La España de los 1.000 festivales

La variedad paisajística española es directamente proporcional a la diversidad de festivales musicales que se celebran dentro de nuestras fronteras. Sea en un viñedo o junto al Mediterráneo, en un desierto o en una isla, pocos son los puntos de nuestro país en el que no se organice un certamen del estilo. Se estima que a lo largo de 2025 se lleguen a celebrar alrededor de 1.000 festivales de música, cada uno con su peculiar programa y cartel. En los meses de verano, se acumula la mayoría, celebrándose en estos días el Starlite Occident de Marbella o las Noches del Botánico de Madrid, ambos con fechas que se dilatan a lo largo de meses. Explica Albert Salmerón, vicepresidente de Es_Música y miembro de la Asociación de Promotores Musicales (APM), que «ya hace bastantes años que en España han crecido mucho los festivales, modificando el ecosistema de la música en vivo. Las dos bases fundamentales de la identidad de cualquier certamen es música y experiencia. Si consigues una marca que tenga credibilidad tendrás a un público fiel que querrá repetir cada año». Pero, añade, «hoy un festival debe tener en cuenta muchas otras cosas, como la paridad en carteles, accesibilidad, sostenibilidad, diversidad...». Tratando de establecer una guía que represente la distribución geográfica y la variedad de estos eventos, realizamos una guía que es reflejo de la banda sonora de una España en vivo y en directo.

Festival Portamérica, 3-5 julio, Azucarera de Portas. Esta localidad de Pontevedra combina música y gastronomía, con conciertos de Catriel & Paco Amoroso, Melendi, Duncan Dhu, Molotov o La La Love You, así como cocinas provenientes de diversos puntos del país.

Vida Festival, 3-5 julio, Vilanova i la Geltrú. A pocos kilómetros de Barcelona se dan cita Benjamin Clementine, Ezra Collective, Future Islands, Rusowsky, Yerai Cortés o Carlos Ares. Una original reunión de talento internacional y nacional.

Granca Live Fest, 3-5 julio, Gran Canaria. Todo ocurre dentro del Estadio de Gran Canaria: el abanico de artistas abarca desde Will Smith hasta Enrique Iglesias, así como Carín León, Bomba Estéreo, Coque Malla o Jason Derulo.

Río Babel, 4 y 5 julio, Madrid. Kase.O, Queralt Lahoz, Caravan Palace, Estopa, Sanguijuelas del Guadiana o Mr. Kilombo actuarán en el auditorio madrileño Miguel Ríos, en un evento donde también hay espacio para la comedia.

Cruïlla, 9-12 julio, Parc del Fórum. Humor y música se dan la mano en el mismo recinto donde tuvo lugar el Primavera Sound a principios de junio. Miembros de los Sex Pistols, Gracie Abrams o Thirty Seconds to Mars encabezan el cartel.

Pirineos Sur, 10-27 julio, Lanuza. El Valle de Tena, en Huesca, ofrece uno de los paisajes más interesantes de la escena. Por su auditorio flotante sonarán Natalia Lafourcade, Zaz, Amaia o Valeria Castro.

Mad Cool, 10-13 julio, Madrid. La icónica cita madrileña se da cita este año con Muse, Iggy Pop, Benson Boone, Olivia Rodrigo, Justice, Arde Bogotá, o Alanis Morissette entre sus principales nombres.

Bilbao BBK Live, 10-12 julio, Bilbao. Otro potente formato de la escena festivalera, que ofrece una experiencia única desde el Kobetamendi: las de Kilye Minogue, Pulp, Bad Gyal o Nathy Peluso son algunas de las actuaciones más esperadas.

Boombastic, 17-19 julio, Asturias. El municipio de Llanera combina música urbana y pop, así como atracciones y zonas de ocio, de la mano de Estopa, Residente, Nicky Jam, Emilia o Juancho Marqués.

LeturAlma, 17-19 julio, Albacete. Una cita confeccionada para todos los públicos, incluyendo teatro infantil o mercadillos de artesanía y poniendo el foco en el plano rural: actuarán Rozalén, Delaporte, La Pegatina o Kiko Veneno.

