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Joe la reina, música sin dinastías

larazon

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En su corta carrera, el grupo revelación de 2014 ha cambiado de formación, estilo e idioma
Fue uno de los discos de debut del año que acaba de terminarse y Joe la reina protagonizan el arranque de 2015 con tres fechas consecutivas. Los donostiarras hacen doblete en San Sebastián y Madrid (2 y 3 de enero) como platos fuertes de la Stereoparty que organiza su discográfica, Subterfuge, y hacen su aparición en el primer festival del año, el Actual de Logroño, el domingo, 4 de enero. La clave está en el excelente trabajo «Bailamos por miedo», un disco con el que nadie contaba pero que ha sido sin duda una de las grandes noticias de la escena musical en español. Y eso que este joven grupo, formado en Pamplona hace sólo tres años, comenzó publicando un EP, «Change of Masks», que les hacía presentarse como la gran esperanza del folk nacional, pero cantado en inglés. Sin embargo, según explica su cantante y guitarrista, Lucas Malcorra, «pasamos una larga crisis en la que estuvimos parados. Nos detuvimos a replanteárnoslo todo, desde el idioma al estilo e incluso la formación». Curioso que un grupo tan joven y con tan poca carrera ya piense en recomenzar de nuevo. «Pero así fue. Hoy, de los cinco músicos que componemos la banda, sólo tres estamos desde el principio», explica Malcorra, voz de la banda, que la completan Iñaki Oro (batería), Ignacio Meléndez (teclados y sampler), Jaime Arteche (teclados y guitarra) y Manu Alday (bajo). «Desde Subterfuge nos estaban dando libertad, pero ya nos metían un poco el codo como diciendo: ‘‘Venga, chavales...’’. Porque estuvimos casi un año entero muy parados».
Sin generación
Fruto de esa crisis identitaria y del trabajo en la producción de Abel Hernández (El Hijo, Migala) surgió, de manera improvisada y en un tiempo récord, su primer largo. «Fue improvisado, no teníamos ni idea de por dónde iban a terminar las canciones. Salió en un mes y medio y lo grabamos en seis días. Lo han llamado folk y le han puesto etiquetas pero yo no tengo claro de qué género o a qué estilo pertenece», comenta el cantante, que reconoce una amplitud de influencias estilísticas entre todos los miembros de la banda. Música sin dinastías y sin generación, o al menos, eso es lo que proclaman en «Pedestal», uno de los mejores cortes del disco, en el que canta: «Miento si me considero parte de mi generación / Siento si vivo fingiendo que es propio de mi generación» «No sé si es nuestra generación o son los tiempos actuales. La gente reniega de todo y cada cual es más individualista. Y creo que es es una pequeña paradoja, porque, al decir que no pertenezco a ki generación, estoy mencionando justamente el rasgo distintivo de mi generación –asegura–. Al menos, es algo que pensaba en esa época: que vivimos en un pedestal. ‘‘No necesito a nadie, no creo en nada ni en nadie’’, ese tipo de cosas». Todos los cambios y las dudas sobre el futuro se convirtieton en las causantes del tono oscuro de las canciones. «Era la incertidumbre. No sabíamos qué iba a pasar con nuestras vidas ni si el grupo iba a seguir y ésa es la filosofía que engloba. Todas las canciones tienen ese punto de oscuridad en cuanto a no ver el camino. Hombre, cada uno se va buscando la vida, pero es duro porque tocar en un grupo, si no arranca, te complica mucho trabajar a la vez. Nos queríamos dedicar a la música y era muy difícil por más que te esfuerces», comenta. La combinación de instrumentos acústicos y electrónicos con un tratamiento folk-rock les convierten en verdaderamente originales en nuestro panorama. En los directos que tienen por delante «trataremos de ser muy fieles al disco y seguir con actitud, aunque las siguientes canciones irán por otro lado totalmente distinto». «Muchas veces, de tanto tocar los mismos temas, pierden el significado para ti. Con nuestro primer EP nos pasó. Renegábamos de las canciones justo antes de tocarlas, pero imagino que es algo que se aprende, a mantener como tuyo lo que has hecho, y defenderlo. Las canciones expresan algo y tú cambias y con el tiempo cantas cosas que ya no sientes. Si seguimos tocando el disco es porque creemos en él. Imagínate cómo se sentirá Serrat cantando ‘‘Mediterráneo’’ después de 40 años. Supongo que esa profesionalidad es algo que se va cogiendo con el tiempo». Las letras de Joe la reina se mueven en terrenos inquietantes. «Mucha gente las ha definido como oscuras, y puede ser. Responden a ese tiempo tan concreto en el que parecía que nada iba a salir bien. Pero yo creo que más bien son melancólicas», asegura. La peculiar voz de Malcorra parece una especie de quejío sordo, con un a sonoridad parecida a la de Germán Coppini, que el productor del trabajo, Abel Hernández, tuvo el acierto de dejar en primer plano. «¿Que se parece a quién?», pregunta. Al cantante de Golpes Bajos. «Ah, pues no los conocía, pero los voy a escuchar».