Conciertos

Paloma San Basilio: «Un artista debe evolucionar, cambiar y aportar algo nuevo»

La artista posa para la entrevista
La artista posa para la entrevistalarazon

Retirada de los escenarios desde hace un año, regresa de la mano de los Chicos del Coro de Saint Marc, con los que acaba de grabar el disco «Voces para el alma». Juntos recorrerán España en una gira que arranca el 20 de noviembre.

Fiel a su palabra, Paloma San Basilio vuelve con un proyecto que le ilusiona debajo del brazo, «Voces para el alma», un disco en el que une su voz a la de los Chicos del Coro de Saint Marc. Juntos interpretan una decena de canciones universales que popularizaron, entre otros, Michael Jackson o Leonard Cohen. Tras 40 años de carrera y 37 álbumes publicados, la cantante busca «aire y libertad», aunque no cierra la puerta a proyectos puntuales.

–Hace casi un año que se despidió de los escenarios con la gira «Hasta siempre». ¿Ha podido dedicar más tiempo a pintar y escribir? ¿Se ha arrepentido alguna vez?

–Fue una buena decisión. Se trataba de cerrar un ciclo largo en el que se encadenaba un elemento con otro y había que cortar aquella dinámica para dejar un espacio libre en el que fueran posándose otras opciones que también eran muy afines a mí, como escribir, pintar, viajar y pensar en otros proyectos. Cuando surge la idea de los niños y comienzas a cantar con ellos, empiezas a notar una sensación nueva con esa fusión de voces. Algo que empezó como unos conciertos puntuales fue creciendo por la posibilidad de grabar un disco. También ha influido mucho el repertorio, que está muy dentro de lo que a mí me gusta cantar. La música sigue estando ahí, aunque ya no es la que ocupa todo el espacio, sino que convive con las demás cosas.

–¿Cómo ha sido la experiencia de unir su voz a los Chicos del Coro?

–Ha sido compleja porque ellos tienen una dinámica mucho más clásica que la que mía. Incluso en los conciertos a veces tengo que usar tonos que no son los míos habituales, pero que vienen muy bien para trabajar otras tesituras. Cuando vas a interpretar temas del pop universal, ¿cómo ensamblas eso?, ¿cómo se armonizan esas voces para que esas canciones que todo el mundo tiene en su memoria no pierdan el espíritu que las ha hecho importantes para muchas generaciones. Ahí viene un trabajo vocal muy importante que han hecho ellos y también un trabajo de arreglos. Al escuchar esos temas, te quedas alucinada porque el resultado es absolutamente nuevo y sorprendente.

–¿Fue difícil elegir el repertorio?

–Cuando me lo propusieron, ellos habían elegido ya algunos temas. Después, como mi voz tiene unas características, se buscaron unos más cercanos a mí.

–¿Qué va a encontrar el público en los conciertos?

–Van a ver la esencia de los Chicos del Coro de Saint Marc con sus temas clásicos y una incorporación de bastantes temas del disco. Será más ecléctico que el que proponíamos en la etapa anterior, con temas más afines a mí.

–¿Les acompañará un piano o habrá otros instrumentos?

–La idea no es meter una banda porque nos alejaríamos de la idea de pureza escénica. Estamos huyendo de cualquier tipo de parafernalia para que sean las voces las que emocionen.

–¿No le reclamarán los fans también sus grandes éxitos?

–Tengo la suerte de que la gente que me sigue es muy adulta y ha aceptado mis cambios divinamente, porque a veces me voy a las antípodas y hago cosas que no están previstas y siempre lo aceptan. Aquí la ventaja es que van a ver un tipo de música que se puede identificar mucho conmigo. Volver al repertorio habitual es muy recurrente. Si cierras un ciclo, debes soltar lastre y no estar agarrada perennemente a unos temas porque hayan tenido éxito, ya que eso es desvirtuar la carrera de un artista, que debe evolucionar, cambiar y aportar algo.

–Hace un año se estrenó como escritora con una autobiografía, «La niña que bailaba bajo la lluvia». ¿Buscaba acallar los rumores que rodean a todo famoso?

–No fue contra nada, sino a favor de mi necesidad vital de reconocerme, de volver la mirada hacia lo que he sido y las cosas que me han ido pasando. Al principio no iba a ser publicada. Al proponerme hacerlo, les dije cuál era el tono de la autobiografía, que nada tenía que ver con la de una artista famosa. Es muy sincera y me desnudé mucho, pero como ser humano porque lo que hago es comunicar emociones y cosas que cualquiera puede experimentar.

–¿Qué tal va la escritura de su primera novela de ficción?

–Está a punto. Ha sido un trabajo emocionante y apasionante. Es una novela coral que abarca cuatro décadas. Haces un esquema de seres humanos y personalidades que cobra vida propia y te sientas y ves cómo vas escribiendo lo que no sabías que ibas a escribir.

–¿Las redes sociales han sustituido la antigua labor de promoción de las discográficas?

–Es un poco tomar el hilo directo con el público. La gente que trabaja conmigo hace un trabajo fantástico, pero evidentemente yo estoy ahí para decir qué quiero decir y cómo lo quiero contar. Hay que utilizarlas honestamente, pero es una estupenda plataforma para transmitir sentimiento.

–¿Qué opina de los programas de cazatalentos? ¿Le han pedido alguna vez ser jurado?

–No me lo han pedido. No creo demasiado en los concursos porque no me gusta jugármelo todo a una carta. No creo que nadie tenga la varita mágica para saber si alguien tiene talento. Tendría mucho pudor, diría que todos son estupendos y sería incapaz de elegir.

–Como pionera del teatro musical en España, ¿cree que el género ha llegado para quedarse?

–Ahora mucha gente con talento puede prepararse y vivir de los musicales. Antes era inconcebible. Si no hay posibilidades de vivir del trabajo, el nivel no puede subir. Sin embargo, hay muchos musicales oportunistas que no se hacen tomando como base la calidad, sino a si funcionan en taquilla. Muchos inventos. Para mí, el musical es el género más exigente en producción de textos, puesta en escena, etc. Hay muchos y no todos tienen la calidad que a mí me gustaría que tuvieran, pero es el público al final el que decide.

–¿Qué personaje le ha faltado interpretar?

–Norma Desmond en «Sunset Boulevard». El musical es fantástico y la música es increíble, pero el personaje es tan duro que me iba a sentir fatal cada día cuando me fuera a mi casa.