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Aznavour, larga vida a la leyenda

El maestro de la «chanson» francesa regresa a nuestro país lleno de vitalidad y con la firme convicción de que todavía le quedan muchas cosas por contar
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El maestro de la «chanson» francesa regresa a nuestro país lleno de vitalidad y con la firme convicción de que todavía le quedan muchas cosas por contar
En la lujosa suite del Wellington de Madrid donde Charles Aznavour recibe a la prensa se puede respirar la expectación. Cuando el coche en el que viene llega a la puerta del hotel, un mar de «flashes» capta la mirada y la sonrisa de una de las mayores leyendas vivas de la música. Tal recibimiento no es para menos: el cantante armenio sigue cosechando una legión de fans a sus 92 años de edad. Lo más curioso es que llegó al mundo de la canción por casualidad: «Mi pasión por el arte viene del teatro, ya que mi padre era actor», cuenta afable el intérprete, ya sentado y prestando mucha atención a cada pregunta. «Gracias a él comencé a hacer pequeños papeles, y en una de las obras que me propusieron tenía que cantar y bailar». En ese momento comenzó una carrera que le ha hecho consagrarse como el maestro de la «chanson» francesa. Aznavour ha hecho más por el ideal del amor romántico que cualquier «blockbuster» que revienta taquillas en la actualidad a través de sus letras profundas y llenas de sentimiento. «Siempre me han dicho que le he cantado al amor, aunque en verdad mis letras hablan de lo que sufrimos por las personas a las que amamos, y el daño que nos pueden hacer. No tengo el físico como para cantar canciones solamente románticas», bromea.
- Hasta el final
Aznavour no se considera «un cantante o un músico, ante todo soy un escritor, me he esforzado mucho en cada letra». Ésa es precisamente la que considera la clave de su éxito: «La melodía se queda en la mente, pero las palabras se introducen en la memoria para siempre. A veces, para una sola sílaba, he estado pensando tres meses. En otras ocasiones he ido a grabar una canción al estudio y un minuto antes de cantarla estaba tachando algunas frases», apunta.
Su concierto en España, el 31 de enero, es sólo una parada más de una larga gira que inició hace ya tres años por la celebración de su 90º cumpleaños, todo un hito considerando que no lleva la vida de un jubilado tradicional. «Nunca se me ha pasado por la cabeza retirarme en todo este tiempo –afirma el cantante–. El escenario es mi vida y el público mi familia, siempre me he sentido muy cerca de mis seguidores, aunque no me han arrancado la camisa en medio de un concierto ni nada parecido». Para Aznavour es importante «guardar la noción de que los artistas no somos superiores a nuestro público, somo simplemente su reflejo. Nunca me he comportado como una superestrella, con guardaespaldas y seguridad a todas partes, me gusta estar cerca de la gente».
A lo largo de siete décadas, Charles Aznavour ha compuesto alrededor de 1.400 canciones –con las que ha vendido más de 100 millones de discos–. En ellas, ha hablado de todo lo que sentía y veía a su alrededor sin pelos en la lengua: «Siempre he sido libre y he escrito letras comprometidas y a veces polémicas. He cantado sobre los homosexuales, sobre el genocidio en Armenia (causa con la que el artista está comprometido), ¡e incluso sobre las axilas femeninas!», explica riendo. «Mi mujer me decía que no podía hablar de esa parte del cuerpo de la mujer, que no era bonita, pero ¿por qué no?».
Su relación con algunos de los artistas que han marcado el pasado siglo es más que conocida. De Edith Piaf a Charles Trenet, pasando por Frank Sinatra o, más recientemente, Laura Pausini o Raphael, el armenio ha cantado y escrito para las grandes estrellas. Por eso reconoce la figura de Bob Dylan como «un gran letrista que ha influido toda la música norteamericana. Cuando le dieron el último Premio Nobel no entendí las críticas que le hicieron. ¿Por qué no lo debería ganar? Él ha hecho más por el arte que muchos de los escritores y poetas que lo han recibido». Eso sí, al contrario que Dylan, a él no le importaría que se lo dieran.
Después de este concierto en Madrid –para el que ya no quedan localidades–, el maestro viajará a Latinoamérica para actuar en Buenos Aires, Santiago de Chile y Río de Janeiro. Su «tournée» recalará otra vez en España dentro del festival Starlite de Marbella el próximo mes de julio. Sin perder la sonrisa, sólo queda una pregunta por hacer: ¿qué planes de futuro tiene? Aznavour piensa, mira a los ojos y contesta: «Llegar a viejo. A muy viejo».

Rescatando al genocidio del olvido

Durante toda su vida, una de las misiones de Aznavour ha sido reivindicar el brutal exterminio a principios del siglo XX de más de un millón de armenios –entre los que se encontraba la familia de la madre del artista–, un genocidio al que nunca reconocieron un autor, el antiguo Imperio Otomano. El cantante ha homenajeado a las víctimas a través de canciones como «Ils sont tombres» («Ellos cayeron»), en la que llora la muerte de sus compatriotas y denuncia que las naciones de Europa hicieron oídos sordos.
- Dónde: Palacio de los Deportes. Av/ Felipe II, s/n.
- Cuándo: martes, 21:00 horas.
- Cuánto: entradas agotadas.

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