El homenaje que le faltaba a Bécquer
Ana Contreras y Raúl Losánez firman un espectáculo guiado por el propósito de facilitar el reencuentro del público con el autor de algunos de los versos más populares de la historia de nuestras letras
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La dupla Ana Contreras-Raúl Losánez continúa engordando el repertorio de La Otra Arcadia. Tras dos años girando con la poesía mística de Esta divina prisión (además de su adaptación al “streaming”), ha llegado el turno de Gustavo Adolfo Bécquer en Vano fantasma de niebla y luz. La compañía aprovecha el 150º aniversario del fallecimiento del sevillano (aplazado un año por cuestiones “coronavíricas”) para ocupar el café del Matadero con la música de Raquel Riaño e Irene Rouco (ambas en directo) y las interpretaciones de Beatriz Argüello y David Luque.
Objetivo: reivindicar el lugar del autor decimonónico en una ciudad que no ha realizado grandes fastos por dicha efeméride y a pesar de que Madrid fue el campamento base de un Bécquer que se movió por toda la península. Aquí llegó a los 18 años y aquí se desarrolló como periodista y escritor. Pero, además, cuenta Losánez (responsable de la selección de textos y de la dramaturgia del recital), “hay que poner en valor al segundo autor español más leído después de Cervantes. Un poeta maravilloso que está muy lejos de las tontunas que se le han adherido con el paso del tiempo. Dicen que es ñoño porque les gusta a los adolescentes. Pero gusta porque su poesía es contundente, posee verdad y apela a temas comunes. Es universal. Llega a todo el mundo”. Y por eso triunfó entre los modernistas, los Machado, los del 27 y más allá. “El que tiene esa idea tonta es porque no le ha leído con detenimiento”, añade.
Hablamos de un montaje que “nace con la intención de mostrar que la obra de Bécquer conserva intacta su belleza y su profundidad −continúa Losánez−. El recital está guiado por el propósito de facilitar el reencuentro del público de hoy con el autor de algunos de los versos más recordados y populares de toda la historia de nuestras letras”.
El amor, el paso del tiempo, el desamor, la muerte, la fugacidad del tiempo... son los temas recurrentes de un poeta en el que Losánez ve un antecesor de Sabina: “Decía que no escribía cuando sentía, sino cuando estaba trabajando”. Así, la compañía La Otra Arcadia ha puesto el foco en crear una función en la que, apoyada en los versos de Bécquer, la meta es el imposible. “En el recorrido dramatúrgico, David [Luque] representa esa búsqueda de un ideal que es una quimera; y Beatriz [Argüello] es la voz del propio ideal, que da pistas de por dónde puede ir, aunque ella sea algo etéreo, intangible, y aunque no se sepa si existe o no”.
Pero Vano fantasma de niebla y luz es un espectáculo en el que “prima lo lírico sobre lo dramático”, presentan. La música, la danza y la luz se unen a la poesía de Bécquer para transmitir el sentimiento romántico de anhelo de “una plenitud que el poeta vislumbra, más que alcanza, a través del amor y de la creación artística”, explica Contreras, directora: “Transitando del gozo del hallazgo al pozo de la desesperación, el empeño de la puesta en escena ha sido danzar los poemas, poner música a los movimientos del espíritu, revelar el ímpetu y la tormenta que se agitan en el interior de las palabras”.
- Dónde: Café Naves Matadero (Nave 12), Madrid. Cuándo: miércoles 17 de noviembre (21:00 horas). Cuánto: entradas agotadas.