Nos invaden otra vez
El músico Jeff Wayne reedita su mítico álbum de «La guerra de los mundos» de H. G. Wells con las voces de Liam Neeson y Joss Stone
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En la época de las aventuras interactivas, del iPad, la alta calidad de imagen y el 3D, un consejo: prueben la radionovela. Eso es lo que propone Jeff Wayne, compositor y productor británico que hace 20 años acometió la adaptación de la mejor pieza nunca escrita para su radiodifusión: «La guerra de los mundos». Aquella versión, grabada en un doble LP, se mantuvo dos décadas ininterrumpidas en la lista de éxitos británica, pero ya necesitaba un pequeño lavado de cara y una nueva lectura dramatizada. Para las partes habladas, Wayne ha contado con el actor Liam Neeson, confeso seguidor de la grabación original, y junto a él, Ricky Wilson (de la banda Kaiser Chiefs), la cantante soul Joss Stone y el productor Gary Barlow.
«Nadie me dijo que hubiera algo roto en la grabación original. Todo ha surgido a través de la gira mundial que empezamos en 2006 para representar en teatros la versión musical, con actores en escena y con todo el montaje tecnológico que nos permitía cada sala», cuenta Wayne. Los discos han vendido en Reino Unido 2,5 millones de copias; es el 38º más vendido de la historia en el país de los Beatles. Un enorme mérito, teniendo en cuenta que, al poner el doble álbum en el equipo de música, suena una voz que narra la acción (como hizo Orson Welles en 1938) sobre efectos de ambiente y que va dando paso a temas musicales que no encajan en la forma habitual de estrofa-puente-estribillo. «Esta nueva versión se ha cocinado a fuego lento, con una visión más abierta y nueva. Revisité el guión original con Richard Burton, y él me recordó que muchas partes habían quedado fuera por la sencilla razón de las limitaciones de duración que tienen los antiguos vinilos. Pero si agrandábamos la historia había que hacerlo desde la perspectiva del siglo XXI», explica.
Wayne recuerda que la primera versión se compuso bajo el influjo del punk como género en auge y cuando la música disco estaba a punto de asaltar las pistas de baile. Había que darle un barniz más vanguardista, que acercase los tempos a la electrónica que impera en las listas de ventas y en los clubes nocturnos. «Estoy orgulloso de la primera versión. Superó claramente la prueba del tiempo, no hay más que ver cuánta gente la compró, pero había unas influencias que se notaban. Ahora viene una nueva generación de fans y había que renovar el enfoque». Se han incorporado sintetizadores y punteos de guitarra. «Creo que los instrumentos reflejan el mundo en el que se vive. La tecnología y la guitarra suenan ahora diferentes que en los ochenta. En su momento se hizo todo con una banda en el estudio, y ahora con un ordenador. Y creo que el pulso de éste también es interesante y emocional, porque posee ese punto de perfección y de tensión», asegura el compositor.
Acento ochentero
El resultado no deja de tener un fuerte acento ochentero que reconocerán los antiguos seguidores. No llega a ser el «Flash Gordon» de Queen, pero en algunos aspectos sí mantiene esa atmósfera naif. «Es curioso que lo digas, porque he contado con un equipo muy joven. Todos buscábamos un toque antiguo y nuevo a la vez». Por eso, el resultado está lejos de ser la banda sonora de la adaptación cinematográfica de Spielberg, que se estrenó en 2005 con Tom Cruise en el papel protagonista. «Vi la película. Hay que matizar que es una versión ambientada en la actualidad, y, en cambio, yo me enamoré de la historia original de H. G. Wells, porque era una especie de oscuro cuento victoriano. Había más terror en esa historia porque la invasión alienígena era de unas criaturas con cerebro y unas armas muy poderosas frente a las de los humanos, que por entonces apenas tenían rifles y pistolas para defenderse. En cambio, si se produjera la invasión en la actualidad, los humanos tendrían más posibilidades de luchar», sostiene Wayne. En cambio, la versión de Wells se basaba en la idea de la guerra injusta. ¿Es un mensaje que llega a una audiencia joven? «Absolutamente. Dice mucho del mundo en el que vivimos, del miedo a ser invadidos o a sufrir un ataque en una vivienda en cualquier parte del mundo», asegura.
Liam Neeson pone la voz al memorable personaje del periodista en lugar de Richard Burton, que lo hacía en el original. «Wayne y la obra forman parte de mi paisaje musical desde niño. Conocía la obra y compré el casete en 1979, cuando trabajaba en Irlanda. Todavía la tengo», dice el actor. Gary Barlow es quien interpreta sus pensamientos cantados (en vez de Justin Hayward, de Moody Blues, hace 34 años), y Ricky Wilson, voz de los Kaiser Chiefs, es «El artillero»: «Siempre he admirado ese trabajo. Es un disco mítico y no resulta fácil atreverse con una nueva versión, pero cuando me llamaron, no pude decir que no», asegura. Ambos estarán en el escenario en las representaciones que tendrán lugar en Londres, aunque probablemente no en la gira mundial que seguirá al lanzamiento. La segunda mitad de la narración introduce personajes como Nathaniel y su esposa Beth, interpretados por Maverick Sabre y Joss Stone, que ponen los momentos de más acción.
Sólo en inglés
Para los interesados españoles, sepan que por el momento sólo se va a poner a la venta la edición en inglés y no hay prevista una en castellano. En todo caso, el libreto incluye la transcripción de las letras y los diálogos, por lo que la nueva versión cumple su función como lección de inglés. «Me gustaría hacer una versión en español como hicimos en 1978», dice Jeff Wayne, que también adaptó al musical «Espartaco». «La versión española fue un éxito, aunque mucha gente no la recuerde. Puso la voz Teófilo Martínez, y en la primera semana llegó al número uno de la lista de ventas mientras que la original no pasó del 7 en Inglaterra», explica Wayne, que buscará la manera de hacer que la gira de teatros pase por España «a pesar de que la situación económica es bastante adversa». En todo caso, estos CD consiguen otro sueño de H. G. Wells: viajar al pasado, cuando los cuentos se decían en voz alta, sin pantallas de cristal líquido.