Bach, revisitado
«Suites» 1, 4 y 5. Guinjoan: «Elegía». Navarro: «Bach revisited». Violonchelo: Lluis Claret. Ciclo Bach Modern del CDNM. Auditorio Nacional
Un encuentro con Lluis Claret siempre es estimulante, sobre todo si, como en esta ocasión, se enfrenta a los pentagramas de Bach, al que interpreta siguiendo la estela de su admirado Casals. Las «Suites» son un compendio, tan didáctico como genial, montado a partir de distintas danzas, de las posibilidades de un chelo, del que el compositor llega incluso a extraer pasajes de impensada polifonía. No nos ha parecido que Claret, que leyó en todo momento la partitura, estuviera en plenitud. El sonido, es cierto, continúa siendo corpóreo, amplio, grave compacto, aunque con frecuencia se destempla y pierde redondez y tersura. La digitación sin duda es pulcra y los adornos, impecables, trinos en particular, pero el arco es algo impreciso. A veces roza la cuerda vecina, lo que impide la necesaria pureza. Algo que apreciamos principalmente en la «Suite nº 4», cuyas «Courante» y «Bou-rrées» fueron manifiestamente mejorables. Echamos de menos una mayor amplitud de dinámicas, de contrastes forte-piano. Incluso en la «Suite nº 5», la mejor interpretada con diferencia, como si el instrumentista la tuviera más en dedos, como pudimos apreciar ya en el «Prélude», ofrecido con firmeza. La «Sarabanda» tuvo la conveniente densidad y concentración.
Frase en indio
Previamente, Claret, brindó una magnífica versión de «Elegía» de Guinjoan, obra a él dedicada y desnuda de todo efectismo, desde su recitativo inicial hasta los chisporroteos finales. Hubo un estreno, «Bach revisited», una partitura muy hábilmente diseñada por el joven Jesús Navarro (1980). Es composición curiosa, variada, amena, que incorpora fragmentos más o menos disimulados de la «Suite nº 5», y que prevé efectos de percusión sobre la madera del instrumento y una frase en indio. Una caja electrónica da color y actúa como nota pedal casi todo el tiempo. Una conocida nana popular vasca fue el bis.