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Doctor D: «A Prince no le enganché yo, ya era adicto»

El presunto traficante del artista fallecido habla para «The Daily Mail» y desvela que la relación entre ambos se prolongó durante más de veinte años

El artista estadounidense Prince
El artista estadounidense Princelarazon

El presunto traficante del artista fallecido habla para «The Daily Mail» y desvela que la relación entre ambos se prolongó durante más de veinte años

Desde que Prince murió, no han dejado de surgir rumores acerca la causa de su fallecimiento. Cuando se descartó la posibilidad de que se tratara de un suicidio, todos señalaron la sobredosis como primera opción. Era extravagante, ostentoso y llamativo, pero muy celoso de su vida privada y ahora, después de su muerte, han salido a la luz algunos detalles hasta ahora desconocidos. El más alarmante lo trae el presunto traficante que, bajo el pseudónimo de Doctor D, reveló a «Daily Mail» una de las facetas desconocidas de su cliente: «Conocí a Prince en 1984, mientras filmaba la película «Purple Rain». Entonces ya era un adicto a las drogas. No le enganché yo, sino que ya era un usuario muy recurrente», narró el que se considera el traficante que más drogas habría suministrado a Prince durante 20 años hasta que en 2008 cesó su relación. Fue su distribuidor en Los Ángeles y, aunque tenía otros contactos, la relación entre Prince y este proveedor fue muy buena, incluso, comían y pasaban días juntos. Tal y como relató Doctor D a «The Daily Mail», acompañaba al cantante en sus conciertos por todo EEUU y le esperaba entre bastidores para darle su dosis entre canción y canción.

«Prince era un adicto a los opiáceos. Utilizaba, además, otros fármacos para contrarrestar sus efectos, que fue por lo que contactó conmigo. Durante un par de años tomó speed, pero después comenzó a consumir más Dilaudid, un opiáceo a base de heroína muy adictivo», desveló Doctor D, y afirmó que la relación de Prince con las drogas era muy estrecha. «Su drogadicción le costaba entre 200 a 300 dólares diarios, pero como era tan extremadamente rico, no parecía importarle. Solía comprar las drogas en grandes cantidades. Creo que lo máximo que se gastó de golpe fue alrededor de 40.000 dólares», reconoció.

No se trataba de un uso recreativo, venía por un problema aún mayor: su pánico escénico. «Gran cantidad de artistas dependen de medicamentos para sentirse cómodos en el escenario. Pero Prince, con mucha diferencia, era el peor de todos. Tenía el caso de pánico escénico más extremo que he visto en mi vida. Recuerdo que cuando estaba filmando «Purple Rain», compró una gran cantidad de drogas; le resultaba muy angustioso tener que actuar frente a las cámaras y a la gente constantemente», narra Doctor D. Pero al salir de los escenarios Prince «las necesitaba por su incapacidad de relacionarse socialmente. Se ponía nervioso en una habitación con tan sólo cinco personas. No es que se drogara por pura diversión. Prince tomaba drogas para sentirse cómodo con la gente». «Él llegó a ser como un dios. A medida que su fama aumentaba, disminuía la facilidad con la que entablaba relaciones sociales y, por lo tanto, crecía su necesidad de drogarse. En otras ocasiones, cuando su fama disminuyó, también se refugió en las drogas. Es como si tuviera miedo de la fama, pero después la anhelase», dedujo el que durante 20 años fue su camello.

Una vida sana

Sin embargo, Prince nunca fue conocido por su adicción a las drogas. «Él nunca ha fumado ni se ha inyectado ni ha inhalado cocaína. Era alguien muy funcional que nunca me pidió nada que no fueran píldoras». El cantante llevaba una vida muy sana, no fumaba ni bebía, su problema eran los fármacos, «siempre le veía comer ensaladas. Una vez estaba comiendo una y le hablé de lo saludable que era su dieta. Se volvió hacia mí y me dijo: “Si no comiera estas cosas probablemente no duraría tanto tiempo”. Era su manera de contrarrestar todo lo que tomaba».

El Doctor D se atrevió a pronosticar que el motivo de la muerte fue porque un médico ajeno a su adicción le habría recetado fuertes analgésicos para sus dolores de cadera los cuales, junto a los opiáceos, resultaron ser un cóctel mortal.