Soldados rusos matan al director de orquesta de Jersón tras negarse a participar en un concierto
Asesinan a sangre fría a Yuri Kerpatenko en su casa tras haber rechazado su participación en un acto de “celebración de la paz” por las tropas ocupantes
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Varios soldados rusos irrumpieron en la vivienda de Yuri Kerpatenko, el director de la Orquesta Filarmónica de Jersón, ciudad del sur de Ucrania que fue ocupada al inicio de la guerra y cuya región acaba de ser anexionada por Rusia, y le dispararon a sangre fría causándole la muerte tras haberse negado a participar en un concierto organizado por las tropas ocupantes. Las autoridades rusas pretendían celebrar el pasado 1 de octubre un concierto de “celebración de la paz” y había presionado y amenazado a Kerpatenko.
El ministerio de Cultura ucraniano ha condenado el atroz asesinato del músico, que había sido requerido para dirigir un concierto festivo en Jerson en el que contaban con la participación de la famosa Orquesta de Cámara de Gilea. Kerpatenko se había negado a colaborar con un evento que los ocupantes pretendían presentar como la llamada “restauración de la vida pacífica” en Jerson. También se había negado a abandonar la ciudad de la que, desde 2004, era director de la orquesta filarmónica. Los familiares del director de orquesta, que sí habían huido de Jersón, habían perdido el contacto con él en septiembre.
El Ministerio de Cultura ucraniano no precisado el día en el que se produjo el asesinato, pero ha confirmado la muerte del músico citando como fuente el testimonio de la periodista Olena Vanina. En una publicación a través de redes sociales resaltan que Kerpatenko “demostró abiertamente su posición cívica y se negó a dejar el Jersón ocupado”. “Expresamos nuestro más sentido pésame a los familiares y compañeros de Yuri. Memoria eterna”, lamenta el Gobierno de Ucrania.
Mientras, el fiscal regional de Jersón en Ucrania anunció este domingo que ha abierto una investigación formal “sobre la base de violación de las leyes y normas de la guerra, combinado con el asesinato premeditado”. Además de las condenas de varios compositores, escritores y artistas europeos, también la ministra de Cultura alemana, Claudia Roth, expresó su estupor y acusó al presidente ruso, Vladímir Putin, y a “sus verdugos” de pretender “destruir la cultura y la identidad ucranianas”.