Escritores

Rafael Sánchez Ferlosio: «Se hará lo que se pueda»

El escritor cumple 90 años y afirma con modestia que continuará escribiendo

El escritor, ayer en Madrid, donde se le rindió un homenaje
El escritor, ayer en Madrid, donde se le rindió un homenajelarazon

El escritor cumple 90 años y afirma con modestia que continuará escribiendo.

Rafael Sánchez Ferlosio celebró ayer su aniversario, su 90 cumpleaños, como los grandes maestros, rodeado de alumnos y admiradores, de aquellos que han seguido las huellas de sus enseñanzas durante décadas, pero también por los que han alabado sus logros intelectuales y han reflexionado sobre las diferentes ideas que ha vertido en una obra amplia, variada, calafateada con artículos diversos, ensayos, novelas y pecios (ese género personal, intransferible, de un individualísimo estilo, que le ha permitido ahondar con una mayor precisión y agudeza en su pensamiento, timbrado desde sus inicios por la independencia y una marcada originalidad). En un homenaje concurrido, el escritor estuvo ayer arropado por su actual pareja, Demetria, su nieta, de 13 años, y una larga procesión de amigos procedentes del mundo de la literatura, como Félix de Azúa, Andrés Trapiello, Fernando Sánchez Dragó, Belén Gopegui, Antonio Colinas, Manuel Vicent y José María Guelbenzu. Junto a ellos hubo editores, como Claudio López Lamadrid y Constantino Bértolo. A esta celebración acudió el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, que subrayó la relevancia de la obra de Ferlosio, leyendo incluso un breve fragmento de una de sus obras más destacadas, y señalando posteriormente que ha llevado una vida entre «quijotesca y machadiana», entre la popularidad y la soledad.

Un papelón

Y es que Rafael Sánchez Ferlosio, del que se está recuperando por volúmenes toda su obra ensayística, que ha sido acompañada por la publicación reciente de un libro de pecios, ha sido un autor receloso, que ha desconfiado siempre del papelón de escritor, del que jamás ha sido muy amigo, y que, a pesar de sus intervenciones sobre asuntos públicos y de interés a través de tribunas y artículos, siempre ha declarado de una manera manifiesta su fobia hacia los actos multitudinarios, no importa cuál sea el motivo o la razón que los haya impulsado. Ayer, después de que la actriz Adriana Ozores procediera a leer un par de fragmentos de sus obras, el novelista, que ha ganado, entre otros, el Premio Nacional de las Letras Españolas y el Premio Cervantes, declaró su intención de proseguir con su actividad literaria, pero con un claro tono de modestia: «Se hará lo que se pueda», comentó con una sonrisa, después invocar el nombre de Valle-Inclán para relatar una anécdota del escritor de «Divinas palabras». El hombre de cuya imaginación salieron obras tan importantes para la narrativa española como «El Jarama», «Industrias y andanzas de Alfanhuí», «El testimonio de Yarfoz», «Vendrán más años malos y nos harán más ciegos» o «Guapo y sus isótopos», reconoció que todavía no se debe quejar de su estado de salud y no dudó en mostrar su satisfacción por el homenaje que se le había rendido: «Ha estado muy bien. Ha sido maravilloso». Después reconoció que su intención es «volver a casa. No sé cómo voy a pasar el resto del día, pero no haré nada en especial». Luego explicó que tiene que cuidarse, especialmente en estos días, porque la «polución» está muy alta en el aire.

A esta especial fiesta de cumpleaños asistieron también Antonio María Ávila, de la Federación de Gremios de Editores de España, y el crítico literario Ignacio Echevarría, que se ha encargado de editar los diferentes volúmenes que reúnen su prosa ensayística, quien explicó que «el mayor homenaje que se puede hacer a cualquier escritor es que su obra sea accesible a los lectores. Y en este caso es así». Echevarría, que destacó también la lucidez de su literatura y la sabia complejidad que ha sabido verter en ella, añadió que Sánchez Ferlosio es «un referente moral de nuestras letras que ha marcado el rumbo de la cultura. Él siempre ha dicho que tiene mucho que agradecer a las personas y que, a diferencia de otros escritores, nunca se ha vanagloriado del esfuerzo y el sacrificio, unas palabras que, como me confesó en una ocasión, no entiende por qué tienen tanto mérito».