La canción del verano (II)

«The Ballroom Blitz», el reino del glam-rock de Chapman & Chinn

La música era tan enérgica que se convirtió en la canción más oída del verano de 1973 en Europa y EE UU

The Ballroom Blitz
The Ballroom Blitz LR

En las canciones de música popular, es todo un clásico la existencia de tándems de compositores. Aparte de las figuras individuales, existen una gran cantidad de parejas míticas de autores que trabajaron en colaboración. Probablemente el fenómeno se debía, en inicio, a la dualidad necesaria de música y letra en las canciones populares, pero pronto fue más allá.

Mientras que, en la música clásica, el libretista estaba claramente separado del músico compositor, en la popular las jurisdicciones respectivas empezaron pronto a difuminarse. Desde los primeros tiempos de la comercialización industrial del pop, es habitual encontrar en ese mundo parejas de músicos en las que ambos tienen capacidades en los dos terrenos. Las posibilidades combinatorias, así, aumentan y el repertorio que producen tiene mayor variedad y frescura. El fenómeno comercial de las canciones del verano no podía dejar de aprovechar ese tipo de alquimias. Antes de Lennon-Mcartney o Jagger-Richards, existieron ya Leiber y Stoller, quienes facturaron en EE UU varios éxitos en la década de los cincuenta. Pero fue la llegada del fenómeno de la canción del verano a finales de los 60 lo que ya definitivamente canonizó las posibilidades productivas de ese estilo de tándems. A principios de los años 70, una de las parejas más anónimas para la posteridad, pero más productivas, fue el tándem anglosajón entre el australiano Chapman y el londinense Chinn.

Habituales de las listas de éxitos

Mike Chapman y Nicholas Chinn facturaron tal despensa de canciones, a lo largo de década y media, que más de cincuenta de ellas entraron en las listas de éxito. Chapman llegó joven a Londres de Australia buscando ganarse la vida en el mundo de la música, pero para poder pagarse comida y alquiler tuvo que conformarse con trabajar de camarero. La coincidencia quiso que, mientras intentaba tocar y colocar una canción aquí o allá, le sirviera repetidamente copas al nativo Nicky Chinn, que perseguía lo mismo, habiendo conseguido vender alguna de sus composiciones. A la coincidencia de encontrarse en el mismo pub, se añadió otra coincidencia de la época que fue la aparición en ese momento de la moda del glam-rock en las islas británicas.

Disco 'The sweet' de The Ballroom Blitz
Disco 'The sweet' de The Ballroom Blitz LR

El movimiento glam había empezado, al filo del cambio de década, como una exploración de los roles y las estéticas de género. Lo protagonizaban artistas ambiguos, gráciles y etéreos como David Bowie que se vestían de una manera tan andrógina que tardabas un rato en identificar si eran chico o chica. La moda tuvo tal éxito entre la gente joven de las islas británicas que, pronto todas las vocalistas empezaron a vestirse como Marlene Dietrich pero, lo que es peor, todos los músicos machotes empezaron a vestirse de señora, independientemente de que el físico particular acompañara o no para intentarlo.

Las portadas de los discos y las fotos promocionales se llenaron de grupos de hombretones en busca del éxito que parecían pitbulls con mallas más que otra cosa. Una estética como esa, que cada vez derivada más hacia la gruesa, necesitaba que las sonoridades correspondientes fueran paralelas para acompañarla hacia el éxito. Y Chapman-Chinn, que habían empezado a trabajar con una jauría de grupo llamado The Sweet dieron con ellas. Les escribieron «The Ballroom Blitz» que retrataba algo tan bruto y elemental (tan poco glamouroso) como una pelea de sábado por la noche en un salón de baile. Los ingredientes que usaron fueron un ritmo tribal de tambores de fondo, guitarras ruidosas sobre él, y los mencionados pitbulls aullando como locos a toda velocidad por encima. La canción era tan enérgica que se convirtió en la más oída del verano de 1973 en Europa y Estados Unidos. Pero Chapman y Chinn conseguirían un segundo (y raro) logro, que sería tener otra canción del verano circulando a la vez, con el mismo éxito, en ese mismo año y temporada. Esta vez el artista era una chica vestida de motorista agresiva que atendía al nombre de Suzie Quatro y la canción firmada por el dúo se titulaba «Can the Can». La pareja era tan asombrosamente prolífica que consiguieron aún otro éxito con la misma muchacha antes de que se cerrara el año («48 Crash»).

1973, por tanto, fue el año de las canciones de verano de Chapman & Chinn. Todas ellas se caracterizaban por los mismos rasgos de ser muy primarias, efectivas, de ritmos selváticos y arreglos ruidosos. Luego, evolucionarían como compositores y trabajarían par innumerables artistas, pero nada volvería a ser nunca para ellos como aquel verano salvaje y tribal.