Voltaire y los límites de la tolerancia
El dramaturgo Juan Mayorga y el director Ernesto Caballero vuelven a poner en pie un espectáculo juntos después de “La tortuga de Darwin”, estrenada en 2008
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Sigue adelante el proyecto denominado Teatro Urgente que están desarrollando en el Teatro Galileo –rebautizado recientemente como Teatro Quique San Francisco– Ernesto Caballero y Karina Garantivá. El objetivo de conciliar el pensamiento filosófico y las artes escénicas se ha materializado en una nueva creación –será el tercer montaje que ponga en pie la compañía– titulada, a secas, “Voltaire”. La obra, dirigida por el propio Caballero y escrita por Juan Mayorga, parte de tres textos que este último tiene incluidos en “Teatro para minutos”, una recopilación de su obra dramática breve editada por La Uña Rota.
“Creo que cada una de estos textos resignifica a los demás –explica el dramaturgo y académico madrileño–. Tras ponernos de acuerdo, Ernesto, Karina y yo, en el interés que podía tener la reunión de esas piezas, escribí y reescribí, siempre en diálogo con ellos y muy atento a lo que la sala de ensayos nos iba desvelando”.
Precisamente, esa manera de trabajar en compañía, apoyándose y nutriéndose unos a otros durante todo el proceso, es una de las constantes que permiten entender y definir el estilo teatral de este proyecto, que se inició con “En el lugar del otro” y continuó con “Hannah Arendt en tiempos de oscuridad”. Y ese estilo se caracteriza también por dejar de lado los ornamentos y dar absoluto protagonismo a la palabra y al trabajo que los actores han de hacer con ella. En resumen, se trata de dar con un buen conflicto dramático –que parta a su vez de un conflicto ideológico– y de hallar la manera más eficaz y directa para exponerlo en el escenario. Pero no podría ser verdaderamente filosófico el trasfondo de este teatro si no obedeciese, en puridad, a las reglas que marca el pensamiento crítico, esto es, si se limitase a lanzar proclamas políticas o a manifestar filias y fobias. Como en todo buen conflicto dramático, desde el punto de vista de la argumentación lógica, tan bien armado ha de estar cualquier postulado ético como su supuesto contrario.
En definitiva, lo que los creadores proponen aquí es llevar al espectador al corazón de la controversia política, para que de verdad comprenda la complejidad de su naturaleza y para que sea luego él, a partir de ese conocimiento más sustancioso, quien la reinterprete y saque sus propias conclusiones. “Voltaire dijo que los libros más útiles son aquellos en los que el lector pone la mitad –apunta Mayorga–. Creo que eso tiene mucho que ver con lo que nos proponemos hacer en este espectáculo y en Teatro Urgente. Pienso que es urgente leer a Voltaire y, desde luego, que es urgente hacer un teatro en que los espectadores, que no son nuestro espejo, sino nuestra otra mitad, pongan buena parte. Al menos la mitad”.
¿Y sobre qué asunto concreto quiere el autor que el público haga su propia aportación? Pues nada menos que sobre la tolerancia y sus posibles límites, o no, en nuestra sociedad. Este es el tema principal de Voltaire, un tríptico teatral que se inspira, como el lector habrá imaginado, en el pensamiento del filósofo francés que presta su nombre al título, y que estará protagonizado por Alberto Fonseca, Tábata Cerezo, Karina Garantivá y Pablo Quijano.
- Dónde: Teatro Quique San Francisco, Madrid. Cuándo: hasta el 7 de noviembre. Cuánto: 20 euros.