Música

El Kanka: “Falleció mi padre y di cinco conciertos seguidos. No fue un sufrimiento"

El artista ha publicado “Cosas de los vivientes”, un disco en el que se autorretrata y reflexiona sobre su profesión

Juan Gómez Canca, (Málaga, 1982), El Kanka, publica "Cosas de los vivientes"
Juan Gómez Canca, (Málaga, 1982), El Kanka, publica "Cosas de los vivientes"La Razón

Hace ahora dos años, El Kanka anunció que tenía que parar “por tiempo indefinido”. “Dar un concierto sin ganas es muy feo -reconoce Juan Gómez Canca (Málaga, 1982)-. Y me ha pasado incontables veces. Estar justo antes de subir al escenario y que no me apetezca una mierda, o encontrarme en casa a punto de ir de gira y no tener la menor gana de hacerlo... te reconozco que me ha sucedido bastantes veces. Y si trabajas en una oficina puedes estar con cara de culo, pero es imposible hacerlo si adonde vas es a dar un concierto”, dice el artista malagueño, uno de los grandes e inesperadas figuras de la canción de autor de los últimos años, que publica “Cosas de los vivientes”, su nuevo trabajo. “Estaba bastante quemadillo y tuve que parar. Me sirvió hacerlo y te reconozco que terminé decepcionado con la experiencia. Porque pensaba que por fin iba a poder hacer lo que me diera la gana sin pensar en la música, y, a los dos meses, estaba harto. Ya no sabía qué hacer y me puse a componer. Pero ha servido para algo, porque nunca antes había tenido tantas ganas de tocar. Estoy que me canto encima”, bromea. Para quienes quieran comprobarlo, El Kanka inicia una gira que le llevará a Murcia (3 de marzo), Sevilla (10) y Madrid (WiZink Center, 25 de marzo) entre muchos otros lugares.

En su nuevo disco, además de celebrar la cotidianeidad como es su sello artístico, El Kanka reflexiona sobre su oficio: “Amo mi profesión y lo normal es que me venga arriba en cuanto salgo al escenario. Pero la mayor parte del tiempo como músico lo pasas, en realidad, esperando: en un coche, en una prueba de sonido, en un aeropuerto, en sesión de fotos o de entrevistas, en una firma de discos... Yo haría canciones sin que me pagasen por ello, para mí y para mis amigos, pero hay una parte de la profesión de músico que es un verdadero coñazo. Y hay que desmitificarlo”, dice el malagueño. En “No se dice suerte”, la canción en la que habla de ello, también dice que “de cantar lo que se siente, se olvida de sentir”. “A veces hago unos juegos de palabras que ni sé lo que significan -ríe-. Lo que supongo que quiero decir es que hay que tomar cierta distancia sobre los sentimientos para cantar sobre ellos. Por ejemplo: se murió mi padre en 2021 y, tres o cuatro días después, di cinco conciertos. Cuando estoy cantando, no estoy de duelo. Tienes que dejar atrás el momento en el que estás como sea. Para mí, aquello no fue un sufrimiento, incluso pensé que me podría venir bien. Y así fue durante una hora y media”, dice el cantante, que no se cansa de restarle ínfulas a la vida de artista. “En el fondo es un trabajo muy repetitivo, aunque te digan otra cosa. Ahora presento el disco y los primeros diez o veinte conciertos estaré pensando en qué va a continuación, pero te aseguro que cuando cante ''Canela en rama'', que llevo 15 años haciéndola, trataré de conectarme con lo que canto, pero hay días que parece que estoy recitando la lista de la compra. Podría, perfectamente, cantarla entera pensando en otra cosa”, sonríe irónico.

