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Superorganism, la canción de un cuerpo extraño

El grupo revelación de la temporada en Reino Unido pasa por Madrid y el Primavera Sound

Superorganism es una banda integrada por ocho miembros de procedencias tan dispares como Londres, Japón, Australia y Nueva Zelanda
Superorganism es una banda integrada por ocho miembros de procedencias tan dispares como Londres, Japón, Australia y Nueva Zelandalarazon

El grupo revelación de la temporada en Reino Unido pasa por Madrid y el Primavera Sound.

No es extraño que se autodenominen Superorganismo. Estamos ante una banda integrada por ocho miembros de procedencias tan dispares como Londres, Japón, Australia y Nueva Zelanda que viven obsesinados con la música, influidos por Damon Albarn y que producen unos temas de factura sorprendente a través de lo que parecen recortes de beats. Ah, por cierto, viven todos juntos en un piso del este de Londres reconvertido en factoría de canciones. Presentan su primer disco, que ha recibido la atención efusiva de la prensa, en Madrid y en el Primavera Sound de Barcelona.

“Empezamos sin saber muy bien. Fue todo un proceso sobre la marcha y la verdad es que no teníamos la menor idea de hacia donde queríamos ir ni qué nos interesaba lograr. Simplemente teníamos muchas ganas de hacer canciones que molasen y todas esas ideas revueltas que sólo intentábamos hacer sonar en su lugar. Pero no había una idea global o una inspiración que nos moviese más allá de nuestro propio caos”, explica Ruby. A pesar de la diversidad de sus canciones y de su estética infrecuente, el álbum suena con una asombrosa unidad. “Es curioso, porque eso mismo nos han dicho por ahí. Supongo que es la consecuencia de trabajar juntos y de que nos interesen las mismas cosas. Ahí está el vínculo. Hablamos mucho y estamos juntos y eso es importante”, señala.

A principios del año 2017, el colectivo tuvo su gran momento creativo: aunque habían hecho ya varias composiciones, tenían algo diferente, un sonido muy fresco. Así que mandaron las pistas a su amiga Orono, una estudiante japonesa que estaba en el instituto de Maine, Nueva Inglaterra, y rápidamente escribió y grabó su voz. Lo que volvió a través del Atlántico era una pieza de pop tecnicolor, ‘Something For Your M.I.N.D.’. Y atrajeron todas las miradas. Pronto fueron fichados por Caroline, el sello de Arctic Monkeys y Franz Ferdinand.

 

Vivir juntos puede convertirse en una desventaja. “Es cierto. Estamos todo el día juntos, aunque cada uno tiene su espacio siempre que no necesita, pero la casa es una gran factoría de producción de canciones”. En el disco, uno de los cortes habla del sueño de convertirse en un superorganismo, pero parece que la banda ya lo es. “(Risas) Sí, desde luego. Somos un solo ser de múltiples partes. Cada uno se ocupa de diferentes parcelas y a pesar de eso tratamos de ir todos en la misma dirección. ¿Adónde llegaremos? No tengo ni idea”, bromea.

En el extraño lirismo de sus canciones hay hueco también para cantarle a una gamba. “(Risas) Es una idea que nos pareció divertida, la de soñar que somos una gambita y que estamos en el medio del océano, relajadamente, simplemente viendo la marea. Ese sueño de ser mecido sin que nadie te moleste. Además, en EE UU y en Inglaterra hay dos palabras distintas para referirse a la gamba y salen juegos de palabras divertidos con ello”, comenta. Hay cientos de sonidos y de efectos sucediendo a veces sin control en las canciones de Superorganism, retales, fragmentos pegados que constituyen una melodía. A veces, ese fragmento pueden ser el croar de una rana. “Y cosas mucho más raras. Cualquier soindo de una máquina o un electrodoméstico nos llama la atención. Al final todo es cuestión de jugar, tocar, manipular”, dice Ruby.