Arquitectura

Norman Foster, del Prado al Bellas Artes de Bilbao

El arquitecto gana el concurso con el proyecto "Agravitas", junto con el vasco Luis María Uriarte, para reformar la pinacoteca que dirige Miguel Zugaza

Norman Foster trabajará en colaboración con el arquitecto vasco Luis María Uriarte
Norman Foster trabajará en colaboración con el arquitecto vasco Luis María Uriartelarazon

El arquitecto gana el concurso junto con el vasco Luis María Uriarte para reformar la pinacoteca que dirige Miguel Zugaza

Una de cal y otra de arena. Es lo que tiene formar parte del selecto club de los grandes arquitectos. Si la semana pasada el proyecto de Norman Foster, la torre «The Tulip» en el centro de Londres (un mirador de cristal de 300 metros de altura), se caía por considerar que dañaba la imagen del «skyline» de la ciudad, un varapalo para el inglés, hoy las noticias son otras, pues el proyecto presentado junto con el arquitecto vasco Luis María Uriarte ha resultado ganador del concurso de ampliación para el Museo de Bellas Artes de Bilbao, que dirige Miguel Zugaza. Los seis grupos finalistas que pasaron a la segunda fase de los 57 que fueron admitidos fueron Nieto Sobejano Arquitectos SLP; Rafael Moneo; UTE Foster + Partners Limited + Uriarte Arkitectura S. L. P.; UTE BIG, AZAB, Proskene; UTE Snoheta +Foraster Arquitectos, y UTE SNAA Jimusho Limited +I. Aurrekoetxea & Bazkideak.

El proyecto de ampliación del centro de arte tiene prevista una reforma de 2.250 metros cuadrados de la actual superficie ya construida y la extensión de las instalaciones actuales en, al menos, 5.140 metros cuadrados de nueva construcción. El presupuesto máximo estimado por el museo asciende a casi 19 millones de euros millones de euros en la que quedaría incluido el nuevo edificio auxiliar anexo previsto, que contará con una extensión de 3.000 metros cuadrados de superficie adicional.

La propuesta, además de respetar cuidadosamente lo existente, dotará al museo de «una identidad renovada, y al tiempo mejorará la organización de sus circulaciones y espacios: vuelve a situar el acceso principal donde estuvo originalmente, unifica la cota de planta baja para favorecer el tránsito de visitantes y transforma la plaza Arriaga en un gran atrio en torno a la fuente que puede ser usado de forma independiente en horarios distintos a los del museo», según reza el comunicado del Museo de Bellas Artes.

El proyecto mejorará tanto la accesibilidad como la comunicación en relación a los flujos de turistas, sobre todo en su relación a su conexión hacia el Museo Guggenheim con el objetivo de constituir un eje (apenas les separan 300 metros de distancia), así como dotar al museo de un nuevo espacio de acogida que rondará los 1.000 metros cuadrados para conseguir una mejor conexión entre los edificios actuales, así como una mejor comunicación interna.

Por otra parte la ampliación significará un incremento de la superficie expositiva de la colección en 1.500 metros cuadrados, así como la creación de un espacio para muestras temporales de 2.000 metros cuadrados.

A finales de 2022

Según los tiempos que manejan tanto el estudio como el museo está previsto que las obras de reforma y ampliación empiecen entre marzo y abril de 2021 y que tengan una duración aproximada de 18 meses, con lo que se podría inaugurar el nuevo espacio entre fines de 2022 y principios de 2023.

Se trata del segundo proyecto museístico en curso para Foster, tras el de rehabilitación del Salón de Reinos del Museo del Prado, en Madrid, para que este sea incorporado al recorrido de las exposiciones, sin duda, uno de los proyectos más ambicioso a que se ha enfrentado. Miguel Zugaza, director de Museo de Bellas Artes de Bilbao, está pletórico. «Muy contento, de momento», y deja escapar la risa. Le parece estupendo el proyecto conjunto de Foster y Uriarte, sobre todo porque dice, «ha acertado con la idea de elevar se sobre los edificios existentes y darle así una imagen renovada». ¿Los aciertos del proyecto? Lo tiene claro. Haber dado respuesta a los dos retos que se planteaban: ganar espacio por un lado, en forma de 2.000 metros cuadrados con una altura de 8 metros y medio, y volver a llevar el museo hacia la ría», para lo que ha utilizado la plaza Arriaga. «El museo va a cambiar mucho, pero lo hará conservando su identidad», añade.

Zugaza no tiene la menor duda de que el turismo cultural continúa creciendo y de que Bilbao se ha convertido en una metrópoli puntera. «No existe otra ciudad en Europa que tenga la concentración de obras tan singulares de arquitectura como Bilbao. Yo diría que se puede ver como un museo de la arquitectura del siglo XXI», acaba. El director no puede disimular su satisfacción por saber que Uriarte está en este ambicioso proyecto: «Me gusta la asociación de ambos. Él fue el arquitecto que realizó al última reforma del museo en 2001, y eso se va a reflejar. Su sabiduría va a estar presente. Yo creo que es un tándem que va a funcionar bastante bien».

Se trata del segundo proyecto museístico que acometerá el arquitecto, queserán los encargados de rehabilitar el Salón de Reinos del Museo del Prado, en Madrid, para que este sea incorporado al recorrido de las exposiciones, sin duda, uno de los proyectos más ambiciosoa a que se ha enfrentado Norman Foster. «Nuestro punto de partida ha sido la ciudad, cómo llevar la ciudad hasta el Prado y cómo abrir el Prado a la ciudad», aseguró días atrás en Londres, donde presentó el proyecto para la primera pinacoteca española. El diseño potenciará la zona peatonal de la zona Parque del Retiro-Paseo del Prado a través de la calle Felipe IV, lo que revitaliza su conexión con la ciudad.