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Hacienda y el INAEM

La Razón
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Estos días atrás hemos tenido dos grandes noticias musicales en España y una en Italia. De este último país el buen lío en el Teatro de Turín, el cual les contaré próximamente. En España se ha vertido mucha tinta y generado muchas ondas radiofónicas con la fusión del Teatro de la Zarzuela y el Real. Por cierto, se rumorea que podría estar en curso una nueva absorción. La otra noticia nos llegó con las explosivas declaraciones de Antonio Moral, en las que afirmaba con rotundidad que «En el Ministerio de Cultura manda Hacienda. Yo me voy». Pues bien, me ha llegado el comentario de un exministro afirmando que él nunca se atrevió a decirlo, pero que en su ministerio también mandaba Hacienda. Y, al menos en el CNDM, es absolutamente cierto. Como lo es también en casi todas las unidades de producción del Inaem. La situación se volverá insostenible con la nueva ley de contratación pública para estas instituciones con el llamado «contrato menor». En estas unidades existe la intervención previa, por la cual cualquier gasto que supere determinados importes ha de contar con aprobación previa. Asimismo hay que elaborar los correspondientes expedientes. El pasado día 9 estaba anunciada la actuación de la joven Ana Lucia Richter en el Ciclo de Lied, pero enfermó y lo comunicó el viernes. Se pudo sustituir por Julia Kleiter, quien a su vez también enfermó el sábado. Ese mismo día se logró contactar con el consagrado barítono Florian Boesch, de caché bastante superior a Kleiter. Pagárselo era inviable porque no daba tiempo a modificar el expediente y que fuese aprobado. Al final se solucionó gracias a las relaciones personales y Boesch cobró lo de la principiante. Pero las cosas no pueden ser así. Otro tanto sucede con las contrataciones publicitarias a los medios, que han de pasar por intermediarios que muchas veces no aportan nada y encarecen la factura. Pero es que la taquilla del CNDM o la Zarzuela no va a ellos sino a Hacienda. Y es que ¿para qué perder el poco tiempo que queda tras tanta traba burocrática en buscar un patrocinador si su aportación va a ir también a Hacienda? Por eso se entiende muy bien la decisión de Moral, como también se entiende, aunque Hacienda quizá no, que perder personas como él lastra a las administraciones públicas.