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Cine

Una película imagina los últimos días de la banda terrorista ETA desde dentro

La película "Negu Hurbilak", dirigida por un colectivo de ex y alumnos de la ESCAC, personaliza los últimos días de ETA a través del refugio de una terrorista en la montaña

¿Cómo fueron los últimos días de la banda terrorista ETA? / Jone Laspiur en "Negu Hurbilak"
¿Cómo fueron los últimos días de la banda terrorista ETA? / Jone Laspiur en "Negu Hurbilak"BEGIN AGAIN FILMS

Estamos en el año 2011, ETA acaba de anunciar el cese de su actividad armada y una joven, perteneciente a la banda terrorista, se encuentra ante el dilema que afectó a buena parte del cuerpo militar del grupo: el después. ¿Huir? ¿Integrarse en la vida política? ¿Entregarse y arriesgarse a ser juzgada? ¿Hacer como si no hubiera pasado nada? Bajo esa inteligente premisa, pero con los dejes del mejor cine de autor y una puesta en escena elevada, impropia de una ópera prima, llega estos días a los cines "Negu Hurbilak", dirigida por el Colectivo Negu y que tiene su origen en un cortometraje para la ESCAC, centro en el que estudian o estudiaron (no todos) Ekain Albite, Nicolau Mallofré, Adrià Roca y Mikel Ibarguren.

Protagonizada por Jone Laspiur, ganadora del Goya a la Mejor Actriz Revelación en 2021 por "Ane", también con el conflicto vasco en el foco, la película nos hace acompañar al personaje en su huida a Francia, mezclándose entre los verdes y los folclores del norte de Euskadi. Más que sobre el vértigo de la huida, y más que sobre la adrenalina de días confusos para buena parte de la población -más allá de su implicación o no en actos terroristas-, "Negu Hurbilak" utiliza el contexto político que la cruza para hacer un estudio del uso y costumbre: ese que versa sobre el silencio y la complicidad inherentes a un país roto; pero también ese que se manifiesta de manera pública en fiestas populares y tradiciones ancestrales.

"Negu Hurbilak", con Jone Laspiur
"Negu Hurbilak", con Jone LaspiurBEGIN AGAIN FILMS

Una película a pasión e intuición

"Esto en principio iba a ser un corto de la ESCAC, porque varios de nosotros estudiamos ahí, de unos 15 o 20 minutos. Ellos lo iban a financiar con 10.000 euros al iniciar el proyecto, y así se rodó la película, además de un crowd-funding. Pero rodamos y notamos que eso tenía que ser una película. No daba para corto", explican desde el colectivo, sobre una especie de fallo del sistema por el que han conseguido colar su "Negu Hurbilak" en festivales como la última Seminci de Valladolid. "Cuando llegamos con hora y pico de material hubo un desencuentro con la universidad, que nadie se molestó en disimular, pero tras unos meses de negociaciones pudimos sacarla adelante", añaden.

"Yo no sabía qué íbamos a rodar exactamente, qué formato iba a tener, pero como ellos depositaron tanta confianza en mí desde un principio, dije que sí. Fue un ejercicio de confianza por ambas partes y una entrega, también, porque la iban escribiendo mientras rodábamos", explica Laspiur, junto a sus directores, antes de que estos respondan a su insistencia para con la actriz. "Recuerdo ver su entrevista en "La resistencia" y decir vale, tenemos que hacer la película con esta tía. Se juntaron varias circunstancias, entre ellas que necesitábamos a alguien que se pudiera adaptar a las circunstancias del rodaje, las de un pueblo de 300 habitantes, alejado de todo y sin apenas medios. No cualquiera puede hacer eso, y pasa también por tener un espíritu joven. Fue una cuestión de pura intuición", explican.

"Nuestra generación ha caminado, literalmente, por las ruinas del conflicto vasco. Desde 2011 se viene levantando la niebla y recién se están viendo los escombros. Hacer ese ejercicio mental tal jóvenes, te marca para siempre", explican los directores, que por momentos vuelven más contemplativa su película y, a ratos, la devuelven a lo terrenal a través de extracciones documentales rodadas con exquisito cuidado estético. Y siguen: "Dentro de mucha gente de nuestra edad sigue habiendo preguntas, sigue habiendo interrogantes. Es como si nos hubiera pasado lo más importante de nuestro tiempo y muchos ni siquiera se hubieran enterado. Y eso tiene que ver con las heridas, que siguen abiertas. Teníamos que hacer, eso sí, un cine más pegado a lo humano, alejado de la espectacularización o a la narración a través de la violencia más estricta, que es como siempre se ha abordado el conflicto vasco y ETA en el cine", sentencian, tras firmar un debut sólido del que solo se puede esperar la promesa de una carrera larga.