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Primavera Sound, el selfie perfecto

La primera jornada del festival depara grandes sorpresas y un buen nivel musical

Aphex Twin
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La primera jornada del festival depara grandes sorpresas y un buen nivel musical

No, no es que haya crecido la hierba en las áridas dependencias del Fórum de Barcelona. Al contrario, el aspecto del recinto es más desolador que nunca y la gravilla sigue siendo su máximo exponente. El Primavera Sound 2017 arrancó lleno de promesas, marcas y algunas actuaciones memorables.

Empecemos por lo llamativo: a las siete y media de la tarde, cuando los focos estaban sobre el cantante de R&B estadounidense Miguel, su escenario comenzó a vaciarse por un rumor infeccioso. Una alerta subterránea se movía de boca a oreja. La aplicación oficial del festival acababa de anunciar un concierto sorpresa de Arcade Fire. Las pistas para encontrarlo era un pantallazo del mapa del recinto donde iba a tener lugar el bolo sorpresa. Efectivamente, había que cruzar los ¿dos? kilómetros que separan los extremos del recinto para, después de abandonar a Miguel, toparse con los canadienses. El sol se ponía detrás de las chimeneas de la central de Sant Adrià del Besòs mientras sonaba "Everything Now", con la que abrieron el concierto. Miles de selfies después, ya teníamos fenómeno viral de 2017. Alguien dijo: Arcade Fire son los Chichos de este año. Para los que se lo perdieran, el sábado vuelven, esta vez, al escenario principal.

La sorpresa estuvo fenomenal. Muy bien pensada en términos mecadotécnicos y la incomodidad del lugar elegido, que obligaba a los espectadores a dividirse en los dos extremos de un puente, fue un enorme acierto. El primavera 2017 se refuerza como un festival en el que pasan cosas más allá de lo habitual, un evento que depara sorpresas y experiencias. Como la de ver a Jens Lekman en el Heineken Hidden Stage, escenario en el que el patrocinador principal del evento quiere ofrecer una vivencia diferente para un selecto número de invitados. Lekman sedujo y convenció. Fue un concierto mayor en un entorno diferente.

Ambas iniciativas parecen girar en torno a la apuesta por una filosofía de lo inesperado: abrir estilos nuevos y grupos menos evidentes. Y el concierto de Lekman, con una banda (bajo, teclados y batería) formada íntegramente por mujeres (bravo) fue una buena ración de positivismo en formato reducido que consiguió lo que la marca se proponía: conectar a desconocidos y proporcionar una experiencia única.

La tarde, por lo demás, transcurrió de forma plácida, aunque quizá no arrolladora. Habíamos dejado colgado a Miguel, pero antes de salir corriendo hacia la sorpresa del día, el angelino ofreció un recital de soul contemporáneo excelente. Miguel a veces es Prince, otras es Bob Marley, y después samplea a Kendrick Lamar. Brillante adaptación de "Swimming Pools (Drank)"y excelente directo.

También estuvieron soberbios Triángulo de Amor Bizarro, con cierto sonido embarullado aunque eso les sienta fenomenal. Solange fue bastante intrascendente, y un calificativo similar se le puede aplicar a Bon Iver, con su nueva propuesta de rock con electrónica algo carente de alma. Autotune para cantar a la angustia de "22, a million", un disco algo átono.

Lo más relevante de la noche, el concierto que desbordó expectativas y aforo, fue el de Kate Tempest. La londinense ya había arrasado en la noche del miércoles en la sala Apolo, donde ofreció un concierto extra, pero lo de su concierto, al filo de la medianoche, el el Forum, fue inenarrable. Por su actitud avasalladora, pareció que iba a ser la última vez que declamase las letras de "Let Eat Them Chaos", un álbum magistral. Confinada al escenario Adidas, en el extremo del recinto, Tempest supo que nadie estaba allí por casualidad. Y ella mandó callar la música mientras, a voz desnuda, lanzó los versos de "Europe Is Lost". El público enmudeció. Y ella reinó por encima de todo.

Finalmente, otra joya extraña puso el broche a la primera jornada. A Aphex Twin le precede la leyenda de chico incómodo y en cambio se regaló por completo en el escenario Heineken. Su actuación fue un catálogo de ritmos de baile, del techno al "breakbeat", incluido Daddy Yankee.