La «otra» música portuguesa

La verdad es que sorprende, pero sobre todo engancha cuando te encuentras con un cantante como David Fonseca. Este camaleónico cantante ha sabido muy bien cómo hacer que sus seguidores le quieran. Y quizá sea importante empezar por este punto para entender la pasión que despierta en Portugal. Como sucede con casi todo, la música que allí se realiza también se queda tras el muro que separa ese país del nuestro. Pero ahora que David Fonseca viene a España, no podemos dejar escapar la oportunidad de conocerle. Más de 14 años activo, primero con su banda Silence 4, con la que llegaron a vender más de 400.000 copias y desde 2001 ya en solitario, ha publicado 7 álbumes de estudio y rodado por medio mundo tocando en variopintos lugares, pero no de una forma común.

Para hablar de su música hay que saber escuchar primero, porque en ella se ven influencias que vuelan desde David Bowie a The Cure, unas melodías y estructuras sonoras muy brillantes, potentes y cuidadas que reflejan su propia forma de ser. Es un cantante sin aditivos, sin tonterías y con talento. Hay mucho ritmo, pero deja espacio para la cercanía y entiende este mundillo como un espectáculo, como el arte que es la música y que, lo reconoce él mismo, debes siempre disfrutar.

Este año ha publicado su último disco, «Seasons», en dos partes, «Reason» y «Falling», que traerá a España pronto. En él, una vez más, Fonseca decideromper moldes y hacer un disco para todo el año, con un tema para cada mes. Una divertida forma de ponerse retos. «Si no, cualquiera se aburriría en su profesión», reconoce. Al preguntarle por su composición, me sorprende cuando reconoce que cualquier cosa puede dar como fruto una canción. Un ruido, una frase... Después, graba sesiones de esas ideas de 20 o 40 minutos en las que juega con los ritmos, introduce elementos nuevos o incluso desarrolla varias canciones en una. Fonseca se involucra en todos los procesos que comprenden la industria, y suele ocuparse de las sesiones de grabación, de las fotografías, los videoclips y, por supuesto, de la puesta en escena de su tremendo directo. En el gran concierto de ayer, ofrecido en el Coliseo de Lisboa, el público estuvo entregado. «Hay que saber reírse de uno, tomarte las cosas con humor y poder darlo todo con una sonrisa», me comenta. Igual que él anoche, cuando ofrecía cinco versiones de las canciones de otros autores que más les gustan a sus fans.

Nació en Leira, Portugal, en 1973. Es un amante de la artes, de cualquiera de ellas. Después de estudiar teatro y cine se licenció en Bellas artes. Además, toca la guitarra, el piano, el bajo y la batería, y bastante bien, además de ser compositor y letrista. Es un loco de la fotografía y hay algoespecial en lo que rodea a sus directos, porque siempre quiere que sean distintos, nuevos. Se disfraza, juega con las luces del escenario, versiona canciones imposibles y no para quieto. Se considera hiperactivo y lo confirma la gente que tiene a su alrededor. No para jamás.