¿Es Scott Addams, el dibujante de Dilbert, un racista?
El autor llamó «grupo de odio» a parte de la población negra en una entrevista que se ha sacado de contexto
Madrid Creada:
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Casi la totalidad de los periódicos, por no decir todos, con los que colaboraba el dibujante Scott Adams, han suspendido su relación laboral. Es decir, que las viñetas del oficinista Dilbert desaparecen de los diarios estadounidenses y, la mayor fuente de ingresos del autor, de su bolsillo. ¿El motivo? Haberse referido durante una entrevista en un canal de Youtube a la población negra estadounidense como «un grupo de odio» y sugerir a los blancos «alejarse de los negros». Es decir, que sus manifestaciones personales e individuales, expresadas públicamente al margen de su trabajo, le llevan a perderlo.
USA TODAY Network, la corporación que gestiona cientos de periódicos en Estados Unidos, justificaba su decisión de despedir al autor por sus «comentarios discriminatorios». Hasta aquí, uno puede estar a favor o en contra de que las opiniones personales de alguien, independientemente de sus méritos y eficiencia laboral, puedan costarle el puesto de trabajo sin ser delictivas, por el juicio moral del momento de quien tenga mando en plaza. Pero lo verdaderamente llamativo (y preocupante) del caso es que esas palabras del autor están totalmente sacadas de contexto y se han obviado tanto esto como las manifestaciones previas y posteriores, en las que el autor expresa claramente, por ejemplo, que está «en contra de cualquier tipo de discriminación contra cualquier individuo».
O cuando afirma que «desde un punto de vista constitucional y legal todo el mundo debe ser tratado igual». En cuanto a sus supuestas palabras racistas (que quedarían ya desmentidas por su propia constatación de estar en contra de toda discriminación), durante la entrevista con el youtuber Hotep Jesus (por cierto, negro, y que en ningún momento se sintió ofendido o discriminado) en el programa «Real Coffee with…», el dibujante se estaba refiriendo a una encuesta de Rasmussen Reports. En esa encuesta, el 26% de los estadounidenses negros no estaba de acuerdo con la afirmación «está bien ser blanco» frente al 12% de la población en general. Un 21% de los encuestados negros declaraba no estar seguro acerca de la afirmación.
[[DEST:L|||Una nueva condena a la muerte civil|||El dibujante Scott Adams no ganará nunca un premio al mejor orador. Pero la falta de elocuencia no debería acarrear la muerte civil. Lo que ha intentado decir el creador de Dilbert, lo ha explicado cuando ya (casi) nadie le prestaba atención, es que, efectivamente, hay una diferencia, histórica y política, en Estados Unidos que perjudica a la población negra. Y que eso debería cambiar. Pero desde el sistema educativo, no desde la acción de movimientos identitarios como «Black Lives Matter», que ponen el acento en esa brecha, ensanchándola, culpando al hombre blanco de todo lo malo que pueda ocurrirle a un negro.]]
Las palabras de Adams, en referencia exclusivamente a esa encuesta y no a las personas negras en general fueron que «si cerca de la mitad de negros no está de acuerdo con que esté bien ser blanco, de acuerdo con esta encuesta, no de acuerdo conmigo, eso es un grupo de odio, y yo no quiero tener nada que ver con ellos. Y diría, según están las cosas, que el mejor consejo que puedo dar a los blancos es que se vayan lo más lejos posible de los negros. Pírate, porque no hay arreglo ninguno para esto». Entendiendo el tono coloquial de la entrevista y que se refería al grupo de personas negras contrarias a la idea de que ser blanco esté bien, es decir, que les parece mal ser blanco, la película cambia bastante. No es necesario aplicar el principio de caridad interpretativa, tan solo el sentido común, para comprender que el significado real de esas palabras dista de ser el que se le está dando en la gran mayoría de los medios.
Lo que está diciendo en esa entrevista es que es un grupo de odio el de los negros que creen que ser blanco no está bien. Como lo es el de blancos que crea que ser negro está mal. «Estoy en contra de cualquier tipo de discriminación contra cualquier individuo», añade en ese mismo programa. «Ni contra tu vecino, ni contra uno que va a buscar trabajo, cásate con quien quieras, se amigo de quien quieras». No parecen estas las palabras de un racista, pero quizá los que firman artículos y los que toman decisiones laborales sobre otros no han tenido tiempo de ver toda la entrevista. Tal vez lo único que han visto son esas mismas palabras sacadas de contexto, aisladas, convenientemente lanzadas a la turba enfurecida de las redes sociales, ansiosa por señalar a la siguiente víctima, a la que les elevará moralmente y les colocará en el lado correcto de la historia.