Su obra fue precursora del cine
- ¿Cuál fue el papel de Verdi como renovador del género operístico?
–El teatro de Victor Hugo era utópico, ya que presuponía una tecnología de la caja escénica que en ese tiempo no existía, parecía ridículo puesto en escena allá por 1830. Verdi da un paso más: a través de la música y de un gran articulación dramatúrgica transforma algo inverosímil teatralmente en eficaz y emocionante.
- ¿Cuál considera que fue su aportación fundamental?
–Su obra antecede claramente al cine como se ve en «Rigoletto», en la primera escena decide incluir tres fuentes sonoras distintas: orquesta en el foso, banda en el escenario y una pequeña orquesta de cuerda a la vista de todos en escena. Tiene tres tipos de música muy distinta: un ritmo de danza un poco trivial, para dar una idea del Ducado de Mantua. Cuando canta el Duque empieza la música en el foso de orquesta y se suspende la banda. Al comenzar el diálogo empieza de nuevo la melodía trivial en escena. Cuando danzan en la acción, suena la música de cuerda, como un ejemplo de realismo extremo. Después aparece Rigoletto y cesa la música en el escenario y en el foso la orquesta hace una escala cromática sobre las palabras del personaje. Verdi intenta realizar con los instrumentos un zoom clarísimo.
- ¿Qué importancia le ha dado a las voces al poner en marcha montajes de este autor?
–El mejor ejemplo fue cuando tuve que celebrar el centenario de su muerte en
2001 en el San Carlos de Lisboa. Elegí «Falstaff» y «El trovador». Hasta que no tuve el elenco de las principales voces no comencé a construir el montaje.