Pedro Sánchez y Felipe VI: fusión de realezas en las Colecciones
Los Reyes y el jefe de Gobierno coinciden en la inauguración oficial de la Galería de las Colecciones Reales
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El ambicioso proyecto de su construcción se remonta a 1935, durante la II República, pero como todas las cosas que no están destinadas a ser en el momento en el que se imaginan o dibujan en la cabeza, la guerra frenó su nacimiento. Detrás del elemento discursivo que arrastraba de aglutinador de los bienes atesorados por los monarcas, el edificio de la Galería de las Colecciones Reales parecía estar abocado al polvo, a la nostalgia o al triunfo, casi como la presidencia de Sánchez, y después de innumerables problemas coyunturales que postergaban su desarrollo o lo modificaban de forma parcial –como el nuevo impulso que el régimen republicano quiso aplicar en la exhibición pública de las antiguas colecciones reales o la idea retomada por Patrimonio Nacional a finales de los 90 para crear un nuevo museo de carruajes pero que expusiera además las obras de arte, joyas y tapices de las dinastías que reinaron en España durante los últimos siglos, los Austrias y los Borbones–, terminó adscribiéndose a su tercer destino.
Tras más de 25 años de trabajo y un presupuesto de 167 millones de euros, este imponente y amplísimo baúl de los tesoros reales compuesto por 650 piezas, diseñado por Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno Mansilla y galardonado con varios premios de arquitectura, abrió sus puertas al público el pasado 29 de junio, para, en un acto de litúrgica y simbólica ceremonia de resurrección involuntaria, volver a hacerlo ayer con la inauguración oficial de los Reyes y la primera aparición del jefe del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez después de la parcial derrota victoriosa del domingo. Tras las correspondientes intervenciones de Felipe VI y Sánchez en la Plaza de la Armería del palacio, ambos procedieron acompañados de Doña Letizia a la visita al museo.
El líder socialista aprovechó para comenzar su discurso aludiendo a la última pieza expuesta en la galería, un tapiz de Guillermo Pérez Villalta titulado «Alegoría de la paz-25º aniversario de la Constitución de 1978», para mandar un mensaje a la ciudadanía y al resto de partidos: «Esa obra nos muestra una historia donde la paz se ha asentado definitivamente, una España donde las mujeres y los hombres conviven en pie de igualdad, una España fértil, próspera, alegre, que ha sabido desterrar la oscuridad de la ignorancia y acogerse a la luz de la ciencia, la sabiduría y el conocimiento. Ese es el país que hemos forjado indudablemente en las últimas décadas entre todos y todas», declaró Sánchez.
De esta manera, recorrieron concentrados las entrañas de un edificio diseñado a partir de dos premisas fundamentales: formar parte del paisaje natural-artificial de la cornisa poniente de Madrid y preservar el carácter público y abierto de la icónica plaza de la Almudena. Servir, al cabo, como elemento vertebrador de la visita al complejo del Palacio Real, permitiendo el acceso al mismo tanto desde la Plaza de la Armería, junto a la Catedral de la Almudena, como desde los jardines del Campo del Moro y Madrid Río. Distribuido en tres salas de exposiciones, el inmueble tiene una superficie de más de 40.000 metros cuadrados, una sala de recepción de obras de arte, seis grandes almacenes, despachos y espacios destinados a salas técnicas de instalaciones.
Desde los diálogos establecidos entre las colecciones de tapices y de la Real Armería con obras de El Bosco, Tiziano, El Greco, Ribera, Velázquez o Caravaggio, entre otros, hasta la contemplación de los Reales Monasterios como espacios femeninos, de poder y mecenazgo o todo ese compendio de instrumentos musicales, mobiliario y artes decorativas que conviven con Mengs, Goya, Tiepolo, Paret y Maellay que poseen un discurso expositivo susceptible de transformación permanente, ya que un tercio de las piezas será rotatorio de forma continuada, de manera que lo inaugurado la tarde de ayer por los Reyes no conforma de manera inamovible la totalidad de elementos expuestos con relación a lo que pueda descubrir un visitante nuevo que decida acudir en las próximas semanas o en los sucesivos meses. Un elemento sorpresivo dominado por la causalidad y el azar que coincide, y mucho, con la situación venidera de nuestro país. El Rey quiso además reivindicar el museo como «un ejemplo de lo que se puede hacer en unidad, en equipo, dando lo mejor de cada uno» y fueron muchas las personalidades y las distintas sensibilidades que estuvieron presentes en la inauguración de la nueva joya museística de España ejemplificando dicha afirmación.