 

“La lista de la compra” era el título de la canción que dio fama a La Cabra Mecánica (uno de los grupos favoritos de El Kanka) junto a María Jiménez y en la que se decía: “Tú que eres tan guapa y tan lista, tú que te mereces un príncipe o un dentista”. En “YouTuber”, Kanka se pregunta por qué le habrán elegido a él habiendo tantos príncipes y “streamers” o personalidades de la red más guapos y ricos. “Adoro a La Cabra Mecánica, así que es muy posible que me haya inspirado inconscientemente en esa canción. Me hacía gracia lo del youtuber, porque es una profesión fantasiosa total, para la que no hace falta tener ningún talento y a la vez no hay que quitarle mérito, porque seguro que se lo curran para hacer lo que hacen. Hoy, los niños ya no quieren ser astronautas, sino youtubers. Son el paradigma de la profesión exitosa de hoy en día”.

 

No se ahorra la autocrítica. Se presenta, en el disco, como un neurótico. “Quería ser sincero, mostrarme como realmente soy. Esa canción en le primer disco no tendría sentido, pero, a día de hoy, la gente me conoce y lo que sabe de mí es cuando estoy en el escenario haciendo algo que, pongamos, se me da bien. Estoy ahí molando y siendo guay. Y la gente ve eso, pero yo también me tiro pedos y me levanto de la cama muy enfadado. Pero me han colgado el cartel del buenrollista y optimista, del que no reniego, pero no es toda la verdad. Me quería retratar como una especie de antihéroe”. Otro mito que se derrumba: los fans de El Kanka no le ven como la estrella inalcanzable. “(Ríe) No, claro, eso pasa con Justin Bieber. A mí se me acercan como si fuera su amigo de toda la vida y me hablan de sus hermanas y cuñados. Es bonito, prefiero eso que el artista inalcanzable porque eso es falso, muy falso. Yo no soy distinto a ellos. Prefiero que me tomen por un colega y me hace sentir menos incómodo que cuando alguien se me acerca llorando de admiración, que me ha pasado y es lo más extraño”.

Como todos los artistas, su obra está abierta a la crítica y el juicio. “Opiniones de la gente” habla de ello. “Yo tengo pocos haters, pero me fascina que ni siquiera esa figura exista. Yo no les hago ni puto caso, pero es que ¿cómo puedes hacérselo a alguien que opina de ti y no te conoce? ¿Cómo es posible que uno pierda su tiempo -que nos vamos a morir y para mi mi tiempo es importantísimo- en decirle a un artista lo que no te gusta de él?”. Según cuenta en esa canción, a Kanka le han dicho que puede ofender con una de sus letras. “Por lo visto, en ''A dieta de dietas'' alguien del colectivo vegano piensa que es una aberración, que soy un asesino o algo. Pero es que cualquiera puede ofenderse por cualquier cosa. Mira, mis padres se han muerto los dos de cáncer y jóvenes. Mi madre cuando tenía 49 años y yo 19. Y mi padre, con 65, hace dos años. Si yo escucho un chiste sobre el cáncer me toca la sensibilidad, no te lo voy a negar. Pero en la puta vida se me ocurriría ofenderme por eso. Habrá que reír ¿no? Creo que hay que tranquilizarse un poco. En el humor lo veo claro. Hay chistes cuñados o machistas que no me hacen gracia y no será mi tipo de espectáculo. Pero en la ecuación donde se tienen en cuenta las sensibilidades y a los colectivos también se tiene que tener en cuenta la libertad de expresión. Y esto nos está pasando a los artistas. Te cae una losa encima que... Ser más sensibles como sociedad está muy bien. Ya no se puede hacer un chiste machista y quedarse tan tranquilo, pero la libertad de expresión hay que tenerla en cuenta a la hora de enarbolar los juicios”. Especialmente a la hora de hablar de una canción, que es una ficción tanto como una película. “Mira, estoy viendo “Cheers”, que me gustaba de jovencito y tiene cosas un poco retrógradas porque hay chistes machistas y me molestan. Y hay un montón. Pero hombre, no vas a quemar las posibilidades de ver la serie por esa razón. Dentro de cien años nos quemarán a todos y a mi música la primera, pero no sé, creo que hay que tener cuidadito y poner a la libertad de expresión en un sitio importante”.