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Nueva York

Sorolla, ¿un genio sin tópicos?

La Razón
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- ¿Por qué sigue fascinando hoy la obra de Sorolla?

–La pasión desbordante que Sorolla ponía en su trabajo contagia al espectador. El propio artista confesaba en una de sus cartas: «Yo lo que quisiera es no emocionarme tanto, porque después de una hora como hoy me siento deshecho, agotado, no puedo con tanto placer, no lo resisto como antes...». Enemigo de los artificios, persiguió toda su vida la pintura «al natural». Sus lienzos son la quintaesencia de la luz del Mediterráneo.

- ¿Por qué es uno de los más importantes artistas españoles en subasta?

–Los 3,2 millones de euros pagados por «Niños en la playa» en el Sotheby's de Londres el pasado 23 de mayo confirman que su firma es un valor seguro en el mercado del arte; su demanda no flaquea, goza de buena salud en ambos lados del Atlántico. En 2012 salieron a subasta apenas 19 obras del maestro valenciano que recaudaron 7,7 millones de dólares. Esta cifra supone un incremento del 450% respecto a su volumen de negocio de hace una década. Estados Unidos, con un 15,8% de las adquisiciones, Reino Unido, con el 73%, y España, con el 10,3%, acaparan las ventas. Su récord en subasta lo consiguió con el cuadro «La hora del baño», adjudicado en 4,7 millones de euros en 2003.

- Junto al pintor del mar y la luz, ¿hay un Sorolla que aún queda por descubrir?

–Está también el social y comprometido, que alcanza su cénit en dos pinturas emblemáticas: «¡Y aún dicen que el pescado es caro!», una reivindicación de las faenas marineras, y «¡Triste herencia!», un trabajo que se planteó abandonar hasta que su amigo Blasco Ibáñez le animó a concluirlo. Con esta obra obtuvo el Grand Prix en la Exposición Universal de París en 1900. Al finalizar la muestra, se ofreció la obra al Estado español, pero fue a parar a manos de un coleccionista español residente en Nueva York que a su vez lo vendió a un magnate americano. La obra quedó depositada en la iglesia de la Quinta Avenida durante más de setenta años, hasta que la Caja de Ahorros de Valencia la adquirió en 1981 por 22,2 millones de pesetas.

*Directora de «Tendencias del mercado del arte»