Gonzalo Alonso

La Boheme o cómo hacer hucha

La emoción siempre es prueba de fuego y aquí surge, porque rezuma teatro.

Stephen Costello (Rodolfo) y Anita Hartig (Mimí), pareja protagonista.
Stephen Costello (Rodolfo) y Anita Hartig (Mimí), pareja protagonista.larazon

La emoción siempre es prueba de fuego y aquí surge, porque rezuma teatro.

«La Bohème», de Puccini.Voces: Stephen Costello, Joan Martín-Royo, J.M. Zapata, Anita Hartig, Etienne Dupuis, etc. Director musical: Paolo Carignani. Orquesta Sinfónica de Madrid. Director musical de escena: Richard Jones.Teatro Real. Madrid, 11-XI-2017.

Al poco tiempo de reabrirse el Real nos quejábamos de que no se habían mostrado las posibilidades del teatro. Se decidió encargar a Giancarlo del Monaco una producción que por fin lo lograse y esa fue «La Boheme». Tres veces se ha repuesto, de ella se han ofrecido más de sesenta representaciones y ha sido una de las producciones más rentables del Real, dado lo mucho que ha girado. Sin ir más lejos dos veces al Liceo. Uno se pregunta por qué no se ha repuesto en vez de participar en una nueva coproducción, cuando la última vez que se programó fue en la temporada 2005/06. Razones, las hay. La última vez que se alquiló fue al Liceo y de allí llegó alterada, por lo que para volver a subir al escenario madrileño habría que gastar un dinero para readaptarla. De otro lado parece que su propiedad está en el alero, con un contrato de venta a otro teatro sin acabar de formalizarse. Podría pensarse que el público de abono no asumiría con gusto volverla a pagar, pero el público ha cambiado y han pasado más de diez años de la última vez. La producción proviene de un acuerdo doble con el Covent Garden, un pack junto con «La prohibición de amar». Ésta se estrenó primero en el Real y «La Boheme» se vio en Londres hace un par de meses. Cada teatro puso cien mil euros en quien primero estrenó y se repartirán los alquileres futuros. Esta es la historia detrás del escenario. Lo siguiente es lo que sobre él se halla y, digámoslo claramente, el Real se ha puesto como objetivo hacer caja y lo conseguirá como lo consiguió con «Carmen». Cien mil euros para diecinueve funciones con un reparto barato son un chollo. Sobre todo con entradas a 259€, cuando en la Scala son 300€ con Netrebko y Chailly. Chapeau por nuestra administración.

Richard Jones es un afamado director de teatro y su experta mano se deja ver en el Real, aunque él no lo haya pisado. Hay dirección de actores y ello se celebra. En estos tiempos hay que hacer de la necesidad virtud porque es imposible invertir en una producción de tipo realista el dinero que se requiere, como aquella «Boheme» citada, y por ello ha de recurrirse a otras vías. La de Jones, con su realismo conceptual, es una de ellas. Wieland Wagner afrontó la problemática en Bayreuth cambiando decorados por luces. Jones no llega a tanto, aunque las luces son un acierto. La nieve como leitmotiv, los cambios de decorados y la propia maquinaria a la vista, etc. dan una sensación de espectáculo continuo a pesar del contraste entre el minimalismo del primer acto y la vistosidad del segundo, donde sobra vestuario por todos lados. Funciona y ejemplo es el final, donde la emoción siempre es prueba de fuego y aquí surge, porque rezuma teatro.

Paolo Carignani concertó con más oficio que sutileza y algún exceso de volumen compartido por un coro que parece tener que demostrar que tienen voces. Cuando en un reparto no hay nada destacado se dice que es homogéneo. Esto es lo que ha pretendido el Real, pero no lo consigue porque la Mimí de Anita Hartig sobresale con mucho, por voz y expresión, seguida por la Musetta de Joyce El-Khouri. Ellos bajan el nivel, con un Stephen Costello como Rodolfo fuera de papel por la ligereza de su instrumento. Recibió algún abucheo al final que le demudó el rostro. Cuando Aquiles Machado lo cantó en la antigua producción,

Alfredo Kraus le dijo textualmente en el camerino «¿Qué coño haces tu en este papel?». Pues otro tanto.

Quienes recuerden aquella la echarán de menos y quienes no la vieron se quedarán satisfechos con la nueva y el Real hará hucha. Sólo un consejo final: vayan a ver este espectáculo, pero traten de no pagar 259€ por él. El público lo disfrutó pero, como decía Antonio Fernández Cid, con entusiasmo descriptible. Los cinco minutos de aplausos resultan significativos.