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Van Morrison triunfa en el Liceo

larazon

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Van Morrison ha reinado hoy en el majestuoso Liceo de Barcelona con un repertorio plagado de clásicos, que ha interpretado con profundidad y contención, para deleite de un público, mayoritariamente maduro, que prefiere que le acaricien los sentidos a que le golpeen directamente en el corazón.
El Gran Teatro del Liceo, con la patina que dan tantos años de historia, ha resultado ser el lugar idóneo para escuchar al veterano músico irlandés. Algo que él mismo parece haber descubierto, ya que, tras muchos años sin prodigarse por Barcelona, ha actuado dos veces en el Liceo en los últimos trece meses.
Como en su anterior actuación en este templo de la ópera el pasado mes de diciembre de 2013, el palidísimo Van Morrison ha sacado a relucir su alma negra y ha dado una clase magistral de soul, jazz, rhythm and blues y rock.
El concierto ha empezado con el tema instrumental "Celtic swing", con el León de Belfast al saxo, Paul Moran al piano, Rubby Ruggiero a la batería, Dave Keary a la guitarra, Jez Brown al contrabajo y Dana Masters en los coros.
Este inicio es habitual en los espectáculos de Van Morrison, que por lo demás son imprevisibles, ya que al irlandés le gusta montar el repertorio sobre la marcha y ni si quiera los propios músicos saben que pasará, por lo que miran fijamente al maestro entre canción y canción, para saber que viene ahora.
En esta ocasión, el jefe ha decidido ofrecer algunos de sus temas más célebres, como "Brown eyed girl", "Precious time", "Moondance"o "Days like this".
No siempre es así. En los últimos conciertos, todos cerca de casa, en su Irlanda natal, el veterano intérprete ha ofrecido repertorios menos complacientes, quizás porque en aquellas latitudes es más habitual verle en directo, mientras que en Barcelona, ciudad que ha visitado contadas veces a lo largo de su carrera, el público ha tenido pocas ocasiones de vivir en directo los clásicos que tantas veces ha escuchado en casa, y Van Morrison lo sabe.
Aunque decir que Van Morrison tiene presente al público a la hora de seleccionar las canciones es sólo una impresión bienintencionada, porque escondido tras sus gafas oscuras y el ala de su sombrero, el huraño intérprete parece ignorar a los presentes.
A lo largo de la hora y media que ha durado el concierto de Barcelona, Van de Man, como algunos le llaman, no se ha dirigido a los presentes ni una sola vez.
Eso sí, se le ha oído dar algunas órdenes secas a sus músicos, para indicarles la próxima canción, ya que no siempre se ha alejado del micrófono para hacerlo.
Todo ello sin que el ritmo del concierto se haya resentido en ningún momento, ya que Van Morrison y su solvente banda han sabido hilvanar un tema tras otro, creando un ambiente cálido y melancólico, por el que han ido pasando canciones como "Higher than the world", "I can't stop loving you", "Open the door to your heart", "Alan Watts blues", "Magic time"y "Sometimes I feel like a motherless child".
En esta última, la corista Dana Masters ha tenido la oportunidad de lucirse y ha arrancado los sinceros aplausos de un público admirado.
El concierto ha sido un recorrido por el jazz apacible, la profundidad del blues y el personal sonido Van Morrison, que ha llegado a su clímax con la maravillosa interpretación de "Gloria", el tema que popularizaron The Doors, pero que nadie toca como su autor.
"Gloria"ha cerrado un recital en el que maestro, a sus 69 años de edad, ha dejado claro que la experiencia es un grado y que su voz rota y emotiva sigue teniendo fuerza y hondura.

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