Hacia un nuevo mundo, a través de la poesía
La Fundación Santander publica "Doce líricas para un nuevo mundo", obra donde 12 poetas arrojan luz sobre una pregunta clave: ¿hacia dónde camina el ser humano?
Madrid Creada:
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No existe presente sin optimismo. Resulta cada vez más complejo levantar la mirada, disfrutar del momento con pantallas de por medio, frenar y respirar entre tanta catástrofe. Pero la voz valiente es la que rechaza lo negativo, la que se alza como esperanzadora. Y en ello es experta la poesía. Es un arte que tiene como tarea "devolver la luz que recibimos", dice Vanesa Pérez-Sauquillo, mientras que Fermín Herrero sostiene que los "poetas debemos intentar que lo que escribamos sean trabajos verticales. Nos hemos quedado sin andamios, pero si blanqueamos la suciedad del mundo, creo que sería suficiente". Por su parte, Aurora Luque entiende la poesía "como una voz frágil, que puede invitar e intentar seducir para que escuchemos a las voces más incómodas, que nos están diciendo dónde va a suceder la destrucción". Estos tres poetas han formado parte, entre otros, de un proyecto que busca dar sentido a la vida, buscar la reflexión a través de la creación para poder hallar un mundo mejor, un mundo más optimista. Se trata de "Doce líricas para un nuevo mundo. ¿Hacia dónde camina el ser humano?", publicación orquestada por la Fundación Banco Santander y donde firman 12 poetas y José María Parreño como autor del epílogo.
"En los tiempos que corren, de crisis, transformaciones, incertidumbres, buscando el sentido a la vida, la veracidad, desde la Fundación Santander se nos ocurrió que no había mejor manera de dar sentido, de buscar reflexión, que desde la libertad creativa", explica Javier Expósito, responsable del volumen y de los ámbitos de Literatura e Historia en la entidad bancaria. Por ello, se ha contado con el trabajo inédito de 12 poetas reconocidos, "de diferentes generaciones, con pálpitos muy distintos, y que nos escribieron un relato sobre el futuro", apunta Expósito. Un proyecto coral que, además, forma parte de una trilogía, pues "Doce líricas para un nuevo mundo" es la segunda entrega, tras "Doce visiones para un nuevo mundo" -para este libro se contó con 12 escritores-, así como la última será "Doce filosofías para un nuevo mundo", esta vez con 12 profesionales de la filosofía. En el volumen que nos ocupa, y participando Parreño en el epílogo, los poetas que han participado han sido Antonio Colinas, Antonio Lucas, Aurora Luque, Carlos Pardo, Chantal Maillard, Clara Janés, Fermín Herrero, Jorge Riechmann, Luisa Castro, Raquel Lanseros, Vanesa Pérez-Sauquillo y Vicente Gallego. Todos ellos, escribiendo bajo encargo, lo que definen como un reto cuando se refiere a la poesía, hasta el punto de confesar Pardo que "es el poema más alucinante que he escrito". Titulado "Pulsión de muerte", asegura el autor que en estas líneas "hay una clara ironía, que es la capacidad precisamente de trabajar en varios niveles, desde la ilusión a la desilusión, al amor y a la burla hacia lo que estás enamorado".
Si hay algo en lo que coinciden estos poetas es en la visión que transmiten en sus creaciones inéditas, y ella se basa en el optimismo. Ante la pregunta "¿hacia dónde camina el ser humano?", dice Luque, que ha participado con un poema titulado "Casandra y Afonías", que "el ser humano no creo que camine, sino que más bien se deja llevar. Aun así, yo soy optimista, y eso es difícil, intentar ver cómo luchar. La muerte ha ganado la batalla, pero decirle 'no, vamos a resistir', es complejo". Herrero, que ha publicado en el libro "Trabajos verticales sin andamios", también se apunta al optimismo: "Cuando me di cuenta de que el mundo no tenía solución, fue una liberación, un alivio. A mayor complejidad tecnológica, mayor banalidad y destrucción de la espiritualidad. Pero si consigues que te acompañen la verdad y la belleza, sería suficiente para celebrar el optimismo. Mi poema es celebratorio, porque hay que ser positivos".
Pérez-Sauquillo, por otro lado, ha abogado en su poemario, "La sagrada tarea", "por la esperanza, y levantar esa bandera hoy día es complicado. Me agarro a la idea de los nuevos mundos que nacen en cada momento, con cada ser que aparece", continúa la poeta, "cuando un árbol cura sus heridas, sale un ojo, y yo veo en él una nueva manera de mirar, de cómo vamos aprendiendo de cada dificultad". En definitiva, Parreño resume el sentido de este proyecto en que "no podemos permitirnos el lujo de ser pesimistas. El mundo está tan mal y tan loco que solo la voz loca del poeta nos devuelve cierta normalidad. Todos somos responsables de todos, y los poetas más", concluye.