Las tablas de Arcángel
El cantaor acaba de grabar «Tablao» (Universal) y participa en la Suma Flamenca de Madrid junto a Mercé y Rocío Márquez
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El camino de Arcángel (Francisco José Arcángel Ramos, 1977) en el flamenco es de ida y vuelta. La forma de navegar entre la tradición y la vanguardia del onubense le ha convertido en una de las voces más prometedoras para el futuro del cante. Pero no quiere ni oír hablar de eso. «Estoy de espaldas a los comentarios, ya sean buenos o malos. Porque donde yo me pongo el listón, no me lo va a poner nadie. La exigencia es mía y nadie puede ser peor crítico de mis actuaciones que yo», dice el cantaor, uno de los platos fuertes de la Suma Flamenca de Madrid este año, junto a Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernández (que presentan «Granada» esta noche), José Mercé (martes, 9 de junio), y Rocío Márquez (que presenta «El niño» el día 12). Arcángel llevará a los Teatros del Canal su «Olor a Tierra», un proyecto que él mismo define «a caballo con lo heterodoxo», con un tratamiento del cante y de la instrumentación vanguardista. Mientras, acaba de terminar de grabar el que será su debut con la discográfica Universal, «Tablao», un disco en el que ha buscado la austeridad en la instrumentación y con el que rinde homenaje a los templos del flamenco, los tablaos.
Pedir el carné
«Para mí, fueron una escuela importante para dar el salto al profesionalismo. Tienes que entender que el espectador que más lejos está te oye desde 15 metros. Así que ahí tienes un trasvase de sensaciones y una cercanía que resulta elocuente. En ese momento, difícilmente puede esconderse uno de sus propios errores», comenta. Con la voz sin amplificar, como mandan los cánones. «Yo no reniego de ese formato, aunque sea menos natural. Tiene otro aspecto bueno, pero la escuela del tablao implica algo que llevan dentro todos los grandes, que se educaron en el cante diario. A algunos maestros sí me pude acercar a verles, pero en mi época esos lugares ya habían caído incluso en desuso, porque existía una forma distinta de hacer los conciertos», señala Arcángel. De los patios de Andalucía y las tabernas más recónditas a los tablaos y después, a los teatros y auditorios. «En los tablaos, más que del público y de otros maestros, lo que yo aprendí es a tratarme a mí mismo y a enfrentarme a todos los cantes posibles», puntualiza.
El aprendizaje de Arcángel fue el de los artistas modernos: en peñas, entrando en los palos, asimilando durante años. A pesar de no ser de familia flamenca («nadie en mi casa lo era») fue haciendo su camino, interesándose, probando, «hasta que ya había andado tanto por ahí que no me resultaba rentable darme la vuelta», confiesa. «Por eso, aunque me haya caracterizado por hacer discos y espectáculos con instrumentaciones más barrocas o de otra índole, para mí la tradición es muy importante. Pienso que todas las músicas del mundo las hacen individuos que tienen sus necesidades vitales y hay veces que éstas distan mucho de lo que esperan de ti y de lo que tú necesitas. Y ya está,esa es la forma de alimentarnos, regenerándonos cada día», sostiene. «Para disfrutar del flamenco no hace falta entender, y de hecho, ese es un estereotipo que ha hecho mucho daño. No entiendo por qué para otras músicas no te piden el carné y en cambio sí que pasa en el flamenco. Es perjudicial ese comportamiento, porque muchos se alejan de este arte por miedo a que alguien les pueda increpar por no saber el estilo que están interpretando en cada momento. ¡Si aquí escuchábamos a los Beatles sin entender la letra! Yo me he interesado por la música clásica porque la oigo de corazón, y no comprendo por qué poner cortapisas en nuestro arte». Algunos aficionados se toman demasiado a pecho su música. «Es para tomársela en serio. Es cultura e identidad. Pero hay que ser más naturales».
Libros, cine y más salas
La Suma Flamenca aglutina muchos más eventos que rodean a las grandes citas de los Teatros del Canal. La programación de actuaciones sigue en salas como Barco (todos los domingos de este mes), Cardamomo (24 noches en total, varios precios), Casa Patas y Corral de la Morería (casi todas las noches del mes) y Fulanita de Tal (7 noches), por iniciativa de la Noche en Vivo. Aún hay más noches flamencas en el Teatro Fernán Gómez, La Abadía y Círculo de Bellas Artes. La exposición «Flamenco en tinta china» de David Vaamonde (Teatros del Canal) y la presentación del libro «El jardín del flamenco» de David Verdú (jueves 11, Corral de la Morería) amplían las disciplinas que se acercan a este arte. También la Cineteca del Matadero propone su acercamiento con la película «La búsqueda» que el hijo de Paco de Lucía rodó sobre su padre y que obtuvo un Goya al mejor documental; también se podrán ver los filmes «El flamenco es cosa de niños» y «Válgame Dios qué alegría tiene esta gente, qué fatigas tengo yo».
- Dónde: Teatros del Canal. Sala Roja. C/ Cea Bermúdez, 1 .
- Cuándo: jueves, 11. 20:30 horas.
- Cuánto: de 14 a 24 euros.