Sección patrocinada por sección patrocinada
Música

Nashville

Yo, Jimi Hendrix

Yo, Jimi Hendrix
Yo, Jimi Hendrixlarazon

Su figura escapó a los intentos por reducirla al estereotipo. Jimi Hendrix fue conocido por su extraordinaria habilidad con la guitarra, pero su personalidad era mucho más grande que la de un intérprete de rock & roll, y dejó sin explicar, debido a su inesperada muerte a los fatídicos 27 años como otras estrellas del rock, algunas de las enormes complejidades (más que contradicciones) de su biografía y su lugar en el mundo. En realidad, trató sobre unas cuantas de ellas, pero lo hizo en cartas familiares, entrevistas dispersas, documentos personales y grabaciones de vídeo que Peter Neal ha reunido y agrupado en orden cronológico para trazar una biografía como un puzle que edita en España Sexto Piso, «Empezar de cero». Directa, clara y contrastada, esta especie de «autobiografía» es lo mejor de Hendrix a lo que podemos aspirar, después de sus discos. Este año podría ser una especie de «año Hendrix», porque están previstas las películas «All is By My Side», que, con André 3000 (Outkast) en el papel del músico, llegará a España para contar su relación con los músicos británicos durante 1967, y un documental sobre su vida que el propio Neal está preparando.

Para hablar de la biografía de Hendrix es imprescindible tener en cuenta que los derechos universales sobre su obra están en propiedad de su hermana Janie, quien ha impedido que los temas del creador de «Hey Joe» suenen en la película por la visión que se da en ella del asunto que atrae todas las miradas cuando se habla de Hendrix: las drogas. Sobre este tema en concreto, en el volumen de Neal que aparece en España tampoco hay grandes revelaciones, ya que la fuente son documentos, y el músico rara vez se refiere al asunto en público más que para decir: «Cualquiera puede hacer lo que quiera mientras no haga daño a nadie» o «no tengo ninguna opinión al respecto del consumo en mis actuaciones». En cambio, exceptuando el asunto polémico, el libro trae bastantes revelaciones sobre sus opiniones al respecto de casi todos los temas y, esta es su principal virtud, permite acercarse a la forma de pensar y expresarse del músico, para llegar a un encuentro íntimo con su figura. Era, simplemente, un buen tipo. Comedido en sus declaraciones, sensato y moderado, a pesar de su envoltorio de fiera salvaje.

Complejidades

Hendrix rompió muchos moldes. Admiraba a músicos blancos como Elvis o Buddy Holly, y aprendió el blues, el funky y el soul con los negros, tocando detrás de B.B. King o Little Richard. Se fue con lo puesto a Inglaterra y en el exilio consiguió la fama tocando delante de dos blancos (su banda, The Jimi Hendrix Experience) y regresó a Estados Unidos «con el mejor armario que Carnaby Street puede ofrecer». Otra escena interesante de su vida es que, a pesar de que presenció los disturbios raciales en Nashville («que veía mientras comía de una cesta de picnic porque en los restaurantes no me servían»), rechazó las ofertas para tocar a beneficio de los Panteras Negras. «Me mantuve firme en este asunto. No apoyo la violencia ni la agresividad venga de donde venga». Poco después también sufriría las críticas de los sectores más conservadores de la sociedad americana tras tocar en el Festival de Woodstock de 1969 el himno americano con su guitarra eléctrica y alucinantes distorsiones. «¿Poco ortodoxo? Yo creo que fue precioso», aseguró Hendrix, quien se había alistado antes voluntariamente en el Ejército americano. Amaba a su país. «Es fabuloso, es bonito, todo está hecho una mierda. Es desagradable y está lleno de prejuicios y tiene de todo». Cuando regresa a Inglaterra, convertido en «número uno», le piden en un conocido programa de televisión en directo que interpreten «Hey Joe», el tema que les dio a conocer. Hendrix y su grupo comienzan a interpretarlo, pero se detienen. «Vamos a dejar de tocar esta basura, y le dedicamos lo que viene a continuación a Eric Clapton, Jack Bruce y Ginger Baker», miembros del grupo Cream, justo antes de interpretar su conocido «The Sunshine of Your Love», para el asombro general. «Cuando estoy en un escenario, nadie me dice lo que tengo que hacer. Éste es mi mundo, mi vida», explica el músico. «No sé de dónde vienen las notas que toco».

Hendrix fue conocido por su manera de tocar la guitarra pero también fue un excelente escritor, y las letras de sus temas aparecen intercaladas en el libro con mucho acierto, contextualizándolas en la sociedad y el transcurso de su vida. Vivía como un poeta y un gitano: «No vivo de halagos. Algunos músicos ganan mucho dinero, engordan, se sienten satisfechos y se olvidan de quiénes eran». Hendrix abrió un mundo de sonido con su guitarra y golpeó conciencias desnudando su alma, y demostrando humildad y amor por la música. Poco antes de morir, después de un descanso de un año, declaraba: «Sentí que demasiada gente venía a verme y no a escucharme. Cuando me muera, seguid escuchando mis discos». Lean y escuchen.