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Polémica en el MET: los vestidos de Fortuny los hizo su mujer

El museo neoyorquino atribuye ya de manera definitiva el Delphos a Henriette Negrin, la mujer de Mariano Fortuny
Natacha Rambova, mujer de Rodolfo Valentino, con un Delphos en 1924larazonArchivo
  • Desde que se graduó en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra, su vida siempre ha estado ligada a la moda. Primero, estudiando un MBA en Gestión de Empresas de Moda en el Instituto Superior de Empresa y Moda, y, después, escribiendo para cabeceras como Vogue, GQ, Vanity Fair, Hola Fashion o Vanitatis. En 2023, además, publicó su primer libro 'Aquel verano en París', sobre el universo de Cristóbal Balenciaga. Compaginó el mundo editorial con diversos proyectos de investigación sobre Christian Dior, Elsa Schiaparelli o Josep Font, además del comisariado de varias exposiciones de moda, como 'Man in Progress', 'El cuerpo inventado' o 'Gianni Versace frente al espejo'. Desde hace casi una década, colabora de manera habitual con La Razón.

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Hasta el próximo 3 de marzo el Metropolitan Museum de Nueva York (MET) exhibe la exposición «Women Dressing Women» en lo que viene siendo su muestra de la temporada de invierno, una propuesta que recibe menos atención que la mediática MET Gala que se celebra en mayo. De hecho, las piezas que se exhiben proceden todas de los cuantiosos fondos del Costume Institute de la institución americana, una de las más prestigiosas cuando se trata de hablar de exposiciones de moda.
Un total de setenta mujeres van a estar presentes en este repaso por la indumentaria de los últimos 100 años. Esto abarca nombres como los populares Elsa Schiaparelli, Jeanne Lanvin o Coco Chanel, pero también deja hueco a otras protagonistas más desconocidas, como pueden ser Claire McCardell, Isabel Toledo o Ann Lowe. De hecho, esta última, de la que pocas personas se acuerdan hoy en día, fue la responsable del vestido de novia que Jacqueline Kennedy lució en su enlace con su marido, el que luego sería el presidente JFK.
«No queremos hacer ver como que todas las diseñadoras trabajan igual o son iguales», aseguraba hace unos días Mellissa Huber, comisaria de la exposición junto con Karen van Godtsenhoven, al periódico «The New York Times». «Quizás eso fue algo que disuadió a la gente en el pasado. Esto busca ser una celebración y, a la vez, un reconocimiento». Huber, claramente, busca hacer hincapié en el poco hueco que suelen tener las creadoras en este tipo de exhibiciones, que, aunque el MET haya acogido retrospectivas sobre Elsa Schiaparelli, Miuccia Prada o Rei Kawakubo, para la muestra conjunta se les ha reservado la exposición «pobre» del Costume Institute.
Pese a todo, nadie puede decir que «Women Dressing Women» no sea ambiciosa. De hecho, va a ser la primera vez que se exponga un vestido Delphos acreditado exclusivamente a Adèle Henriette Negrin Fortuny. Según se ha estudiado en los últimos años, en la patente del vestido el propio Mariano Fortuny asegura que su mujer fue «la verdadera inventora» de este diseño, palabras textuales de Huber, «y que, básicamente, lo puso con su nombre por cuestiones de conveniencia». La polémica puede estar servida, porque a día de hoy todavía se sigue investigando sobre esta cuestión, así como la relación que tenía la pareja, que funcionó como un tándem creativo durante toda su vida.
Otra de las creadores que tiene un papel destacado en la muestra «Women Dressing Women» es Anifa Mvueumba: «Cuando dejé de intentar encajar en una industria donde, desgraciadamente, no me acogían, rápidamente empecé a ver señales de éxito», asegura en la nota de prensa del MET. Durante la COVD-19 y tras cancelarse su desfile en la semana de la moda de Nueva York, lanzó su colección «Pink Label Congo», con la que creó una pasarela virtual que rápidamente se hizo viral y posicionó a esta diseñadora como una de las referencias de diseño y, sobre todo, de capacidad de resiliencia.