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Terfel, un superhéroe

El Anillo del Nibelungo (Richard Wagner). Voces: J.Reuter, B.Terfel,T. Stensvold, S. Gould, N. Stemme, K. Dalayman, C. Naglestad, P. Lang, S. O'Neill, H.P.König, S. Margita, S. Koch. Orquesta y Coro de la Bayerische Staatsoper. Dirección Escénica: Andreas Kriegenburg. Dirección Musical: Kent Nagano.
La Razón

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Esta Tetralogía wagneriana se ofreció ya en Munich el año pasado en una nueva producción de Adreas Kriegenbrurg, cuyo trabajo me parece uno de los más atractivos y profundos que se han venido ofreciendo en los grandes teatros de ópera conmemorando el centenario Wagner. Tengo que decir que por motivos de agenda no he podido asistir a la representación del Ocaso de los Dioses, que sí pude ver el año anterior y, por tanto, creo que estoy en condiciones de hacer una muy positiva valoración global del resultado escénico.
La producción de Kriegenburg se caracteriza por ofrecer desde la primera entrega un grupo numerosos de figurantes-bailarines, que hacen de escena, al estilo de lo que tantas veces nos ha ofrecido La Fura dels Baus. Este grupo de figurantes adquiere un especial significado en la última entrega, en la que Kriegenburg hace una crítica despiadada a la sociedad capitalista actual, llena de egoísmo y violencia, como causantes de tanta muerte y sufrimiento, siendo justamente todos estos figurantes los que representan el pueblo llano, que sufre las consecuencias de la crisis de valores, en una escena de esperanza final, basada en la solidaridad y apoyo de todos. No está mal traído el asunto a esta historia wagneriana, en la que el egoísmo y la violencia están tan presentes, ya que no podemos olvidar que nada menos que 9 personajes mueren en el transcurso de la 4 jornadas. La ópera escénicamente más profunda es el Ocaso de los Dioses, siendo la más fresca e imaginativa la de Sigfrido, mientras que en La Valquiria la producción escénica es menos convincente.
La dirección musical de Kent Nagano comenzó de manera un tanto anónima en el Oro del Rhin, levantando el vuelo con claridad en las siguientes entregas hasta completar una magnífica Tetralogía. Se le va a echar de menos a Nagano en Munich. No lo tuvo fácil, cuando sustituyó a Zubin Mehta, pero se ha ido ganando a los muniqueses, que ahora esperan lo que pueda ofrecer Kirill Petrenko a partir de la próxima temporada.
El aspecto más discutible en términos vocales ha sido el de ofrecer 3 Wotan distintos y otras tantas Brunnhildes. En las tres primeras jornadas el triunfador absoluto fue Bryn Terfel en Walküre, cuya interpretación del dios Wotan fue inolvidable. Tardaremos en volver a escuchar una interpretación tan excepcional como la suya. Los otros intérpretes de Wotan fueron más modestos. Katarina Dalayman fue una convincente Brunilda, pero vocalmente sobrepasada, siendo muy adecuada Catherine Naglestad en Sigfrido. Stephen Gould superó las dificultades del joven Sigfrido y solo por eso merece toda nuestra admiración. Algo irregular Petra Lang en Sieglinde y poco convincente Simon O'Neill en Siegmund. Evidentemente, queda pendiente el Ocaso de los Dioses, en el que el trío inmejorable de Nina Stemme, Stephen Gould y Hans-Peter König pueden hacer enloquecer al teatro.
Unos americanos en la fila de atrás comentaban qué interés puede tener ir a Bayreuth, cuando en Munich las representaciones wagnerianas – y no wagnerianas, añado –ofrecen tanta calidad. No les faltaba razón.
José M. Irurzun