Conciertos

Travis: «Estamos todos solos»

El grupo recupera «The Man Who», el disco que les dio la fama

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El grupo recupera «The Man Who», el disco que les dio la fama

Habla tumbado en la cama, como él mismo reconoce cuando se disculpa por un bostezo. Francis Healey, cantante y compositor de Travis, tiene un día flojo. El grupo pasa por España en su gira de celebración de su clásico álbum “The Man Who”, nueve veces disco de platino. El trabajo, producido por Nigel Godrich (Radiohead), fue uno de los discos británicos más exitosos de los últimos 20 años y pasó sorpendentemente 11 semanas en el número 1. Obtuvo el premio Brit y fue una piedra de toque emocional de toda una generación. Lo presentan en La Riviera de Madrid el 3 de junio y en el festival Room en Barcelona (4) en la Sala Razzmatazz.

-¿Qué recuerdos tiene de esa época, hace dos décadas?

-Pues bastante nítidos, aunque con algunas nubes. Lo más claro que recuerdo es ir a grabar el disco, volver al estudio, e ir a ver a Escocia jugar contra Brasil en la copa del mundo. Y recuerdo ir a Londres a grabar a Abbey Road, trabajar con Nigel y todo el proceso de grabación en varios lugares. Mi sentimiento era pensar que no conseguiríamos hacer un disco cohesionado porque era imposible en tantos lugares. Fue un tiempo increíble.

-¿Cómo fue recibido?

-Los periodistas esperaban otro disco como el primero y nosotros hicimos uno distinto y no les gustó. Tuvimos suerte, porque la radio puso muchas veces nuestras canciones y a la gente le empezaron a gustar. Y entonces salimos de gira y allí es donde todo se vuelve más borroso, porque cuando vas de gira hay mucha repetición, sales en el bus, vas al show, al hotel y vuelta a empezar. Y ahí es donde se pone turbio. Pero todo el resto del proceso lo recuerdo nítidamanete

-¿Buscaban hacer un álbum distinto?

-No teníamos esa idea, simplemente hicimos las canciones como éstas lo pedían. Pero la prensa esperaba otra cosa, supongo. La energía era... no había ningún plan y creo que por eso es tan buen disco. No había nada deliberado, no teníamos mapa. Simplememnte pasó, como por accidente.

-¿Ha cambiado en este tiempo su relación con el disco?

-No. Es como... bueno, espera. Es buena pregunta. Creo que sí. Yo era más joven y no sabía nada. Es como cuando tienes hijos y crecen y tú vas cambiando. Ellos te representan de una manera extraña, porque mis canciones han ayudado a mucha gente. Es un disco que funcionó muy bien y de alguna manera son como tus hijos, que pueden comportarse bien o mal.

-Dice que es un disco que ayudó a mucha gente pero es muy pesimista.

-Es cierto. Es obvio que si te sientes mal y viene alguien a decirte que te pongas contento, no va a funcionar. Sin embargo, cuando estás triste y alguien te dice que él también, inmediatamente dejas de sentirte solo. Esa es una de las grandes cosas de la música. Nacemos y permanecemos dentro de nuestro cuerpo. Estamos solos ahí. Estamos todos solos. Y la música calma eso. Creo que hay un sitio y un lugar para las canciones alegres. A mi me encanta Lionel Richie e ir a la discoteca.

-¿Y es un disco triste que es divertido de tocar?

-Desde luego, porque todo el mundo que viene a los conciertos tiene un enlace emocional con las canciones que le recuerdan al tiempo en que las descubrieron y mucha gente recupera esa energía, esa emoción. Pero ya no están solos en su dormitorio, que es donde la mayor parte de nuestro público escuchaba las canciones de ese disco, sino que están todos juntos y pueden abrazarse y corear las letras mientras piensan en cómo eran hace 20 años. Hay una celebración ahí muy grande.