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Arte

El pabellón español de la Bienal de Venecia se apunta a la descolonización

La pieza «Pinacoteca Migrante», de Sandra Gamarra, representará a nuestro país y se ha definido como una instalación pictórica «con una carga simbólica en la historia de las excolonias»

Reinterpretación de la Sandra Gamarra del cuadro «Grupo familiar ante un paisaje», de Frans Hals
Reinterpretación de la Sandra Gamarra del cuadro «Grupo familiar ante un paisaje», de Frans HalsAC/E

El pabellón que representará a España en la 60ª de la Biennale di Venezia, que se inaugurará el 20 de abril, se alinea con el discurso del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y se apunta así a la nueva bandera que agita Sumar y el PSOE en sus discursos: la descolonización. Incluso en la información que se repartió a los periodistas se afirma, a manera de aclaración, que es «una instalación pictórica compuesta por doce monumentos con una carga simbólica en la historia de las excolonias».

En esta edición, España estará representada por la obra «Pinacoteca Migrante», de Sandra Gamarra Heshiki, que ha contado en ese proyecto con el comisariado de Agustín Pérez Rubio y el respaldo del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Unión Europea y Cooperación (AECID), que cuenta con un presupuesto de 400.000 euros, que se prevé que se aumente el año que viene.

La pieza consiste en la copia de una selección de obras procedentes de distintas colecciones –Museo del Prado, Museo Thyssen, Museo de América, Museo de Antropología, entre otros fondos– que permanecen en nuestro imaginario colectivo y que la artista ha intervenido para subrayar algunos aspectos de nuestro pasado y poner de relieve las culturas ignoradas, la necesidad de una revisión sobre las colecciones de nuestros museos y, de forma alegórica, reescribir la historia, darle una lectura nueva, recuperar «narrativas históricamente silenciadas» y reabrir el debate sobre el racismo. «Se han invisibilizado culturas o excolonias con las que tenemos relaciones de tú a tú. Hay que quitarse las gafas que nos impiden ver determinadas representaciones históricas», ha comentado durante la presentación. Agustín Pérez Rubio, que estuvo en la presentación, aseguró que «los museos proyectan una manera de contar historia que llega hasta nuestros días. Este museo (refiriéndose a la pieza de Gamarra, que tiene vocación de pinacoteca alternativa), más que mostrar, quita la venda de los ojos».

Dos de las obras que han atraído la atención de la artista son: «Bodegón con cacharros» de Zurbarán, procedente del Prado, porque según la artista, el búcaro que aparece es de origen mexicano y define la situación de España en el mundo, y «Grupo familiar ante un paisaje», de Frans Hals, procedente del Museo Thyssen Bornemisza, que sobresale por la presencia de una persona negra y que se ha convertido en el paradigma de lo que significa hoy en día descolonizar un museo. Sandra Gamarra, que cuenta con doble nacionalidad, peruana y española, y que es la primera persona no nacida en España que representa a nuestro país ha explicado que «hemos remirado las colecciones de arte para encontrar la presencia de las excolonias, que a veces están escondidas» y ha afirmado, ante la posibilidad de que su proposición levante un revuelo o resulte controvertido, que «ojalá sea un lugar para el desencuentro», en la creencia de que el arte es un campo propicio para el diálogo. Gamarra juega con conceptos como migración, extractivismo, extranjería y comparte, con el comisario de la Bienal de Venecia, su mirada sobre los países del sur.