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Ridley Scott: «Plummer le da más profundidad al papel que Spacey»

Está acostumbrado a grande retos. Con «Todo el dinero del mundo» tuvo que volver a rodar las escenas del protagonista de esta historia de un secuestro tras el escándalo sexual de Kevin Spacey

El director Ridley Scott (derecha) junto a Christopher Plummer durante el rodaje de «Todo el dinero del mundo»
El director Ridley Scott (derecha) junto a Christopher Plummer durante el rodaje de «Todo el dinero del mundo»larazon

Está acostumbrado a grande retos. Con «Todo el dinero del mundo» tuvo que volver a rodar las escenas del protagonista de esta historia de un secuestro tras el escándalo sexual de Kevin Spacey.

En la mañana del 10 de julio de 1973, John Paul Getty III fue secuestrado por una banda criminal en la Plaza Farnese de Roma. La cantidad de dinero que pedían por su rescate ascendía a 17 millones de dólares. Su abuelo John Paul Getty era una de las personas con más dinero del planeta, conocido, además de por sus millones, por sus ideas peregrinas, como instalar un teléfono de pago para los invitados que se quedaban en su residencia palaciega de Londres. Getty, de proverbial avaricia, se negó a pagar el rescate y tan solo cuando recibió un sobre con un mechón de pelo de su nieto y una oreja medio descompuesta comenzó a valorar varias opciones para evitar la tragedia.

Cuando tan sugerente proyecto basado en hechos reales fue ofrecido al todopoderoso Ridley Scott (el padre de «Alien», entre otros taquillazos), no pareció interesarle demasiado; sin embargo, tras leer el guión de David Scarpa basado en el libro de John Pearson cambió de opinión y se puso manos a la obra.

El filme tenía como fecha de estreno en Estados Unidos el mismo día de Navidad, aunque con todo a punto, el escándalo sexual contra un menor hace más de veinte años por parte de Kevin Spacey, protagonista entonces 0del filme, dio un vuelco de 180 grados a todo lo planeado. Pero Scott no estaba dispuesto a permitir que el trabajo acabase en un cajón. El equipo decidió fichar al veterano Christopher Plummer para sustituir a Spacey, rodando de nuevo las escenas en los que estaba implicado. La gran labor conjunta en tiempo récord de permitió el milagro, de modo que la cinta se estrenó en la fecha prevista. La fama que precede a Scott sobre su rápida forma de trabajar le han venido en esta ocasión que ni pintada.

–¿Qué le hizo tomar la decisión de reemplazar a Spacey por Christopher Plummer en vez de valorar otra opción?

–Cuando me enteré de la noticia relacionada con Kevin Spacey supe inmediatamente que debía tomar una decisión. Sabía que no hacerlo iba a afectar a la película y es algo que no me podía permitir. Lo primero que hice fue llamar a mi socio y coproductor Dan Friedkin y ambos llegamos a la conclusión de que había que reemplazarlo y rodar las escenas en las que él salía. Al principio no sabíamos cuántas necesitábamos, así que lo que hicimos fue reunirnos con el equipo y ver todo lo que se tenía que volver a rodar y lo que aún nos valía. Lo más importante era elegir al actor adecuado. Volé esa noche a Nueva York para reunirme con Plummer y decidimos hacerlo con él.

–¿Pero era él su primera opción o tenía a alguien más en mente?

–Era uno de los candidatos que teníamos pensado al comenzar el proyecto, por lo que cuando sucedió esto estaba claro que el papel iría para Plummer. El hecho de elegir en un principio a Spacey por encima de él fue únicamente por el éxito de «House Of Cards». Era en cierta forma una garantía de que el filme funcionaría.

–¿Qué más cambió de la cinta?

–Nada. El resto era perfecto (risas).

–¿Qué le atrajo de la historia de Getty?

–Es un hombre que se volvió famoso por el dinero que atesoraba, pero luego su fama decayó por los impagos acumulados. Mucha gente empezó a catalogarle de mal tipo. Lo cierto es que no se podía reducir todo a eso. De hecho, fue la complejidad del personaje lo que me llamó la atención. Cuando estaba hablando con la prensa sobre el secuestro de su nieto, le preguntaron cuánto dinero iba a pagar y su respuesta fue simple y llanamente: «Nada». Era para él una forma de negociar con los secuestradores.

–Para usted, que tanto ha hecho en el cine, ¿cuál era el mayor reto de dirigir un filme como éste?

–Cuando ruedo películas realmente no pienso en los retos o no me las planteo como retos, sino como algo que tengo que hacer y lo disfruto.

–¿Cómo fue el ambiente en el rodaje?

–Siempre intento que sea lo más agradable posible. Mi equipo es bueno, son buena gente. Son serios cuando tienen que ser serios y más graciosos cuando toca. Pero cuando hay que trabajar, se trabaja, y todos los sabemos.

–Imagino que los avances tecnológicos habrán ayudado mucho a facilitar el cambio «express» del actor principal.

–Sin duda, la era digital es un milagro. La maravilla de poder estar en Roma y mandar el material a la oficina de edición de Claire Simpson para que pudiera empezar a editar, por ejemplo. Se rodaba una escena y se la mandaba y se montaba al día siguiente, todo muy rápido. Tres días más tarde se estaba haciendo un pase para los Asociación de la Prensa Extranjera. La montadora ha hecho un trabajo espectacular.

–El 11 de diciembre recibió una nominación a los Globos de Oro. ¿Ha tenido un significado especial?

–Que a uno le reconozcan el trabajo es siempre agradable y eso no lo voy a negar. Pero, sinceramente, para mí ahora el mayor premio es tener salud y poder seguir haciendo películas.

–¿Qué cree que tiene la historia de Getty que parece conectar tan bien con el público?

–Todos tenemos la fantasía de que el dinero, más bien tener mucho dinero, nos va a dar mucha más libertad. Siempre pensamos que si trabajamos y ganamos grandes sumas seremos capaces de ir a vivir a una isla paradisíaca. La realidad es algo muy distinto. Nos damos cuenta de que no es así, que nunca podemos ser libres por tener dinero, más bien al revés, nunca nos libramos de él, de su influencia. Getty es el hombre más rico del mundo y si lo piensas es rehén de su propia riqueza. Esta es una historia donde el secuestrador es simple y llanamente el propio dinero. Eso fue lo que realmente me llamó la atención. Creo que se trata de algo muy relevante en la sociedad que vivimos hoy en día.

–¿Es cierto que en ocasiones graba los ensayos y los acaba utilizando en la película?

–Sí, lo hago porque muchas veces esos ensayos tienen más naturalidad que las actuaciones que suceden cuando estamos rodando.

–¿Mostró las escenas de Kevin Spacey a Plummer?

–No, de ninguna manera, había que proteger al nuevo actor. Nunca le hubiera mostrado las imágenes. Plummer tiene una valía inconmensurable, no le hace falta ver nada. Creo que le ha dado una cierta profundidad al personaje que no le aportó Kevin Spacey.

De hecho, tan satisfecho ha quedado Hollywood con el cambio que Plummer ha sido nominado al Oscar a mejor actor de reparto. Tendrá una dura competencia para llevarse la estatuilla frente a Sam Rockwell y Woody Harrelson («Tres anuncios a las afueras»), Richard Jenkins («La forma del agua») y Willem Dafoe («The Florida Project»). Sea como sea, la nominación se puede entender como un aval de la Meca del Cine a la decisión de Scott de sustituir a Spacey, cuyo futuro en Hollywood es ya nulo.