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SGAE

Pilar Jurado nueva presidenta de la SGAE

La soprano pasa a ocupar el cargo de Hevia, cesado esta misma mañana con 22 votos en contra

Pilar Jurado
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La soprano pasa a ocupar el cargo de Hevia, cesado esta misma mañana con 22 votos en contra

Soplaron tan fuertes como rápidos los vientos por la SGAE. Si a media mañana se conocía el cese de José Ángel Hevia tras una fructífera moción de censura, pocas horas después ya se sabía el nombre de su sucesora al frente de la presidencia, Pilar Jurado, que rápidamente abogó por el «diálogo con las instituciones, tanto en España como en Europa y Latinoamérica y por la transparencia en la gestión y en la recuperación del prestigio de la entidad», apuntaba tras resultar vencedora de la segunda elección del día: 17 votos para Jurado, 12 para Antonio Onetti y uno en blanco.

Se convierte así la soprano y directora en la 42ª persona en liderar la SGAE, la segunda mujer que ocupa el cargo desde que lo hiciera Ana Diosdado (2001-2007) . Jurado destaca por una amplia formación clásica (piano, canto, composición, musicología, dirección de orquesta y pedagogía musical) que le ha permitido desarrollarse artísticamente en la triple faceta de cantante, compositora y directora de orquesta. Siendo una de las figuras más singulares y reconocidas de la música clásica europea, la nueva presidenta ostenta el honor de ser la primera mujer en estrenar una ópera propia en el Real («La página en blanco») y, entre otros galardones, ha recibido los premios Iberoamericano Reina Sofía, Jacinto Guerrero, Cristóbal Halffter, Ojo Crítico de Música Clásica de RNE y Premio Villa de Madrid.

De esta forma, Hevia se convierte ya en capítulo del pasado de la institución. Un periodo del que lamentó que «las ansias personales por alcanzar la presidencia de la entidad jueguen en un momento convulso», confesaba tras conocer el registro la semana pasada de la moción de censura que ha terminado llevándoselo por delante por 22 votos a 12 (más uno en blanco). No obstante, aseguraba que, en caso de salir adelante esta iniciativa, se iría «contento de no haber cedido a intereses personales».

«La moción de censura es una cosa natural en una asociación que se rige por principios democráticos y quienes la presentan tienen todo su derecho a hacerlo. Lo cierto es que, con lo que está pasando en la SGAE, es muy difícil convivir con un cruce de intereses que va a más, pese a la fachada de consenso de la junta», apuntaba Hevia.