Artistas

Protestar sí, pero con arte

Guillermo Rayo publica "Pro-testa", un disco-ley en el que los artículos se cantan y se votan en el teatro

Guillermo Rayo
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Guillermo Rayo publica "Pro-testa", un disco-ley en el que los artículos se cantan y se votan en el teatro

Guillermo Rayo es de Jerez de la Frontera (Cádiz) y eso se tenía que notar. Dice que se cansó de hacer canciones de amor del tipo que echa de menos su pelo, sus manos, y "qué solo me encuentro", y se pasó a hacer temas que él mismo define de "ironipop". Un día se le ocurrió hacer una ley, y de alguna manera, los artículos empezaban a corresponderse con canciones con aire de chirigota. La tierra. "Fue hace ya un año, cuando el clima de corrupción política no estaba tan candente, pero empezaba a verse que algunas cosas del sistema empezaban a estar obsoletas", cuanta Rayo, que terminó elaborando casi una constitución de 11 canciones, incluídos sus Títulos, Artículos y Disposiciones Finales. "Cada uno de mis conciertos se convierte en una sesión de votación en la que sus señorías, es decir, el público, puede venir a aprobar o derogar los artículos en directo", asegura. Y avisa: "No nos gustan las mayorías absolutas, sino las debilitadas". Si quieren tener voz en este debate, pueden asistir hoy a la sala Galileo Galilei de Madrid, o acudir a las sesiones del 6 de marzo en Sevilla, el 4 de abril en Granada, 1 de junio en Cádiz y la segunda vuelta electoral, el 6 de junio de nuevo en la capital.

"A mi es que no me gusta ir a las manifestaciones. Tanta gente, un señor que te grita en el oído, otro que pita más allá... y te puede caer un pelotazo de goma o algo peor", explica. Prefiero otra forma de protestar, dentro de un teatro, y que el público juzgue". Además, Rayo aclara que no hace canción protesta, sino canción "pro-testa", es decir, "a favor de la cabeza, por el sentido común, lo que expcluye todo tipo de partidismos y se ocupa de las cosas que no tienen sentido, como los sueldos de los políticos, la gente desauciada mientras las casas están vacías, o que un señor de la Caja de Ahorros del Mediterráneo se haya marchado con 8 millones de salario e indemnización y dejando un agujero de 2.000. es que ese tipo de cosas no me caben en la cabeza", cuenta. "Estoy a favor de que el político cobvre el salario mínimo interprofesional que ellos fijen para todo el mundo". Pero eso los hace más corrompibles... "¿Maaaas? Es imposible".

Junto a él, en el escenario, un grupo pequeño pero de calidad que le dan aire jazz a las canciones. Comandando la tripulación está Manuel Galiana, pianista de La Canalla y productor del álbum, y, de apoyo, instrumentación sencilla: percusión, bajo y batería. "Buscábamos una manera de darle envoltorio musical que tengan que ver con las letras. Y por eso vamos pasando del jazz al swing, o del cha cha cha al reggae. No nos encasillamos y funciona bastante bien". La conjunción, al final, resulta perfecta. "Sí, porque es un manifiesto cantado que yo defino como humanista e inteligente. Y limpio y elegante. Me interesa hacer música de salón, de conexión con el público y con la sala. Que sea un entretenimiento", sostiene.