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Música

Muere a los 70 años Jorge Martínez de Ilegales, volcán de actitud rock & roll

El rockero, una actitud y una voz única en el panorama español, había anunciado en septiembre que padecía cáncer

El rockero Jorge Martínez, líder y vocalista de la banda Ilegales, ha fallecido a los 72 años, apenas tres meses después de anunciar que padecía cáncer. Martínez era una de las grandes voces de la escena nacional, un enorme letrista y el máximo exponente de la antigua actitud rockera. Jorge Ilegal poseía una personalidad arrolladora, una enorme energía creativa y vivía, como dice el tópico, la vida como si fuera una canción. Así lo plasmaba en sus letras, amenazantes e inquietantes, y también en su modo de vida, que oscilaba entre la omnívora lectura y los antros y bares de menor categoría. Se va una leyenda del rock en castellano. Dejó a este diario un consejo universal: “Que no te pase lo que te decían tus padres, que te daban la vida pero luego no te dejaban vivirla. Hay que arriesgarse porque la vida mata, la vida acaba mal”.

La vida de Martínez es legendaria y se ocuparon de contarla en el documental de elocuente título "Mi vida entre las hormigas", donde se glosa su excesiva y mercurial personalidad. Nunca fue una buena idea dar un paso en falso en presencia de Jorge Martínez, cuyo temperamento era un volcán inactivo. Por eso sus conciertos eran dignos de presenciarse. Pero también había otro Jorge Martínez, más allá de la leyenda: culto, reflexivo, lector obsesivo, gran conversador, encantador y ocurrente.

Ilegales fueron una de esas bandas que habrían merecido mejor suerte. Formada en Asturias en los años 70, entraron en la década de los 80 en las antípodas de la Movida y su peripecia fue inestable. Quizá valga para definirla los recuerdos de Jorge a este periódico en 2022: "Ilegales han soportado tensiones exógenas y endógenas, como buena criatura que está viva: hay otros que van de rockeros pero que nacieron muertos y todavía no se han dado cuenta. Y sí. Hubo tensiones entre las personalidades del grupo. Son gente muy solvente tocando su instrumento y con vidas terroríficas, disipadas. Llenas de venenos de todo tipo: intelectuales, químicos y fármacos de toda procedencia. Los festejos nocturnos, ya sabes. Esas noches audaces, certeras, destructivas”, narraba el vocalista en una entrevista a LA RAZÓN.

Ilegales tocaban estupendamente, escribían buenas letras, ¿por qué no arrasaron? Jorge Martínez, burlón: “Es difícil de contestar, pero hemos tenido gran parte de la culpa. Lo teníamos en la mano en un momento determinado y podríamos haber tomado ese camino del éxito, pero si nosotros nos quedamos con la música, las letras y las chicas... es justo que otros se queden con la pasta, la fama y el prestigio. Bueno, también sacamos alguna gonorrea. Iba en el paquete”.

Había que haberles conocido, claro, cuando Jorge iba con un palo de hockey como arma de autodefensa. No lo necesitaba, en realidad, pues nunca rehuyó una buena pelea por el método tradicional. Eran tiempos de juventud y patosos había muchos. El primer disco de Ilegales, homónimo (1982), se da a conocer en un concurso local pero nadie se atreve a editarlo en Madrid y aparece por sorpresa la figura de Víctor Manuel, responsable de la extinta Sociedad Fonográfica Asturiana. Fue un éxito. Con portada de Ouka Leele, vendió 150.000 copias, a pesar de que rompía esquemas, tanto en la forma como en el fondo. En lo primero, por una sencilla razón: ellos sí sabían tocar. Suenan afilados y contundentes. Canciones como «Europa ha muerto» y «Tiempos nuevos, tiempos salvajes» poco tienen que ver con la nueva modernidad. Y, por cierto, pocas canciones menos premonitorias que una anuncie la defunción de Europa.

Después llegó el segundo disco, "Agotados de esperar el fin" (1984), otro cañonazo, publicado por la compañía Epic-CBS, que absorbió la Sociedad Fonográfica Asturiana. "Soy macarra" fue un éxito tan insolente como masivo, pero había otras provocaciones como "Odio los pasodobles" y homenajes a sus costumbres: "Stick de hockey". Tras ese trabajo, "Chicos pálidos para la máquina", "Todo está permitido" y "Regreso al sexo químicamente puro", cada uno con apenas dos años de diferencia. Giran sin parar, desparraman y pagan las consecuencias. Jorge no lamentaba el reconocimiento obtenido: "Gente de mucho éxito se vuelve triste y desgraciada. Les falta la tensión de buscarse la vida. Yo he sido muy feliz cuando me he arruinado arruiné y lo hago periódicamente. Luego me vuelvo a forrar... (risas). Es un sopapo de la vida que algunos ven indeseable pero a mí me ha enseñado muchas cosas. La necesidad es magnífica. Sin ella seríamos amebas en el barro".

Aunque llevaban unos años de atonía, la banda se disuelve oficialmente en 2010. Jorge Martínez se une a Los Magníficos, y a partir de 2016, cuando aparece el documental "Mi vida entre las hormigas", Ilegales recupera velocidad. Publican "Rebelión" (2018), "La lucha por la vida" (2022) -con el que celebran 40 años de historia- y "Joven y arrogante" (2025). La última entrevista con este diario fue el pasado mes de marzo. Hablamos sobre la muerte: "Yo les he visto crecer y morir a muchos de ellos. Pero es así: la muerte te alcanza. Pero una vez ya dije: ‘‘Cuando vengas a buscarme con la guadaña quedará muy poco que puedas llevarte’’. Irse pronto y dejar un bonito cadáver me parece un desperdicio estúpido de la vida. Eso nunca". Lo cumplió hasta el final.