Barcelona

Regresa al Liceo tras 44 años «La leyenda de la ciudad invisible de Kitej»

Después de 44 años de ausencia, llega al Gran Teatro del Liceo la ópera "La leyenda de la ciudad invisible de Kitej", de Nikolai Rimski-Kórsakov, en una coproducción con la Scala de Milán y la Nederlandse Opera de Amsterdam.

Después de 44 años de ausencia, llega al Gran Teatro del Liceo la ópera "La leyenda de la ciudad invisible de Kitej", de Nikolai Rimski-Kórsakov, en una coproducción con la Scala de Milán y la Nederlandse Opera de Amsterdam, con la intervención de 277 intérpretes, bajo la dirección escénica de Dmitri Tcherniakov.

La dirección musical irá a cargo del catalán Josep Pons, en un montaje de gran envergadura, estrenado hace dos años en Amsterdam y que ya ha sido premiado en los "Opera Awards 2013"como la mejor puesta en escena del año 2013.

El director artístico en funciones del teatro, Joan Matabosch, ha señalado hoy en diversas ocasiones que se trata de un "auténtico acontecimiento, de primera magnitud", del que sólo se podrán ver cinco funciones, los días 13, 16, 22, 26 y 30 de abril, con una duración de unas 3 horas y 45 minutos.

Es, además, una ópera muy ligada al coso barcelonés, donde se estrenó en el año 1926 y que, ante el éxito obtenido, se ofreció prácticamente cada temporada hasta el año 1936, cuando estalló la guerra civil.

Es una de las grandes apuestas de la actual temporada del Liceo, con un coste de 1,3 millones de euros, que se reparte entre los tres teatros participantes en la producción, aunque esta cifra no incluye ni lo que supone la apertura de sala, ni los coros ni la orquesta.

Para su puesta en escena en Barcelona, se ha doblado el número de cantantes del coro, se han añadido 26 músicos a la orquesta y se ha contratado a 56 figurantes.

El elenco está formado por Eric Halfvarson, Maxim Aksenov, Svetiana Ignatovich, Dmitry Golovnin, Dimitris Tiliakos, Maria Gortsevskaya, Josep Fadó, Alex Sanmartí, Gennadi Bezzubenkov, Albert Casals, Xavier Mendoza, Alexander Tsymbalyuk, Vladimir Ognovenko, Larisa Yudina y Margarita Nekrasova.

La dirección del centro calcula ingresar unos 675.000 euros por taquilla y abonados y ya se han abierto conversaciones con otros teatros para poderla representar en esos escenarios, con lo que Matabosch ha aseverado, contundente, que "en el futuro esta obra será una fuente de ingresos".

Respecto de lo que verá el público que acuda al teatro, sus artífices han indicado que la acción, que se desarrolla a lo largo de cuatro actos, se sitúa en el año 1237 en los bosques de Kerjenets, en la Pequeña Kitej, y en la Gran Kitej, una ciudad imaginaria cerca del lago de Svetloiar, en la región de Nijni Nóvgorod.

Mezcla dos leyendas rusas, la de santa Fevronia, que podría ser como un san Francisco de Asís en femenino, y la que hace referencia a la invasión de los tártaros en territorio ruso en el siglo XIII.

Dimitri Tcherniakov, que también se encarga de la escenografía, ha sostenido que se trata de una obra "bastante especial, incluso para los rusos, que la ponen muy rara vez", lo que ha achacado a que es "bastante complicada a nivel intelectual"y a que es "una historia existencial".

Considera que, aunque Rimski-Korsakov lo rechazara, hay reminiscencias de Wagner en esta ópera, estrenada el 20 de febrero de 1907 en el teatro Mariinski de San Petersburgo, lo que se nota, especialmente, en el cuarto acto.

Por su parte, Josep Pons ha mantenido que se trata de una obra "con tres óperas y un epílogo", con una "belleza instrumental enorme"y un "final delicadísimo". Es la penúltima obra que compuso Rimski-Kórsakov después de una "inmensa carrera", ha añadido.

Asimismo, ha destacado que ha sido una grata experiencia poder trabajar con Tcherniakov, "con un grandísimo registro y toques de genialidad", quien, a su juicio, no puede esconder que conoce la obra a la perfección y "todo el amor que le profesa".