Música y arte

Jaume Plensa ensancha al infinito los límites de la ópera

El artista catalán diseña la escenografía del nuevo "Macbeth" que estrena el Liceu

-FOTODELDÍA- GRAFCAT5944. BARCELONA, 09/02/2023.- El barítono italiano Luca Salsi durante el pase gráfico de la nueva producción de "Macbeth" de Verdi, en el Gran Teatre del Liceu en la que el artista Jaume Plensa debuta en la dirección escénica de una ópera. EFE/Quique García
El artista Jaume Plensa debuta como director escénico en el Liceu con "Macbeth" de VerdiQuique GarcíaAgencia EFE

La época en la que las diferentes expresiones artísticas constituían compartimentos estancos terminó con la crisis de la modernidad. A lo largo del último siglo hemos constatado cómo la relación entre las artes visuales, la ópera, la danza, la música o el teatro evolucionó desde la simple colaboración hacia el diálogo entre iguales, y de este a las más sugerentes estrategias de hibridación. Adiós a la pureza. Los lenguajes se contaminan entre sí, y el sueño wagneriano de la “Gesamtkunstwerk” -la “obra de arte total”- es ya una realidad. Precisamente, esta reunión de las diferentes disciplinas artísticas que imaginó Wagner se realizaba en un espacio de expresión privilegiado: el de la ópera. El lenguaje más espectacular y envolvente de cuantos existen se ha convertido, de hecho, con la profundización en el periodo contemporáneo, en uno de los grandes laboratorios de la estética actual. La reinterpretación de los grandes clásicos del género operístico a cargo de consagrados artistas visuales contemporáneos se ha convertido en un ingrediente común de los programas de los grandes templos de la ópera y, al mismo tiempo, en una incesante fuente de controversia y discusión entre los tradicionalistas y los innovadores.

El último caso de este mestizaje entre ópera y arte contemporáneo fue hecho publico ayer: el artista Jaume Plensa se estrena como director de escena y diseñador de vestuario en el “Macbeth”, de Verdi, que se representará en el Liceu de Barcelona desde el 16 de febrero al 3 de marzo. Pese a la rotundidad con que se ha publicitado esta interpretación, por parte de Plensa, de la adaptación operística de la tragedia de Shakespeare, lo cierto es que la relación de Plensa con la ópera viene de largo. De hecho, desde la década de 1990, la participación de este artista en proyectos operísticos ha sido constante, destacando la estrecha colaboración que ha mantenido con la Fura dels Baus. Proyectos como el de “La flauta mágica”, de Mozart, “La Atlántida”, el ciclo de canciones de Janácek, “Diario de un desaparecido”, o la ópera en un acto “El castillo de Barba Azul, de Bartók, constituyen algunas de las aportaciones más reseñables surgidas de esta complicidad creativa mantenida, durante años, con la Fura. De hecho, el director de orquesta en aquellas producciones, Josep Pons, es también el director musical de este “Macbeth” que, desde la semana que viene, se podrá disfrutar en el Liceu. Se podría decir que, en este salto cualitativo de Plensa hacia la dirección escénica, el espíritu de la Fura se preserva con la presencia de dos de los grandes hacedores de los proyectos operísticos llevados a cabo por la compañía catalana.

La escenografía concebida por Plensa para “Macbeth” combina escultura y videoarte, y contiene lo esencial de la iconografía de su producción artística. No en vano, los gigantescos rostros de perfil que presiden el escenario recuerdan al rostro pidiendo silencio que, en 2021, plantó en Nueva Jersey, a orillas del río Hudson. Esta apuesta del Liceu por el lenguaje renovador de Plensa no es una excepción: el próximo mes de marzo, la institución barcelonesa programará la esperada ópera “Las 7 muertes de Maria Callas”, de Marina Abramovic, en la que la gran estrella de la performance homenajeará a la gran diva del bel canto en un imponente espectáculo híbrido en el que el videoarte volverá a tener un protagonismo máximo.