FIB Benicàssim, 17-19 julio, Benicàssim. Junto al Mad Cool o al BBK Live, es una de las citas más internacionales: este año componen el cartel Foster the People, The Black Keys, Olly Alexander o Tom Meighan.

Low Festival, 25-27 julio, Benidorm. Pet Shop Boys, Empire of the Sun, Bomba Estéreo, Fangoria, Lori Meyers... diversidad de estilos hacen que este certamen sea punto de encuentro de un amplio público.

La Mar de Músicas, 18-26 julio, Cartagena. Cada año, un país: esta edición es Corea del Sur el elegido. A la ola cultural coreana se suman actuaciones de Queralt Lahoz, Toquinho o Valeria Castro.

Jazzaldia, 22-27 julio, San Sebastián. En San Sebastián se celebrarán más de 80 conciertos, combinando artistas consagrados y emergentes y bajo un fuerte impulso de la escena local de jazz.

Arenal Sound, 30 julio-3 agosto, Burriana. La playa de la localidad castellonense celebra en esta edición el 15 aniversario del festival. Sonarán Rels B, Steve Aoki, Juan Magan, Trueno, Afrojack o Marlon.

SonRías Baixas, 31 julio-3 agosto, Bueu. El entorno privilegiado que ofrece el paisaje de Pontevedra aumenta la singularidad de esta cita, a la que acudirán Judeline, Carolina Durante, Dani Fernández o La Raíz.

Medusa, 7-11 agosto, Playa de Cullera. La música electrónica encuentra su máxima expresión en este festival, ofreciendo actuaciones que viajan desde el hardstyle y el techno hasta incluso el hip hop y el trap.

Sonorama Ribera, 6-10 agosto, Aranda de Duero. El verano también es sol e interior. Este carismático pueblo de Burgos volverá a convertirse en un escenario, con las visitas de Viva Suecia, Ginebras, Franz Ferdinand, Barry B o Amaia a su recinto.

Muwi Music Fest, 28-31 agosto, Logroño. Gastronomía y vino de La Rioja acompañarán a las canciones de León Benavente, Carolina Durante, Califato 3/4, Hinds, Los Punsetes o Aiko el grupo.

Gigante, 29-31 agosto, Guadalajara. Se basan en impulsar la música independiente y alternativa. En esta edición pisarán sus escenarios Alizzz, Travis Birds, Shego, Colectivo da Silva o Venturi.

Granada Sound, 12 y 13 septiembre, Granada. La ciudad andaluza, de interesante escena musical, no podía no contar con un festival, en el que este año actúan Mikel Izal, Zahara, Xoel López, Ojete Calor, Samuraï, Karavana o Besmaya.

SON Estrella Galicia Posidonia, 3, 4 y 5 octubre, Formentera. Quizá de los formatos más interesantes y peculiares: se caracteriza por tener aforo limitado, conciertos sorpresa en espacios singulares de la isla y una cuidada propuesta gastronómica.

Incertidumbre ante un negocio arriesgado

Explica Albert Salmerón que se debe mirar con optimismo el crecimiento de la cantidad de festivales. «Han ayudado a crecer a una nueva hornada de artistas españoles que actualmente pueden ser cabezas de cartel u ocupar posiciones importantes». Afirma, además, que las cifras de facturación por venta de entradas en la música en directo «desmienten hasta el momento que estemos en una burbuja que pueda llevarnos a una crisis, pero hay que trabajar bien, para no caer en la autocomplacencia».

Un festival de música no es un filón económico, sino más bien «un negocio muy arriesgado donde se puede perder mucho dinero. A la hora de programar, dependes de la disponibilidad de los artistas, de la alta competencia, de las exclusividades... La inversión es muy alta y hay mucha incertidumbre». Algo que, además, se une al valor de estas citas a nivel cultural y social, pues generan un impacto que aporta una alta empleabilidad», afirma.