Un Shostakovich sobresaliente
Temporada de la OCNE.
Obras de Ibarra, Saint-Saens y Shostakovich. Pablo Fernández, chelo y Askar Abdrazakov, bajo. Orquesta y Coro Nacionales de España. Oleg Caetani, director. Auditorio Nacional. Madrid, 2-II-2013.
Abrió el concierto «Silensis» de Victor Ibarra, obra ganadora del Segundo Concurso Internacional de Composición Auditorio Nacional-Fundación BBVA (2011). El compositor mexicano se inspira en la plástica de Tàpies para crear una partitura en tres secciones, sin solución de continuidad, en la que diversos objetos sonoros van apareciendo modificados, pero reconocibles, de modo que tratan de crear la paleta del pintor y que deja una sensación obsesiva en el oyente.
El «Concierto para violonchelo y orquesta n.1» de Saint-Saens tampoco tiene una duración extensa, pero requiere un alto virtuosismo al que supo responder Pablo Fernández, luciendo preciosos registros medio y grave, los más ricos de la partitura. El jovencísimo madrileño, de apenas veinte años, antiguo alumno de la Escuela Reina Sofía, desarrolla una carrera tan fulgurante como sólida. En cierto modo recuerda los inicios de Asier Polo, no en vano maestro suyo.
Corte postromántico
Oleg Gaetani es director conocido en nuestro país, aunque no tanto como lo fuera su padre, Igor Markevitch, cuyo apellido no quiso utilizar para que no se pensase que se aprovechaba de él. La «Sinfonía n.13, Baby Yar» presenta unos de los trazos más peculiares de Shostakovich, con perceptible influencia de Mussorgsky, dentro de su extensa producción sinfónica. Escrita para bajo y coro, se trata más bien de una extensa cantata de corte postromántico basada en cinco poemas de Evgeni Evtuchenko de ambiente típicamente ruso. Cantó muy bien Askar Abdrazakov, un día triunfador en el Concurso Viñas, poseedor de una notable voz de bajo, aunque un punto inferior en calidad a la de Ildar. El Coro de la Nacional realizó una actuación muy meritoria bajo la batuta del citado Caetani, experto en la obra del autor ruso que ha llevado íntegramente al disco con la Orquesta Giuseppe Verdi. Lectura que logró extraer toda la potencia de una rica partitura, plena de contrastes, con amplio protagonismo de la percusión y que permitió a la Orquesta Nacional alcanzar una de esas intervenciones punteras en una temporada.