Los dragones de Las Vegas arrasan Madrid
Creada:
Última actualización:
El lugar donde hoy se sitúa Las Vegas bien pudo venir marcado en los mapas antiguos con la leyenda reservada entonces a los territorios ignotos: "Podría haber dragones". Los había, en efecto, pero su aliento de fuego es un grito de rock brioso que ha prendido con devoción a su paso por Madrid.
Ni los propios Imagine Dragons, banda revelación de 2013, podían imaginar el recibimiento que les esperaba en su primera visita a España y, en concreto, a la capital española, después de un intento fallido en mayo y pese a la necesaria reubicación de este concierto al Palacio Vistalegre, para responder con un mayor aforo a la expectación y la demanda.
Más de 8.000 personas han disfrutado así de "Night visions"(2012), su primer álbum de estudio, el tercero más vendido en EE.UU. y uno de los cinco más solicitados en todo el mundo a través de los servicios de escucha on line, sobre todo su sencillo "Radioactive", que se ha convertido también en lo mejor de esta noche, con un voltaje épico, a la altura del imparable vuelo de estos dragones.
"Nunca en nuestros cinco años de historia habíamos hecho dos temas en los bises", ha destacado el cantante Dan Reynolds, "Danielito", como se ha llamado a sí mismo, ante un recinto que se derretía por este grupo y en el que abundaban, o al menos se hacían oír más, muchas niñas monas con el alma circunstancialmente roquera.
El disco ha sido mucho mejor valorado por el público que por la crítica especializada, que le da un aprobado raspado, en la difícil línea entre el rock alternativo y el comercial, con algunos ataques a lo que consideran falta de profundidad.
Sea como fuere, en vivo nadie puede negarles la entrega y la potencia que desarrollan durante la hora y media de concierto, desde que empiezan a sonar los primeros acordes de "Round and round"y "Amsterdam", canción en la que recuerdan a sus célebres paisanos The Killers.
Como ellos, a Imagine Dragons no les duelen prendas en abrazar con cierto punto excéntrico un sinfín de influencias -ritmos africanos y latinos, música electrónica, folk y rock- y exponerlos al público, dejándose llevar por unos genes apegados a la ciudad del pecado y el espectáculo.
"Somos Imagine Dragons, de Las Vegas, Nevada", anunciaba Reynolds, como reivindicando aquellos comienzos en bares y casinos.
Al público de Madrid le gustaba lo que veía y se lo demostraba al término de "Tiptoe", insistiendo en su estribillo: "Nobody else to take me higher"(no hay nadie que me eleve más alto).
Eso sí, viniendo de donde vienen, cabía esperar un decorado algo menos espartano, aunque lo subsanan con una extravagante guitarra reflectante que vuela hacia agudos imposibles y, sobre todo, con un sonido supervitaminado y retumbante, gracias a una ración extra de bombos y cajas en apoyo de la batería.
En otra prueba de su versatilidad, al toque más grave y americano de "Hear me", le siguen el soniquete isleño de "Cha-Ching (Till We Grow Older)", el selvático "Rocks"y una versión de "Song 2", de Blur, con la que Vistalegre ha saltado como si fuese el mismo Damon Albarn el que la cantara.
Imposible resistirse al toque folk de la mandolina del single "It's time", que el público entona a capella desde el arranque.
Después, con "30 lives", se dan el único renuncio a la energía, pero la recuperan en seguida con la cadencia reggae y positiva de "On Top of the World"y, por fin, con "Radioactive".
El que es el single de rock más vendido en el mercado digital de 2013, con tres millones de copias, suena en directo aún más gigantesco, sin perder su querencia de hip hop y aupado por esos golpes de percusión apocalíptica que anuncian la llegada de una nueva era.
Solo estaba previsto un tema en los bises, como durante toda la gira, pero ante la apabullante reacción del público, Reynolds y su banda han brindado de forma excepcional un tema más, "Bleeding out", antes de cerrar con "Nothing left to say"y el himno español.
En su vuelo imparable, mañana tocan en Barcelona. Será que nadie les ha hablado de la leyenda de San Jorge matadragones.