamplona el 19, Madrid el 26 y Barcelona el 3 de junio.