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Barcelona

Morat: "Un beso basta para parar una guerra"

Tienen pensado involucrar a los soldados de Colombia en un coro versionando su single y se van con su segundo disco de gira a EE UU.

Delante, Juan Pablo Isaza y Juan Pablo Villamil. Detrás, Martín Vargas y Simón Vargas. Foto: Javier Fernández-Largo
Delante, Juan Pablo Isaza y Juan Pablo Villamil. Detrás, Martín Vargas y Simón Vargas. Foto: Javier Fernández-Largolarazon

Tienen pensado involucrar a los soldados de Colombia en un coro versionando su single y se van con su segundo disco de gira a EE UU.

Con su segundo disco, «Balas perdidas» quieren hacer diana en el corazón de sus fans. En mayo vuelven a España en concierto. El 12 en Madrid, el 18 en Barcelona y el 24 en Sevilla. Y recuerdan que una bala perdida siempre llega «por accidente», cuando menos lo esperas.

–Hay canciones que pueden cambiar la vida. ¿La suya?

–Juan Pablo Isaza:Varias, pero sobre todo «Mi nuevo vicio», con la que llegamos por primera vez a España de la mano de Paulina Rubio y nuestra vida cambió a un ritmo muy acelerado.

–¿En el amor son más ganadores o perdedores?

–Martín: Ganadorsísimos.

–Su segundo disco parece menos esperanzador que el primero...

–Simón:No, creo que todo lo contrario, hay canciones que son más esperanzadoras empezando por la de «Otras se pierden», que te dicen que lo peor son los primeros cinco días, luego ya todo empieza a mejorar. Hay canciones más esperanzadoras...

–Isaza: Es cierto que hay más canciones de desamor que de amor. Continúa siendo triste, pero menos que el primero.

–¿Cuántos besos hacen falta para detener una guerra?

–Isaza: Depende entre quienes.

Martín: Un beso basta para parar una guerra.

Villa: y otro beso la empieza...

¿Con sus «besos en guerra» esperan convertirse en un himno de las tropas desplegadas en misiones o es más una canción para los que esperan su regreso?

–Isaza: Ojalá ambas. Volverse un himno implica que la gente se sienta de cierta forma identificada con una canción...

–¿Han pensado cantarles a las tropas en Mali, Irak..?

–Villa: Guauuu. Tenemos otra idea super bonita que ojalá la podamos hacer. 2019 es un año importante en la historia de nuestro país y queremos involucrar de alguna manera a los soldados de Colombia en algún coro de alguna versión de algo parecido.

–¿A quién embrujarían?

–Isaza: Al público, haciéndoles adictos a nuestra canción. Hicimos «El embrujo» con mucha prudencia. La colaboración surgió un poco de nuestro fracaso de no saber qué hacer con un tema que a nosotros nos sonaba a flamenco. Por eso acudimos a los hermanos Carmona que le dieron más sentido. Es nuestro homenaje al flamenco.

–¿Qué esperan de su gira por EE UU?

–Isaza: Volver. Vamos con una actitud de paseo, no sabemos muy bien qué esperar.

–¿De qué se declaran culpables?

–Simón: Entré a una estación de gasolina y cuando iba a pagar se me quedó una chocolatina en el bolsillo de la cazadora...

–¿Alguna vez amaron en defensa propia?

–Isaza: ¿Cómo amas en defensa propia? Creo que no...

–Martín: A mí me suena más a combate el odio con amor.

–Villa: A mí sí que me pasó una vez que una niña me dio una patada bien puesta y yo seguía detrás de ella.

–¿Cuál es su «maldita costumbre»?

–Villa: comerme las uñas o comer hamburguesas.

–Isaza: No tener la costumbre de ir al gimnasio.

–Martín: A ninguno de los cuatro les resulta suficiente la cantidad de trabajo que tenemos por la banda, por Morat.

¿Y en España?

–Todos: La cerveza.

–Isaza: La caña es deliciosa, pero muy chiquita y uno pierde la noción de cuántas te tomas. No es tomar hasta la borrachera, porque nosotros rara vez nos emborrachamos, pero hemos tomado tres cañas al día durante un mes y decimos: ¿qué son estos kilos?

–¿Qué batalla dan ya por perdida?

–Todos: La de dormir.

–Martín: también la de las relaciones a distancia. Tenemos que tirar mucho del whatsapp...

–¿Qué hacen cuándo el amor se escapa?

–Villa: Más cañas...

–¿El mejor consejo que les hayan dado?

–Isaza: Que es más importante la tranquilidad que cualquier otra cosa.El éxito está en eso, en la tranquilidad.

–Lleva una medida de la virgen del Pilar en la mochila con la bandera de España...

–Isaza: Sí. Se volvió un poco una tradición en mí desde que fui a Zaragoza. Incluso la primera la corté, no sabía lo que era. Pero ya tengo más. Me parece bonito.

–Simón: Yo tengo siempre una pequeña caja de púas de conciertos. Guardo con la que toqué en el Teatro Real.