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Bélgica homenajea a Adolphe Sax y su saxofón en bicentenario de su nacimiento

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La ciudad que vio nacer a Adolphe Sax, el hombre que dio nombre y sonido al saxofón, y la capital belga le rinden homenaje cuando se cumplen 200 años de su nacimiento, con una agenda de actividades que revelan las múltiples facetas de este músico y que se prolongarán hasta finales de año.
"Hemos comenzado el año del bicentenario el 7 de febrero -fecha en la que Adolphe Sax falleció-, colocando una clepsidra, una escultura de cristal que marca la cuenta atrás hasta el 6 de noviembre, fecha de su nacimiento", explicó a Efe Mathieu Lalot, coordinador de la Asociación Internacional Adolphe Sax.
La pieza, con forma de saxofón, ha sido esculpida totalmente sobre cristal y luce desde entonces delante del Ayuntamiento de Dinant, en el sur del país, donde Sax pasó sus primeros meses de vida.
La idea ha sido "contar el tiempo, materializarlo de alguna manera"y para ello la escultura contiene en su interior "un líquido que va subiendo por el corazón del saxofón"conforme se acerca el día en el que Sax falleció, indicó Lalot.
No obstante, ésta no es la única escultura que adorna los rincones dinanteses. En la entrada de la ciudad, sobre el puente que une las dos orillas de Dinant, 28 saxofones posan desde 2010 ante la mirada de los turistas.
Cada uno de ellos, de más de tres metros de altura, se corresponde con uno de los veintisiete países que formaban, en aquel año, la Unión Europea, y el último, el número 28, hace referencia de manera general a ella.
El mundo del cómic, otra de las insignias de Bélgica, tampoco se mantiene ajeno a la celebración del bicentenario.
Una treintena de ilustradores y humoristas de prensa se han involucrado en la exposición "Les vitrines de Monsieur Sax"("Los escaparates del señor Sax"), que ha conseguido plasmar en las calles dinantesas la figura y obra del inventor del saxofón, bien a través del humor, bien por medio de la poesía.
"En Bélgica hay muchos dibujantes conocidos; ¿por qué no pedirles representar a su manera al personaje de Adolphe Sax?", señaló Lalot al preguntarle por la iniciativa.
Al pie de cada ilustración, la firma de reconocidos dibujantes belgas como Kroll, Vadot o Céline Bertrand, entre otros.
Y cada domingo, las calles de Dinant suenan a música gracias a "Les dimanches de Monsieur Sax"("Los domingos del señor Sax"), conciertos gratuitos que recorren las calles de la ciudad.
No obstante, la nota final a estos eventos musicales la hará vibrar el Concurso Internacional Adolphe Sax, la mayor competición de saxofón clásico del mundo que tiene lugar en Dinant, y que este año se celebrará del 25 de octubre y el 8 de noviembre.
Entretanto, la ciudad que hizo crecer a Sax desde que cumplió el año de edad, Bruselas, rinde también homenaje a este personaje polifacético, que, sin embargo, vivió durante gran parte de su vida en París.
Fue en la capital belga dónde mantuvo sus primeros contactos con el mundo de la música. En el taller de su padre aprendió el oficio de instrumentista y a los 14 años comenzó a estudiar en la Escuela Real de Música. Y fue también en Bruselas dónde en 1841 hizo sonar por primera vez en público su ilustre instrumento, el saxofón.
"Lo que tuvo de especial Adolphe Sax fue que era al mismo tiempo muchas cosas: inventor de instrumentos, pero también hombre de negocios, especialista en acústica, padre de familia", dijo a Efe Jo Santy, responsable de Comunicación del Museo de Instrumentos Musicales de Bruselas (MIM).
Precisamente, el MIM acoge hasta diciembre la exposición "Sax200", en honor al inventor.
"Esta exposición ha sido consagrada para ser la definitiva, por lo menos la definitiva hasta el momento"afirmó Santy,
Cuando se le pregunta por lo que puede descubrir en ella quién la visite, responde con rotundidad: "Todo. Todo lo que tiene que ver con Sax".
"Sax, inventor", "Sax, hombre de negocios", "Sax íntimo"y "Sax después de Sax"son las cuatro vertientes de la vida de Adolpe Sax por las que la exposición se adentra.
La muestra alberga 200 instrumentos, de los cuales 70 fueron hechos por el propio inventor.
El espíritu es, en definitiva, mostrar el valor de Adolphe Sax y Santy lo resume con facilidad: "Lo importante es que su saxofón sobrevive en el siglo XXI".