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¿Tienes fuego?
Richy Castellanos: «Son los artistas los que te eligen, no tú a ellos»
Este organizador de eventos y conseguidor de imposibles habla el idioma de la seducción: le han marcado Paco de Lucía, Maradona y Julio Iglesias

Menos resucitar a un muerto, este señor es capaz de todo. En ese todo entra presentarle una estrella de fútbol a un presidente del Gobierno; reconciliar a dos artistas megafamosos que llevaban años sin dirigirse la palabra; inundar de rostros celebérrimos una alfombra roja y comer y cenar gratis todos los días del año, al igual que vestir de marca sin desembolsar un céntimo. Habla todos los idiomas en uno solo: el de convencer a quien tiene delante o al otro lado del teléfono, y ese es un don que no se adquiere con dinero, sino que se fragua en uno de cada diez millones de úteros. Si tienen una marca que quieran publicitar a lo bestia y no reparan en gastos, Richy Castellanos es su hombre.
¿Contratarle es tirar la casa por la ventana o sus tarifas varían en función del evento?
Para los amigos y quienes ya conocen mi trayectoria, tengo un caché base. Y es normal que me vuelvan a llamar. Pero con la gente anónima que te llama para un evento, y que muchas veces te pide más de lo que quiere contratar, me adelanto y les digo: yo cobro esto y me pagáis la mitad por adelantado y la otra mitad el día del «partido». Pero no trabajo siempre con un caché, no, porque cada evento es diferente.
¿A más famosos mayor ganancia para usted, o prima la calidad sobre la cantidad?
No, no, la avaricia rompe el saco. Tengo un caché y, en efecto, lo que yo llevo es calidad, no cantidad. Llevo nombres y apellidos con mayor o menor trayectoria, pero todos ellos son artistas y no esa nueva ola de gente que son los influencers, que parece que son más que los artistas. Tampoco a los que salen un día en una revista y de cuyo nombre no se quiere acordar nadie al día siguiente, eso no me interesa. El artista y el famoso de verdad son una cosa y el influencer y el famoso de un día, otra. Y creo que eso es lo que me da cartel y categoría y me permite poder seguir en un mundo tan difícil como este.
Suele trabajar para marcas, restaurantes, estrenos. ¿Alguna vez lo ha contratado un millonario para una fiesta privada, para que lleve famosos a un cumpleaños o un aniversario de boda o algo así?
Pues me han llamado alguna vez, sí, pero no lo he hecho. Te dicen una cifra de dinero muy alta para asombrarte, pero ese no es el tipo de evento que yo suelo organizar con prensa, televisión, photocall y artistas. Hay veces en las que te tienes que sujetar para no caer en esa tentación. Yo no pienso mal de nadie, pero en los eventos privados luego salen a la luz cosas que no vienen a cuento, chismes, y yo lo que hago son presentaciones de películas, de obras de teatro, presentaciones internacionales de marcas, de hoteles de cinco estrellas, campos de golf, gimnasios, balnearios o joyerías de alto nivel, pero no fiestas privadas.
«No entiendo de política y cuando me preguntan de qué partido soy, siempre digo que del Atleti»
¿Si lo contrata un partido político para regar de celebridades un acto lo aceptaría?
No entiendo de política y cuando me preguntan de qué partido soy, siempre digo que del Atleti. Mi mundo tiene que ver con la cultura, el deporte y la televisión, con cosas que entretienen a la gente. Yo soy como Groucho Marx: cada vez que veo en la televisión algo de política, apago y me pongo a leer un libro. Respeto a todo el mundo, pero no estoy en ese campo y prefiero no meterme en algo de lo que no entiendo. Hago mi trabajo a mi manera, como dice Frank Sinatra, siempre esperando tener la puerta abierta para que me vuelvan a contratar, pero la política no me interesa nada.
Todo el que se dedica a una profesión artística o vinculada al arte suele tener maestros, referentes. En su caso, su don, persuadir al personal, seducirlo, parece algo innato.
Eso es un piropo que me dedicas y te doy las gracias, pero es que creo que es la verdad. Porque yo vengo de una época anterior al teléfono móvil. Ahora parece que los influencers y toda esta gente han inventado algo, y esto no lo han inventado ni ellos ni yo, porque nadie inventa nada. Yo tuve intuición, porque soy un perro callejero, y soy tanto de la noche como del día, no fumo ni bebo, me cuido, hago deporte, y cuando me meto en la piel de hacer algo con los artistas, sé hacer mi trabajo. Yo tenía solo un papel y un bolígrafo, y cada vez que llamaba a alguien luego lo tachaba para saber que esa cosa ya la había hecho. Y ahora es muy difícil hablar con la gente.
«A Julio Iglesias muchos lo quieren matar, pero todavía le queda mucha vida»
De los cientos de figuras que ha conocido, tres han pesado más que el resto: Paco de Lucía, Maradona y Julio Iglesias. Solo le queda uno vivo.
Cuando era pequeño coleccionaba cromos y vi a un chico con el pelo ensortijado: era Maradona. Ya de mayor tuve la suerte de que se convirtió en uno de mis mejores amigos; el mejor que he tenido en el mundo del fútbol, un genio, el futbolista más completo de la historia. A Paco de Lucía lo escuchaba de pequeño por la radio porque mi padre me dijo que si escuchaba a Paco y a Camarón me iban a enamorar, y le hice caso y así fue: me di cuenta de que eran de otra galaxia. Y tuve la inmensa suerte de tener una relación de amistad con Paco durante 27 años. Y me queda la otra persona que has citado, que es sublime y un genio entre los genios, Julio Iglesias. Ha cantado en todos los idiomas, y hasta en China ha triunfado. Él me llama Flaco y para mí es y será el artista más universal, junto a Frank Sinatra, Elvis y Paul McCartney. Julio está hecho un toro y es una persona a la que muchos quieren matar, pero todavía le queda mucha vida. De todos modos, son los artistas los que te eligen, no tú a ellos, y el haber tenido amistad con esos tres genios ha sido una de las cosas más importantes que me han pasado en la vida.
¿Guarda un recuerdo especial de alguno de los cientos de eventos que ha organizado?
Todos han sido partidos diferentes, pero igual de bonitos. Me he currado mucho cada uno de los eventos que he organizado para que la gente se deleite con ellos. Lo más importante es el camino recorrido.
«Yo aprobé el graduado escolar en la calle y el “0,0” es un invento mío»
Usted acuñó aquello de «0,0»: es lo que les cuesta –nada– comer, cenar y vestirse a los famosos con los que tiene una estrecha relación, y a usted mismo, claro. ¿Eso es magia?
Yo aprobé el graduado escolar en la calle y el «0,0» es un invento mío, de hace 33 años, aunque algunos quieren hacerlo ahora. El invitar a la gente sin que te lo pidan es una cosa muy bonita. Ellos tienen la amabilidad de ser mis amigos, aparte de profesionalmente, y estoy con ellos para lo bueno y lo malo y por eso tengo un millón de amigos, como canta Roberto Carlos.
Esta sección lleva por título «¿Tienes fuego?». ¿Usted lo tiene?
Yo no fumo. Pero haciendo mi trabajo sí tengo fuego, claro que sí. Eso está por encima de todo.
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